Alma de Nogal : Los Chalchaleros

CIUDADELA SITIADA : Dr. Luis Enrique Ramírez ( FOETRA NOS ENVIA UN RELATO DE ABUSO DE PODER DE LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES)


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Un antecedente :

Basado en el libro de Naomi Klein: "la doctrina del Shock", narra la forma en la que los llamados "chicago boys" de Milton Friedman, utilizaron el descubrimiento de los electroshock de la psicología para borrar los recuerdos y regresar al sujeto a un estado infantil, y poder reescribir su historia, lo trasladan al contexto socio económico de los países en vías de desarrollo, para propinar shocks económicos (alza de impuestos, eliminación de subsidios y políticas sociales,  aumento de precios, etc.) y así, permitir mejor saquear los recursos naturales y enriquecer a las trasnacionales.

Pueden ver el vídeo completo y doblado al español aquí:

http://www.youtube.com/watch?v=Nt44ivcC9rg

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Dr. Luis Enrique Ramírez

CIUDADELA SITIADA

(TERRORISMO LABORAL: LOS “RETIROS (IN) VOLUNTARIOS” EN LAS

EMPRESAS TELEFONICAS)

F.O.E.T.R.A. SINDICATO BUENOS AIRES
CIUDADELA SITIADA

(Un cuento de terror)

Dr. Luis Enrique Ramírez

SUMARIO:


I.- HABIA UNA VEZ....-

II.- ALGUNOS AÑOS MAS TARDE.-

III.- Y ENTONCES....-

IV.- LOS “RETIROS (IN)VOLUNTARIOS”.-

V.- LOS “INDUCIDOS”.-

VI.- LA PSICOLOGIA COMO HERRAMIENTA DE

TORTURA.-

VII.- POLITICA ANTISINDICAL.-

VIII.- LAS CONSECUENCIAS.-

IX.- EL CASO “QUINTEROS”.-

X.- EL ESPIONAJE LABORAL.-

XI.- AUNQUE SEA UN CUENTO, NO ES CUENTO.-

XII.- LOS TELEFONICOS NO ESTAN SOLOS.-

XIII.- COLORIN, COLORADO....-

CIUDADELA SITIADA (Un cuento de terror)

Dr. Luis Enrique Ramírez

I.- HABÍA UNA VEZ...:

...un reino a cuyos habitantes se les había enseñado que “el trabajo dignifica”. Se llamaba Argentina y sus habitantes habían aprendido que poder trabajar daba identidad y sentido pleno a la vida. Por eso el trabajo era considerado como el ámbito adecuado para la propia realización personal. Tener un empleo significaba tener un futuro, un mañana en el que la satisfacción de necesidades aún no cumplidas estaba relacionada con un marco de esperanza.-

El que trabajaba podía planear su vida, ya que en ese reino había no sólo trabajo para todos, sino, también, estabilidad laboral. Y en la idea de planificar la vida estaba implícita la posibilidad de obtener reconocimiento, o sea no ser visto como una hormiga, sino como un ser humano.-

Tener un empleo era la condición para la formación de la conciencia de sí mismo en cada individuo. Era lo que le permitía afirmarse como sujeto libre y como interlocutor válido en cualquier relación social.-

El trabajo cumplía -además- una función educativa en las relaciones correctas con los demás. Por ello -dicen- había menos problemas de seguridad. Pero no porque el que trabajaba no delinquía, sino porque el que trabajaba aprendía a respetar y valorar a los demás, a los “compañeros”. En el reino de este cuento, para dar idea de honestidad se decía “es un hombre trabajador”.-

Y en ese reino, en el que había esa cultura del trabajo, el porvenir de los individuos aparecía siempre ligado a un destino común. La referencia a lo colectivo era un medio fundamental para la satisfacción de necesidades individuales.-

Y si la gente de ese reino no era totalmente feliz era porque había inflación. Que en algún momento se transformó en la temida hiperinflación. Y la gente se olvidó de que tenía trabajo y protestaba porque los precios montaban briosos corceles y los salarios viajaban en viejos borricos.-

Y entonces...llegó a la comarca el último monarca plebeyo: Carlos I, que venía del lejano Oriente con la fórmula mágica para terminar con la hiperinflación: el “salariazo” y la “revolución productiva”. Entonces la gente, loca de contenta, lo eligió rey de la Argentina (¿hasta el 2003?).-

Y Carlos I cumplió con su promesa de “pulverizar” la hiperinflación. Pero la gente no se dio cuenta -al principio- que el precio que había que pagar por ese logro era la hiperdesocupación y la hiperexplotación de los ocupados. Pero esa..., esa es otra historia.-

