Alma de Nogal : Los Chalchaleros

lunes, 10 de diciembre de 2018

Claromecó: le fumigaron los olivares. LA VOZ DEL PUEBLO




"Es un daño terrible"
Claromecó: le fumigaron los olivares
09|12|18 10:40 hs.
Una gran parte de las 3,5 hectáreas del Vivero en las que Marcelo Abraham puso en marcha un proyecto productivo de olivares, volvió a ser golpeado.

Pero en esta oportunidad, a diferencia de las ocasiones en que lo hicieron caballos “sin dueños” buscando alimento, se sospecha que el hecho pudo haber ocurrido intencionalmente a partir de un selectivo trabajo llevado adelante para hacer un daño que se presume incalculable, si se tiene en cuenta que para ello se habrían utilizado los herbicidas “glifosato y 2-4D”.


Entre los callejones se observa el verde de las hierbas, y se evidencia el ataque selectivo a los olivares
Golpeado, otra vez
Marcelo siente que arrastra lo brazos por el piso. Tiene la sensación de haber sido derrotado, otra vez. De todas maneras toma aire mientras riega la plantación casi de noche en Claromecó y responde para LA VOZ DEL PUEBLO una serie de preguntas. Todo se transforma de repente en una charla cargada de una gran angustia. Sin embargo habla, cuenta y pareciera que todavía se niega a tirar la toalla. 

A diario recorre -junto a un colaborador- las distancias interiores de las primeras hectáreas que se propuso llenar de vida con una prometedora producción de olivares, a partir de los cuales más adelante poder producir aceite de oliva. Asegura que es “el futuro”, y a propósito alienta a que otros se sumen porque está convencido que “el aceite de oliva va para arriba”. 

Entonces explica que todos los días con su ayudante cargan una regadera de 10 litros cada uno, en cada mano. El predio tiene distribuidos 20 tambores que se llenan de agua con un grupo electrógeno. “Caminamos de a 60 metros yendo y viniendo. Nos lleva 11 horas regar las 3,5 hectáreas”, cuenta Marcelo. 


Entre los callejones se observa el verde de las hierbas, y se evidencia el ataque selectivo a los olivares
Desde que colocó las plantas, hace dos años, aún no ha podido generar la primera cosecha. Primero porque necesita de un sistema de riego por goteo y tampoco tiene una prensadora, ni los recursos para comprarlos. De todas maneras no ha podido sostener un ritmo de producción porque los caballos que en forma reiterada se han metido en los olivares le comieron más de 400 plantas que no ha podido recuperar. Y ahora a eso se le sumó un ataque directamente a sus olivos, que además compromete al medioambiente y a las personas que han estado en contacto, y que no duda en ligar con su decisión de mantener lejos a los caballos con un alambre eléctrico.

“No son tres mil hectáreas mías, ni es que estoy pidiendo ayuda para mí. Estoy reforestando para el Estado un predio quemado por los incendios”, explicó el hombre que lleva adelante el proyecto de explotación a partir de un comodato que firmó por 25 años, y a lo largo de 15 hectáreas de la también conocida como estación Forestal.  

“Estado ausente”
Marcelo afirma sentirse sólo mientras intenta volver productivo económicamente su proyecto, sobre el que prioriza que sea un sitio accesible para las escuelas y todo aquel que quiera visitarlo, y conocer de cerca este tipo de producción. 


Fotos Carolina Mulder
También confiesa que lamenta tener que haber colocado el alambre eléctrico para evitar el ingreso de animales que le comen la producción. “No me gusta porque la gente viene los fines de semana y tiene que saltarlo y corren riesgo de que les pegue una patada. Los tuve que poner porque sinceramente tengo asignado el lugar, está todo denunciado y planteado al municipio. Nadie se hace cargo, yo siento que el Estado está ausente en esto, que es tierra de nadie la Estación Forestal. Es terrible el movimiento que hay dentro del vivero”, expresó mientras afirmó sentirse “sólo”, después de haber “peleado” durante dos años para que le cedieran el espacio, y también tras haber recibido como posible ayuda una línea de crédito para pagar con tasas “inalcanzables”. 

“Se van secando” 
“Hace 20 días a la mañana vengo y sentí olor a herbicida. Ahora en estos días se vieron las consecuencias. Hablé con el vecino de al lado y reconoció que había aplicado un herbicida hace tiempo pero tendría que haber cubierto todo el campo porque es volátil, y no solamente en las líneas de las plantas de olivo. Es re evidente”, afirmó mientras describió en qué circunstancias ocurrió el ataque con un producto que podría comprometer la salud de las personas que entren en contacto con ese tipo de sustancias. 

“Ahora se empezaron a ver las plantas que se van secando. El marco de plantación es tres metros por seis. Son tres por planta y seis entre líneas. En los seis metros de callejón está verde el pasto, más allá de la sequía que hay. Después en las líneas de las plantas está todo seco abajo y la planta está contaminada. No la ha agarrado muy de lleno, ha sido más glifosato que 2-4D. Porque si no la hubieran reventado de una. Lo que hace es que crezcan hojas muy raquíticas, deformes y a su vez se van encogiendo. Encima estaban en flor, hermosas. Tengo una planta testigo y ahí te das cuenta que la hicieron pedazos”, detalló visiblemente afectado en el tono de su voz. 


Fotos Carolina Mulder
Después de haber recorrido los sectores que prácticamente en su totalidad fueron afectados, contó que quienes realizaron el daño ambiental “empezaron bien parejo, pero de tres cuartos en adelante es como que fueron abandonando o haciéndolo más rápido, no tan prolijo. Es un desastre lo que hicieron al principio. Usaron productos que no están permitidos y contaminan todo”.

Asesorado en su trabajo por un ingeniero de la provincia de San Juan, Marcelo afirma que quienes cometieron el delito utilizaron “glifosato y 2-4D que es volátil. Hay meses en que se puede usar, no es que fumigas porque sí. Es un daño terrible a la Estación Forestal, no sólo a mí”, afirmó. 

A la justicia
Por eso remarcó que “todo esto que hacemos acá, el proyecto, no tiene sólo una pincelada turística, educativa, social y cultural. Es más amplia de lo que uno cree. Esto económicamente es para que recién lo vean mis nietos, o mi hija. Esto es reforestar en la Estación Forestal, como claromequense es devolverle algo de lo que le falta producto de los incendios”, indicó en forma pausada. 

A raíz de lo sucedido, Marcelo Abraham mañana se presentará en la fiscalía de Tres Arroyos para denunciar penalmente el grave hecho, y no descarta hacerlo presentando imágenes que “aunque no tengan buena definición” podrían ayudarlo a encontrar al -o los- responsables. 




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