Prueba sanguínea podría predecir el riesgo de ataque cardíaco
Esta afección se distingue por una acumulación de placas de grasa en las arterias, las cuales dificultan u obstruyen el paso de sangre rica en oxígeno al corazón.
Este hallazgo significa que los médicos ahora tienen un nuevo biomarcador potencial para identificar a aquellos pacientes que están en alto riesgo y puedan necesitar un reenfoque en el tratamiento de su condición, bien sea incrementando los medicamentos o recurrir a otras intervenciones para evitar futuros ataques cardíacos o insuficiencia cardíaca.
Los científicos llegaron a esta conclusión luego de dar seguimiento a 79 pacientes con enfermedad arterial coronaria, 51 hombres y 28 mujeres, con una edad promedio de 66 años, durante diez años. Durante este lapso de tiempo, encontraron que el 46 por ciento de los pacientes experimentó ataques cardíacos, insuficiencia cardíaca o muerte.
Sin embargo, los investigadores pudieron evidenciar que en las personas con los niveles más altos de ACE2, el riesgo se incrementó 2,5 veces en comparación con los que presentaban niveles más bajos de la enzima.
ACE2 juega un papel en la descomposición de un péptido llamado angiotensina II, que causa inflamación y constricción en los vasos sanguíneos, lo que contribuye al desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
Las enfermedades del corazón y la presión arterial alta están asociadas con la activación del sistema de angiotensina, pero es sólo en los últimos diez años que los investigadores han entendido cómo el cuerpo intenta equilibrar esto usando ACE2.
En las personas sanas, los muy bajos niveles de ACE2 que circulan en su torrente sanguíneo son prácticamente indetectables. Pero los niveles de la enzima comienzan a elevarse con la aparición de factores de riesgo cardiovascular como la hipertensión y los altos niveles de lípidos (grasas y aceites).
Cuando las personas desarrollan una enfermedad cardíaca, el equilibrio entre la angiotensina y el ACE2 desaparece, y en lugar de permanecer en el tejido cardíaco y los vasos sanguíneos, el ACE2 se vierte al torrente sanguíneo. Es entonces cuando es posible su detección.
Comprender los procesos que sustentan esto sigue siendo un área de investigación activa, pero está emergiendo como una vía cada vez más prometedora para los investigadores que buscan comprender quién está en mayor riesgo de morir por la enfermedad arterial coronaria.
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