II.- ALGUNOS AÑOS MAS TARDE:


A partir de la década del ‘90 la mayoría de los argentinos conocieron una gravísima patología social: la desocupación. No es una mera coincidencia que este flagelo se haya desarrollado y profundizado en forma contemporánea con la aplicación en ese país de las políticas neoliberales: economías de mercado desreguladas y abiertas al flujo de capitales que -según la experiencia actual- son fuertemente especulativos e inestables.-

Lo cierto es que la gran preocupación de los argentinos pasó a ser la problemática del desempleo, el subempleo y el trabajo “en negro”. Y así fué recepcionada en los debates en el campo de los intelectuales sobre las consecuencias del modelo.-

Pero de los trabajadores con empleo estable prácticamente se olvidaron. Incluso, casi podría decir que muchos “compraron” esa parte del discurso oficial que los consideraba como “privilegiados”, con el que el gobierno de Carlos I pretendía legitimar su política de demolición de la estructura jurídica que tutelaba sus derechos. El rey y sus ministros planteaban permanentemente que la única forma de combatir el desempleo era eliminando o reduciendo derechos de esos “privilegiados” que tenían empleo, llevando a que cualquier resistencia al cambio sea calificada como egoísta e insolidaria.-

Por ello es que no es mucho lo que se ha dicho o escrito sobre la situación de los trabajadores con empleo estable durante este período de la historia. Casi una minoría que ocupa una ciudadela sitiada por ejércitos de desocupados, subocupados, trabajadores informales y “en negro”, que presionan con desesperación para ocupar un lugar en ella.-
Según datos elaborados por la Fundación de Investigación y Desarrollo (FIDE), sobre la base de la encuesta de mayo de 1998 del INDEC, en Capital Federal y Gran Buenos Aires sólo el 28% de los trabajadores tienen un empleo estable. Lo grave es que en la encuesta de octubre de 1994 representaban el 42,3%, lo que demuestra el avance incontenible de la precarización laboral y el trabajo “en negro”. Según el propio Ministerio de Trabajo, en abril de 1996 los trabajadores con contratos “basura” eran el 6,1%. En abril de 1997 el 18,4% estaba a prueba, con contratos temporales o por agencias.-

En el mismo ámbito territorial (Capital y Gran Buenos Aires) se detectó que el 62% de los que buscan empleo son trabajadores insatisfechos con su trabajo. Al comienzo del plan “de Convertibilidad” había medio millón de ocupados buscando empleo, pero la cifra trepa a 1.300.000 en la actualidad, conforme a la Encuesta de Hogares del INDEC. Tenemos así otro batallón de asalto que acecha la ciudadela del resto de los trabajadores con empleos estables.-

¿Cómo afectó esta situación de “ciudadela sitiada” a sus ocupantes? Por un lado con la lógica reducción de su nivel salarial y, por el otro, haciéndolos vulnerables y dejándolos casi indefensos frente a la arbitrariedad, el abuso y la prepotencia patronal. A ello debe agregarse que esta situación de por sí debilita la capacidad de acción de los sindicatos, lo que se ve repotenciado por la deserción o complicidad de la mayoría de la dirigencia gremial cupular.-

En este “cuento” pretendemos ocuparnos de lo ocurrido con los trabajadores de las empresas del reino que fueron privatizadas, y en particular con los del sector telefónico, que tienen la característica de ser trabajadores con estabilidad laboral, buen nivel salarial y con una extensa e intensa práctica sindical, lo que los hacía menos vulnerables que otros grupos laborales.-
III.- Y ENTONCES...

...Carlos I decidió que había que liquidar al mejor postor a todas las empresas del reino, que -como en todo reino democrático- eran la propiedad social de sus habitantes, acumulada durante décadas. Fué así que mercaderes venidos de todas partes del mundo, atraídos por la promesa de ganar oro en forma muy fácil y asociados con prósperos comerciantes locales, se hicieron cargo de esas empresas.-

Al iniciarse la gestión empresaria privada, la mayoría de los grupos económicos colocaron en la conducción de las diferentes áreas, en general, a directivos con escasa experiencia en el manejo de estas mega empresas y con no demasiados conocimientos del servicio público que prestan. En muchos casos y en particular en el área de los llamados “Recursos Humanos”, aparecieron algunos “yuppies”, cargados de prejuicios contra los trabajadores de la empresa, a los que consideraban poco afectos al trabajo, demasiado sindicalizados, corruptos e irrecuperables. Además, estaban convencidos que la tecnología y el aumento de la productividad laboral provocarían un desajuste entre las necesidades de la empresa y la estructura del plantel heredado de la gestión empresaria estatal.-

