Y se vinieron nomás los soldados, con su familia, sus trajes y sus hijos.
Compartimos la emoción del bosquecito plantado en su honor,
cantamos el Himno Nacional ...y vimos sus estandartes.
Un momento inolvidable al lado del fuego: a puro mate y choripán.
Narraron sus historias y nosotros les contamos la nuestra : ambas coincidentes en
odio, abandono de estado, desidia, corrupción.
Por último nos despedimos cantando a León Gieco, tomados de las manos:
En el Pais de la Libertad...
Patricia Isabel Roccatagliata
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