Córdoba: confirman que la muerte de 70 millones de abejas fue por un pesticida
CORDOBA. Aunque todavía el Servicio Nacional de Sanidad Animal (Senasa) de Villa Dolores espera los resultados de laboratorio, se anticipó que fue un pesticida el que provocó la muerte de unas 70 millones de abejas en la zona de Traslasierra. Lo que resulta extraño es que todavía no está identificado el agroquímico y quién lo aplicó.
El pasado mes de marzo, siete productores apícolas denunciaron que murieron 72 millones de abejas en unas mil colmenas, en una superficie de unos 25 kilómetros cuadrados en La Paz (localidad a 200 kilómetros al oeste de la ciudad de Córdoba). Desde el inicio señalaron que la causa fue la aplicación de un pesticida.
En declaraciones a La Voz del Interior, Matías Fernández del Senasa Villa Dolores dijo que hubo una aplicación de "algún pesticida que mató a las abejas, estamos tratando de identificar en qué propiedad fue. Pronto nos llegarán los resultados finales del Ceprocor (laboratorio de la Provincia) y la semana que viene nos reuniremos para dar todas las precisiones".
Fernandez hoy dará una charla sobre el problema y no tiene conexión, según explicaron desde la oficina a LA NACION. Los apicultores sostienen que la muerte de las abejas les generó una pérdida de alrededor de $2 millones y pretenden un resarcimiento.
Marcelo Sosa, presidente de la Asociación de Apicultores de Traslasierra, sospecha que la aplicación del pesticida se hizo desde un avión. Cree que hubo una descarga del sobrante de alguna aplicación aérea lejana de la zona de colmenas, sobre los apiarios. En la zona hay dos aeroaplicadores registrados y sus vuelos quedan documentados.
Sergio Iglesias, apicultor que integra el Consejo de Producción Agroecológica organizado por los propios apicultores que emplean el Sistema de Garantía Participativa(SGP) por el que, unos a otros, se controlan para cumplir con un protocolo amigable con el ambiente, explicó a LA NACION que "hay que hilar fino" para determinar el origen de la contaminación.
Admitió que una mortandad del volumen de Traslasierra es infrecuente y describió las tres posibilidades más usuales de contaminación: moléculas de glifosato presentes en el azúcar (los ingenios usan el producto para deshidratación) que puede llegar a las abejas cuando son alimentadas con un jarabe; toxinas presentes en la cera por el uso de algún producto autorizado para combatir los ácaros pero que se fija en las grasas y, por ende, se transfiere a la miel. El tercero es el uso de pesticidas no autorizados.
PROBLEMAS DERIVADOS
Iglesias contó que compradores de miel de Buenos Aires llamaron a los proveedores para plantearles que "será dificultosa" el ingreso de miel y cera proveniente de Traslasierra "debido a las noticias de contaminación".
El apicultor -quien es un estudioso e impulsa el sistema de reproducir e incubar abejas de "carácter higiénico"- sostuvo que la mortandad suele darse por el "colapso de la colmena": se fundamenta en el cambio climático y en la aplicación de nicotinoides (un insecticida de uso autorizado) que cuando le llega a la abeja le provoca "desorientación" y no puede llegar a su colmena.
"Hay que trabajar mucho más en los lazos de comunicación entre el que autoriza las aplicaciones, el aplicador y el apicultor. El Senasa tiene sistema de alarmas cuando hay aplicaciones pero para recibirlos los apiarios deben estar registrados con georeferenciamiento. El problema es que no siempre están bien inscriptos".
Los integrantes del Consejo de Producción Agroecológica están avanzando con el Senasa nacional en la propuesta de un programa para hacer capacitación y asistencia técnica en sanidad apícola a través del Colegio de Veterinarios para que los profesionales se formen en aspectos específicos.
El área de Ganadería de Córdoba que fiscaliza las salas de extracción de miel sin inocuidad tiene 96 habilitadas y 1500 apicultores registrados; pero se estima que en la provincia hay 10.000.
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