A partir de ese diagnóstico, arribaron a la conclusión que, no sólo había que reducir la cantidad de personal, sino, en lo posible, sustituir esos trabajadores por mano de obra barata y sumisa. Pero había un obstáculo: el marco regulatorio de las privatizaciones y compromisos políticos asumidos con los gobernantes no les permitía producir el ajuste de los planteles en forma “cruenta”. Además, se podía suponer que despidos colectivos, aún con el pago de indemnizaciones, iban a originar una resistencia sindical, de imprevisibles consecuencias (mas que por el espíritu “combativo” de la dirigencia cupular, por la presión de sus “bases”).-

Este último riesgo se neutralizó con diferentes medidas. La primera fué la asociación de gran parte de la dirigencia sindical a los negocios que ofrecía la privatización, como el manejo discrecional de los Programas de Propiedad Participada (P.P.P.) y otras prebendas. Adviertasé que la gestión privada permite ciertos manejos económicos que eran impensables cuando la conducción estaba a cargo de funcionarios del reino.-

Otra forma de sumisión sindical fué canjearles la introducción de la “flexibilización laboral” en los convenios colectivos de trabajo, por significativos aportes económicos para los sindicatos. Fué así que al conocido aforismo criollo “empresas pobres y empresarios ricos” se le agregó “sindicalizados pobres (laboralmente) y sindicatos ricos” (el mejor ejemplo es el caso de la Federación de “LUZ Y FUERZA”). En el caso telefónico, la Federación sindical recauda mas dinero con un aporte empresario (art. 100 del C.C. de T. N° 201/92), que con la cuota de los afiliados.-

Neutralizada la acción sindical, los otros obstáculos serían salvados con un plan perverso: LOS RETIROS VOLUNTARIOS. Se le ofrecería a los trabajadores importantes sumas de dinero para que optaran por egresar. Al principio, la idea pareció funcionar y muchos trabajadores eligieron rescindir de común acuerdo con la empresa sus contratos laborales. Pero rápidamente las circunstancias cambiaron.-

IV.- LOS “RETIROS (IN)VOLUNTARIOS”:

El mejor ejemplo de lo que llevo dicho es lo que sucedió con las empresas telefónicas, que continuaron la gestión de ENTEL desde fines de 1990, cuando el índice de desocupación era inferior al 6%. Pero a partir del plan de Convertibilidad (04/91) ideado por Carlos I y su Primer Ministro Sunday Horse, y como consecuencia directa, natural y lógica del modelo económico adoptado por ellos, el desempleo aumentó mas de un 300%, superando en poco tiempo el 18%, según estadísticas oficiales.-

En ese marco los habitantes del reino colocaron nuevamente como un valor supremo el trabajo y la estabilidad laboral. En una reciente encuesta de “Clarín” (30/8/98, pág. 20), se comprueba que la mayor preocupación de los argentinos es que aumente la desocupación (80%), que siga la “flexibilización laboral” (50,2%) y a perder el empleo (48,5%). Para tener un punto de referencia, vale destacar que “la suba de las tasas de interés” sólo le preocupa al 6,9% de los encuestados.-

En la medida que aumentaba vertiginosamente el desempleo, descendía en forma inversamente proporcional la aceptación del “retiro voluntario”. Como las metas de ajuste de la estructura del plantel de trabajadores y de sustitución no se habían cumplido, las áreas de “Recursos Humanos” comienzan a desarrollar un plan para obligar a los remisos a retirarse de la empresa.-

No los podemos acusar de poco generosos, ya que la primer medida fué mejorar las ofertas de dinero que, en algunos casos superaron el 300% de lo que sería una indemnización conforme a la L.C.T.. No obstante no fueron muchos los trabajadores que no pudieron resistir la tentación.-

Aceptada la premisa de que el dinero no sería ya el elemento de convencimiento, se pasó a la segunda etapa del plan, que se llamó “LOS INDUCIDOS”. Es cuando se monta todo un aparato de presión psicológica sobre los trabajadores, destinada a torcer su voluntad y eliminar cualquier resistencia al egreso.-

V.- “LOS INDUCIDOS”:

El 5/5/97 un grupo de diputados nacionales presentó un Proyecto de Resolución (expte. N° 2248), en el que proponían a la Cámara de Diputados que solicitara informes al Poder Ejecutivo Nacional sobre los retiros “(in)voluntarios” en Telefónica, Telecom, Telintar y Startel. Después de transcribir una denuncia de algunas agrupaciones sindicales de trabajadores telefónicos, los legisladores decían lo siguiente:

