Alma de Nogal : Los Chalchaleros

martes, 5 de octubre de 2010

SENADORA: MARIA ROSA DIAZ ( TIERRA DEL FUEGO) - DISCURSO LEY DE GLACIARES, DESDE LA PARTICIPACION VECINAL EN EL DESALAMBRADO DEL VIAL COSTERO EN VICENTE LOPEZ HASTA LOS GLACIARES CONTINENTALES, LOS DE LA ANTARTIDA Y TIERRA DEL FUEGO.

La ley de protección de glaciares que se trata hoy, esta supuesta confrontación entre ambiente y desarrollo, más allá del titular eventual del día, pasará sin dudas a la historia.

Los actos y marchas, las personas que se han movilizado hoy hasta aquí, las 300 asambleas ciudadanas, las 150 organizaciones ambientalistas y los sectores técnicos, profesionales y de la producción agrupados alrededor de la defensa de una norma protectiva del ambiente glaciar y periglacial, así lo demuestran.
La población indicó hace ya tiempo que no está dispuesta a ceder la representación por la defensa de los bienes comunes de la nación. Gualeguaychú, los pueblos fumigados, los habitantes de Vicente López que este fin de semana acaban de desalambrar un vial costero que les impide el acceso público al río, entre otros múltiples ejemplos dan fe de esta nueva situación política. El mapa de la conflictividad social puede superponerse con el de la problemática ambiental. Y sería saludable tomar nota de este mensaje popular.

Esto dicho para quienes aún creen que el cuidado del agua obedece a una visión ingenua, cargada de snobismo verde y reñida con la lógica racional del desarrollo a la vieja usanza moderna.

Ese paradigma naufraga aunque a mediano plazo todavía genere dinero, como lo demuestra la crisis civilizatoria que jaquea el modelo de consumo y producción mundial. A esto se suma el fracaso de la Cumbre de Copenhague del año pasado donde resultó evidente la dificultad de la gobernanza mundial para alcanzar mínimos acuerdos en cuestiones estratégicas para la supervivencia de la vida en el planeta.

El mundo desarrollado no se pone límite y el subdesarrollado pugna por ingresar al mercado global. Y no son palabras dramáticas, sino apenas la descripción del proceso que compromete la producción de alimentos y señala nuevas catástrofes climáticas locales e internacionales.

Ayer, Fabiana Ríos, gobernadora de mi provincia, dijo que resulta difícil defender lo obvio. Que el agua, las cuencas, el ecosistema no entienden de jurisdicciones. Y que poco sentido tiene el desarrollo sin las personas.

Aunque nos han amenazado con que toda la provincia de Tierra del Fuego sería declarada como ambiente periglacial según las modificaciones agregadas por Diputados, quedó demostrado que la protección apenas abarca el 1% del territorio provincial. Cifra que se extiende al resto del país.

Por lo tanto, esos mapas cargados de ambiente periglacial hasta en zonas tropicales expresan una imaginación sin límite más que un relevamiento de las reservas de agua congelada. De allí que mi provincia no se siente apremiada y menos al punto de cuestionar los pactos constituyentes como se llegó a decir en reuniones de comisión. También es justo recordar, como lo mencionó el doctor Estrada Oyuela, que el dominio de las provincias expresado en el artículo 124 de la Constitución, tiene limitaciones y quien las determina es el soberano. Especialmente es el caso de las cuencas hídricas interprovinciales en las que el Estado debe ser garante de la unidad de cuenca. Se debe garantizar la solidaridad entre las distintas provincias en función del territorio nacional. Somos un país federal no una serie de departamentos autónomos. En este sentido se expresó la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el fallo Mendoza y en el caso Villivar.

El proyecto original del Senado desconoce la Evaluación Ambiental Estratégica lo que genera situaciones tragicómicas en las que mega emprendimientos ubicados a escasa distancia uno del otro abrevan del mismo curso de agua y sin embargo no se mencionan entre sí en sus respectivos informes de impacto ambiental.

También por estos días fue muy mentada la cuestión de la seguridad jurídica, un argumento que va desgastándose con el uso. Hasta aburre escucharlo ya. No hubo prácticamente ley trascendente que no fuera acompañada con la amenaza de innumerables juicios a la Nación, desde matrimonio igualitario, Ley de Medios, estatización de los fondos de las AFJP o el fomento de la industria electrónica.

Otro aspecto fundamental para acompañar la ley modificada en Diputados es la preservación de la zona periglacial que garantiza la protección del glaciar de roca. El Foro de Recursos Naturales de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, a través del profesor Luis Fauqué, explicó que “la protección del glaciar de roca se basa en el material que le llega desde su cuenca de alimentación". Si realmente se busca proteger estos glaciares, es necesario proteger toda la zona que tiene suelo congelado en su superficie. Es la única manera de proteger los glaciares de roca. De lo contrario, dijo, sería como pretender preservar un río sin cuidar su cuenca de alimentación. Por tanto, Fauqué concluyó que el proyecto original de Senadores se propone proteger el 10% de la zona periglacial mientras que el de Diputados abarca toda esa área, al contemplar los suelos congelados. Este ambiente periglaciario proporciona hasta el 15% de los caudales de los ríos cordilleranos en años secos.
Por último quisiera mencionar las palabras de la premio nobel de economía del año 2009, Elinor Ostrom quien se nutrió de la cosmovisión de los pueblos originarios para abonar el cuerpo teórico que le valió el mayor reconocimiento científico, como lo relata el socialista peruano Hugo Blanco en su libro “Nosotros los indios”.

Respecto a los bienes naturales, Ostrom considera que “Cada hombre está encerrado en un sistema que lo impulsa a incrementar su ganado [deseos de mejoría] ilimitadamente, en un mundo limitado. La ruina es el destino hacia el cual corren todos los hombres, cada uno buscando su mejor provecho en un mundo que cree en la libertad de los recursos comunes. La libertad de los recursos comunes resulta la ruina para todos”.

Ostrom estaba agradecida a los nativos de Estados Unidos porque ellos le enseñaron a obrar pensando si sus acciones benefician o perjudican a las próximas siete generaciones.

Hoy estamos invitados a pensar en estas próximas siete generaciones de descendientes que deberán crecer en un mundo donde el agua sin dudas valdrá más que el oro.

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