“Profundizando en esta denuncia hemos podido corroborar lo siguiente:

a) Todo el personal que estas empresas consideran que “no entran en sus planes”, son incorporados a una lista bajo el indigno mote de “inducidos” (porque hay que “inducirlos” para que acepten el retiro “voluntario”);

b) Circulan en las empresas diversos “memos”, generalmente con aclaración de los funcionarios o áreas de confección y destino, pero sin firmas, que indican el tratamiento que hay que darles a los “inducidos” para que se vayan. En uno se llega a decir que hay que darles los peores trabajos;

c) Existen funcionarios especialmente dedicados a la tarea de “convencer” a los trabajadores;

d) Primero comienzan por citarlos para hacerles saber que no tienen futuro en la empresa. Si hay una negativa por parte del trabajador, se lo continúa convocando las veces que haga falta. Hay casos en los que han sido citados mas de diez (10) veces y mas de una vez por día;

e) Si la “presión” que ejercen estos funcionarios no da resultado, se toman represalias que pueden consistir en:

e.1) Traslados compulsivos a miles de kilómetros (por ejemplo de Buenos Aires al Chaco (Telecom) o a San Luis (Telefónica);

e.2) Discriminación en el otorgamiento de tareas que generan una mayor salario (no se les da horas extras, o turnos rotativos, en igualdad de condiciones con el resto del grupo o sector);

e.3) En algunos casos directamente no se les da tareas y quedan “a órdenes” en su domicilio durante meses;

e.4) Ubicación en oficinas en las que durante toda la jornada no se hace nada, para que “reflexionen”;

e.5) Destinar a personal con escuela primaria y que durante toda su vida laboral hicieron tareas manuales y de calle, a oficinas con computadoras, auriculares y ritmo feroz de trabajo;

e.6) Sanciones a delegados con estabilidad sindical, disfrazadas de “apercibimientos” que implican la pérdida de adicionales salariales;

e.7) Incorporación a la lista de “inducidos” de trabajadores que hayan adherido a legítimas medidas de acción sindical, dispuestas por la C.G.T., la C.T.A. y el M.T.A. y acatadas por el gremio.-

Todo esto ocurre porque, en el marco de la hiperdesocupación que nos agobia, los trabajadores no quieren el dinero de una indemnización. Quieren un empleo seguro que les permita ver el futuro con esperanza y no con incertidumbre. Hoy no alcanza con tener asegurado el pan para hoy y quizás para mañana. Nuestros trabajadores demandan la estabilidad laboral que parece negarles la estabilidad económica.-

Y todo esto ocurre también porque el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social ha sido cómplice, por acción u omisión, de esta maquinaria de segregación de trabajadores y de liquidación de puestos laborales.”.-


VI.- LA PSICOLOGÍA COMO HERRAMIENTA DE TORTURA:

Cada una de las medidas detalladas por los legisladores ha sido fríamente proyectada, analizando el efecto devastador que tendría sobre la psiquis del trabajador.-

Para ello se tomó como punto de partida la importancia que le asignan las personas al trabajo dentro de sus vidas, no sólo en su dimensión económica, sino -principalmente- en lo humano, familiar y social. Valoración repotenciada a partir de la aparición del flagelo del desempleo.-

Por lo tanto, la primer medida era hacerle conocer a la víctima que “la compañía ya no lo tiene en cuenta”. Es decir, romper ese vínculo generado durante años, que determinaba que el trabajador “se ponía la camiseta” de la empresa y le permitía creer que su dedicación era reconocida y recompensada con protección.-

El segundo paso era hacerlo sentir un inútil: “Ud. no está en condiciones, ni en edad, de adaptarse a los cambios y a las nuevas tecnologías”. Telefónica de Argentina S.A., por ejemplo, remitía una nota a los trabajadores que pretendía que se acogiesen a una de las tantas modalidades de egreso, diciéndoles que se trataba de personal “de difícil reinserción laboral” y que “los requerimientos del mercado de trabajo fijan limitaciones a una población laboral que, si bien biológica y cronológicamente es considerada joven, excede las expectativas de las empresas en lo que respecta a la edad ideal para el inicio de una nueva actividad”. El próximo paso, si no aceptaban, era amenazarlo con el traslado a la provincia de San Luis.-

Para que no tuvieran tiempo de recomponer su dañada autoestima, el “inducido” era citado hasta diez (10) veces en poco tiempo, para transmitirle la necesidad de que acepte el “retiro (in)voluntario”. No importaba cuan categórico hubiera sido su rechazo a la oferta empresaria. Muchas veces el entrevistador lo sometía a la humillación de largas esperas antes de recibirlo. En algunos casos el “inducido” fué citado tres (3) veces en un mismo día, pese a que siempre había manifestado que su voluntad era seguir trabajando en la empresa.-

Para los que lograban superar esta terrible presión, había medidas mas drásticas. Una fué notificarles “que por necesidades del servicio se lo traslada a San Luis” (Telefónica) o al Chaco (Telecóm). ¿Hace falta explicar lo que significaba para estos trabajadores semejante desarraigo? Muchos optaron por el “retiro”.-

Pero si el trabajador (con la ayuda de alguna presión sindical) lograba superar esta amenaza, las empresas contaban con otra batería de medidas. Una era la de darles como destino oficinas en las que no se les otorgaban tareas para realizar. En Telecóm se la llamaba “el corralito” (Fórest 1276). Las víctimas debían internalizar que eran considerados unos “inútiles” a los que la compañía no podía confiarles tarea alguna, sometiéndolos a la indignidad de recibir el salario sin trabajar.-

En algunos casos -todos documentados- directamente se los dejaba “a órdenes en su domicilio” durante meses. En la jerga telefónica se le decía “arresto domiciliario”. De esta forma el “inútil” era enfrentado con su propia familia, lo que aumentaba la presión psicológica que sufría.-

Telefónica de Argentina, la mas imaginativa para estas torturas, no les permitía tomar servicio a los trabajadores enfermos o accidentados que obtenían el alta de sus médicos particulares u obra social. Incluso, se llegó hasta hacer caso omiso del alta brindada por los profesionales de la propia A.R.T.. Los médicos patronales, con una alarmante falta de ética, aguardaban instrucciones del área de “Recursos Humanos” para convalidar o no la reincorporación del trabajador. Si se trataba de alguien que estaba en la lista de “inducidos”, se le hacía agotar la licencia paga y se lo encuadraba en el art. 211 de la L.C.T., amenazándolo con despedirlo sin indemnización alguna al agotarse este plazo. Salvo -claro está- que aceptara el generoso “retiro (in)voluntario”.-

Tal como refleja el proyecto legislativo que hemos citado mas arriba, otra fórmula de presión era no otorgarles a los “inducidos” la posibilidad de realizar horas extraordinarias o de trabajar durante el fin de semana -en un pié de igualdad con el resto de los trabajadores- causándoles el daño material de la reducción de sus ingresos y el perjuicio moral del sentimiento de la discriminación.-



VII.- POLÍTICA ANTISINDICAL:



Todas estas medidas fueron acompañadas por otras destinadas a debilitar o eliminar toda posibilidad de resistencia sindical.-

De por sí, la significativa reducción de trabajadores y la sustitución de muchos de ellos por pasantes, aprendices, contratados o personal de agencias -la mayoría de las veces en forma laboralmente fraudulenta- ha limitado la capacidad de acción de los sindicatos que agrupan al personal de estas empresas.-

No obstante ello, estas compañías han desarrollado también una vigorosa política antisindical, que podemos resumir en los siguientes puntos:

1°) traspaso masivo de trabajadores sindicalizados al sector de los llamados “fuera de convenio”. Generalmente el nuevo encuadramiento ha sido fraudulento, ya que la inmensa mayoría de los casos no cumplía con los requisitos (función, poder de dirección, nivel remunerativo, etc.) para ser excluidos de su convenio colectivo de trabajo.-

2°) presión sobre los trabajadores agrupados en sindicatos de personal jerarquizado, para que se desafilien.-

3°) traspaso de trabajadores afiliados a gremios de base, a otros de técnicos o jerárquicos, de escasa o nula capacidad de acción sindical.-

4°) desmantelamiento de los cuadros sindicales intermedios, mediante suculentos “retiros voluntarios”.-

5°) persecución laboral de los delegados del personal considerados “combativos”, discriminados en el ámbito de trabajo y permanentemente amenazados por acciones judiciales de exclusión de la tutela sindical.-

La uniformidad de estas políticas en las empresas públicas privatizadas, permiten imaginar la existencia de un mismo asesoramiento legal.-



VIII.- LAS CONSECUENCIAS:



Al poco tiempo de haberse instrumentado los procedimientos para obligar a los trabajadores a aceptar el “retiro (in)voluntario”, comenzaron a notarse sus consecuencias.-

Primero surgió el comentario sobre las “desgracias” de algunos compañeros que ya no trabajaban mas en la empresa. Pero poco a poco se comenzó a vislumbrar que las “coincidencias” podían no ser tales. Demasiados intentos de suicidio, demasiadas enfermedades terminales, demasiados infartos, demasiadas crisis de hipertensión, demasiados problemas familiares, divorcios o separaciones, como para que fuera una simple casualidad.-

Ante la inactividad sindical, un grupo de delegados telefónicos comenzó a realizar una investigación -con medios absolutamente precarios- de la que parece resultar que la casualidad era, en realidad, causalidad.-

Como botón de muestra tomamos el caso de Telefónica de Argentina S.A.:

1°) Trabajadores del Sector “110” que, ante su negativa a aceptar el “retiro (in)voluntario”, fueron enviados a sus domicilios durante períodos que llegaron a 7, 8 y 12 meses, con percepción de haberes (sin adicionales):



CHUTCHURRU, JUAN (*)

GARCILAZO. MONICA

IANNELLO, ANTONIO (*)

LEPELLERE, JUAN CARLOS (1)

LOMBI, NORMA (2)

MONTENEGRO, GUILLERMO (*) (3)

MORA, SILVIA

OCAMPO, MARÍA INÉS

OSAN, JORGE ROQUE (*)

PEREYRA, STELLA

PERILLO, BRIGIDA

QUENTACI, SARA

SAN MARTÍN, JOSÉ (*)

LODUCA, SILVIA (*) (4)


(*) No soportaron la situación y aceptaron el “retiro” (in)voluntario”.-

(1) Fué citado once (11) veces para presionarlo a que acepte el retiro.-

(2) Enfermó gravemente.-

(3) La situación le desencadenó hipertensión severa.-

(4) Enfermó gravemente.-

2°) Algunos ejemplos de trabajadores que aceptaron el “retiro”, después de pasar por una presión psicológica insoportable, están resumidos en la denuncia sindical a la que aludimos anteriormente, y que a continuación transcribimos.-

En ese documento aparece fotocopiada una Circular de la empresa, retransmitida por fax, en la que un funcionario se dirige a otros sobre temas vinculados con la distribución del trabajo en un sector, y al final les dice: “Los inducidos y sin perfil no deben tener contacto con el cliente por lo que solo pueden hacer tareas menores y que en lo posible les resulten disgustantes”.-


UNA DENUNCIA CON NOMBRES Y APELLIDOS


APELLIDO Y NOMBRE LUGAR DE

TRABAJO EMPRESA TESTIMONIO

LOIACONO HECTOR HUGO JONTE TELEFÓNICA Citado a retiro voluntario en reiteradas oportunidades, intentó suicidarse bajo un profundo estado de depresión. Se disparó dos tiros, un proyectil alojado en la cara le fue extraído en una operación, el otro lo tiene alojado en el cerebro.

Como consecuencia balbucea y tiene problemas motrices y de coordinación.-

PEGAZZANO GRACIELA NOEMI CULPINA TELEFÓNICA Citada al retiro voluntario en reiteradas oportunidades, trasladada adentro y fuera de su zona de trabajo, varias veces en poco tiempo, presionada en forma continua adolecía de trastornos estomacales. Falleció como consecuencia de una hemorragia estomacal.-

MAIDANA JUAN RAMÓN PLAZA TELEFÓNICA Citado al retiro voluntario en reiteradas oportunidades, presionado y discriminado laboralmente, sufrió un preinfarto por lo que fue internado en unidad coronaria en el Sanatorio Mitre.-

FLORES CARLOS PLAZA TELEFÓNICA Citado al retiro voluntario en varias oportunidades, presionado y discriminado laboralmente en forma constante. Sufrió un preinfarto por lo que tuvo que ser inter-nado.-

TORINO ROBERTO GOYA TELEFÓNICA Bajo presión laboral constante, comenzó sufriendo grandes dolores estomacales y en el pecho, fue perdiendo el habla progresiva-mente. Se le declaró cáncer y falleció como consecuencia de esta enfermedad.-



GUINBOURG DOMINGO LINIERS TELEFÓNICA Obligado a realizar cursos con contenido que excedían a su especialidad para ratifi-car el puesto de supervisor que ejercía des-de hacía varios años, falleció víctima de un derrame cerebral en un cuadro de depre-sión y angustia.-

CANTONE SERGIO CUYO TELEFÓNICA Presionado constantemente, trasladado en reiteradas oportunidades, incluido un trasla-do a Mendoza. Se fue con retiro voluntario. Se encuentra internado en el Hospital Pa-roissien, con graves trastornos psicológicos.

CERVIÑO SUSANA 24 DE NOVIEMBRE TELEFÓNICA Estuvo un año encerrada en una oficina sin que se le asignara tarea alguna, presionada laboralmente, citada en reiteradas oportuni-dades al retiro voluntario. Cayó en un pozo depresivo muy profundo. Intentó suicidarse disparándose tres tiros.-

MELNIK GREGORIO LEZICA TELEFÓNICA Trasladado en reiteradas oportunidades se le cambió de función varias veces, presio-nado y discriminado continuamente, citado al retiro voluntario en reiteradas oportuni-dades. Sufrió parálisis facial.-
ZELANO ROBERTO VERNET TELEFÓNICA Discriminado laboralmente fue objeto de un continuo hostigamiento. En un cuadro de profundo depresión, intentó suicidarse pren-diéndose fuego. Como consecuencia sufrió graves quemaduras.-

POMPIANI ALBERTO GOYA TELEFÓNICA En su puesto de supervisor enfrentó gran-des presiones para inducir retiros arbitra-rios, en contra de quienes fueron sus com-pañeros de trabajo durante muchos años. En un cuadro de depresión y angustia falle-ció como consecuencia de un derrame cere-bral.-

LOMBI NORMA JONTE TELEFÓNICA Citada al retiro voluntario en reiteradas oportunidades, presionada laboralmente, obligada a concurrir a cursos de reconver-sión para ser trasladada al 110 Informacio-nes, los que rindió en forma satisfactoria. Pese a ello, le fue negado el paso y se la envió a su domicilio durante varios meses sin dejarla tomar servicio, como presión para que terminara aceptando el retiro voluntario.-

Debido a esta situación entró en un profun-do estado depresivo que favoreció el desa-rrollo de una grave enfermedad.-

Lo mas grave de los hechos denunciados en el documento sindical es la impotencia de las víctimas para impedir o sancionar la arbitrariedad patronal.-

Ante la inactividad sindical, buscaban y no encontraban en la ley una respuesta eficiente al atropello que estaban sufriendo.-

Las empresas violaban decenas de normas legales y convencionales, pero la única solución que se le ofrecía al trabajador era la de los artículos de la L.C.T. 66 (ejercicio abusivo del “ius variandi”) o 242 (injuria laboral por grave incumplimiento contractual), o sea la de considerarse despedido y accionar judicialmente durante 4 o 5 años. Era eso o...el “retiro (in)voluntario.-

IX.- EL CASO “QUINTEROS”:

“Nestor A. Quinteros es un buen tipo. Y hasta no hace mucho tiempo era un tipo feliz. Como todo hombre sencillo había aprendido a ser feliz con las cosas simples de la vida: una buena pareja, un buen trabajo, una casita (“de material hecha a pulmón”) y buena salud.-

Trabajó toda su vida (hoy tiene 51 años), por eso sólo pudo cursar estudios primarios. Pero cuando se trata de valores humanos, “sabe” mucho.-

Desde hace 23 años que trabaja en telefonía, primero en ENTEL y, después de su privatización, en TELECOM. Tenía un legajo intachable y, como todo tipo sencillo, pensaba que su empleadora valoraba y reconocía su dedicación al trabajo. Al menos así parecía ser hasta mediados de 1995.-

No sabe en qué momento un tecnócrata decidió que Quinteros “no está en los planes de la compañía”. Ni siquiera lo sospechó cuando lo destinaron a realizar trabajos de reparación/instalación en “zonas peligrosas”, como la “villa miseria” La Cava, de San Isidro, donde no entra ni la policía.-

Pero Quinteros es un tipo sencillo y entiende a la gente sencilla. Además ha vivido casi toda su vida cerca de una villa miseria (“yo los respeto y ellos me respetan a mí, no tiene porqué ser de otra manera”, dice). Conoce los códigos de la villa y por eso no tuvo problemas en cumplir con lo que se le pedía.-

Las empresas montaron todo un aparato de presión para “convencer” a los trabajadores sobre las “ventajas” de pedir el retiro. Ello incluye profesionales de la psicología.-

Al fracasar el intento de atemorizar a Quinteros con el cambio de tareas, inician el proceso de presión psicológica. Primero lo citan a una entrevista con una “licenciada”, que le comunica que la empresa ha decidido desvincularlo y que le convenía solicitar el retiro “voluntario”. Cuando pregunta los motivos y porqué no lo reubicaban, le contesta que era una decisión empresaria y que los motivos “a Ud. no le interesan”. Durante 40 minutos la “licenciada” pasa de la seducción a las amenazas. Quinteros contesta que a él sólo le interesa conservar su trabajo, ya que tiene a su compañera enferma y en tratamiento médico por una patología cardíaca. Mientras mantenga su empleo, piensa, podrá darle cobertura médica.-

Pese a su categórica negativa, es citado en varias oportunidades para continuar con la tarea de “ablande”. Todo esto sucede durante los primeros días de enero de 1996. En la última reunión la “licenciada” le dice que si no pedía el retiro lo destinarían al Chaco. No era una simple amenaza. El 12/01/96 recibe el telegrama 328 en el que le notifican que en dos (2) semanas debía tomar servicio en la localidad de Roque Saénz Peña, Chaco (aquí a la vuelta ¿vió?).-

Quinteros se resiste a este brutal desarraigo y desacata la orden empresaria. Pero continúa negándose a pedir el retiro “voluntario”.-

El aparato de tortura psicológico de la empresa no se iba a dar por vencido tan fácilmente. El nuevo destino de Quinteros sería una oficina en Forest 1276, Capital, conocida como “El Corralito”. En ese lugar la empresa junta a los “rebeldes” (en ese momento había unos 15) y los tiene 8 horas diarias sin darles tarea alguna (“mirando la pared”).-

Continúan las citaciones a reuniones de “apriete”. En un día lo citaron hasta 2 veces. No le permitieron que lo acompañe un delegado gremial.-

Cuando la presión se hacía insostenible, Quinteros pidió que le otorguen unas vacaciones que le adeudaban. Insólitamente se las concedieron, pero sólo para cortárselas abruptamente. Tiene una nueva reunión con la “licenciada” y ante la ratificación de su posición, ella le notifica que sería destinado a una oficina de La Pampa al 2200, conocida como “el 110” (información al público).

La elección del nuevo destino de Quinteros no era casualidad. A un trabajador de 50 años, con 6° grado y que toda su vida hizo trabajo manual y en la calle, se lo enviaba a una oficina llena de computadoras, con un ritmo de trabajo infernal y brutalmente stresante. Lo sientan frente a un equipo donde había una operadora y le dicen que observe, ya que en 15 días debía aprender su funcionamiento.-

Al borde del colapso, el 8/3/96 Quinteros pide un cambio de tareas. Se sentía muy mal, no podía dormir, tenía dolores en el cuerpo, en la nuca, y transpiraba a pesar del aire acondicionado. Nunca le contestaron.-

Diez días después, estando en la oficina, comienza a notar que se le movía el piso, las paredes, los objetos. Siente que se ahoga. Lo atiende un médico de la empresa y advierte que tiene una presión altísima (23/12) y pide una ambulancia. Pierde el conocimiento. Al despertar en el Sanatorio Mitre sufría una hemiplejía en el lado derecho.-

Estuvo casi medio año en tratamiento médico y recuperación. Hoy vive medicado. Tiene problemas físicos, psíquicos y emocionales. Sufre de ataques de depresión.-

Por ahora la empresa se apiadó de él y continua trabajando. A pesar del rencor por lo que le hicieron sigue siendo un buen tipo, pero ya no podrá ser un tipo feliz.-

Quinteros, un caso mas de las miles de víctimas del RETIRO “VOLUNTARIO”.”

La historia de vida que he transcripto precedentemente es parte de la denuncia pública que, durante el año 1997, hizo el llamado “Plenario de Trabajadores Telefónicos - Mesa de Enlace”, que reunía a la mayoría de las agrupaciones gremiales opositoras.-

Valga la aclaración que a fines de 1997, una lista surgida de la “Mesa de Enlace” ganó las elecciones y se hizo cargo de la conducción del gremio (FOETRA-SINDICATO BUENOS AIRES), lo que ha permitido “oficializar” una denuncia hasta ese momento “underground”.-


X.- EL ESPIONAJE LABORAL:

El Juzgado Nacional del Trabajo N° 35, mediante sentencia del 29/3/99, hizo lugar a una denuncia de seis (6) trabajadores telefónicos y condenó a Telefónica de Argentina S.A. por haber utilizado una “cámara oculta” para filmarlos durante varios días, mientras tomaban café y sostenían conversacines sobre temas gremiales y privados, en un bar público. En los autos “Ateiro, Luis y otros c/Telefónica de Argentina S.A. s/Habeas data”, el Juez -Dr. Jorge L. Blake- tuvo por acreditado que la empleadora, con la excusa que se encontraban en horario de trabajo, procedió a filmarlos sin consentimento ni conocimiento de los trabajadores. Por tal motivo consideró que la empresa había “violado el derecho a la privacidad o a la intimidad” de sus dependientes, asumiendo “una conducta a todas luces abusiva”.-

Sale así a la luz (el tema fué comentado ampliamente en Página 12, edición del 8/7/99) una de las herramientas utilizadas por estas empresas para presionar a sus trabajadores y, eventualmente -como en este caso- tratar de despedirlos.-

La vigilancia secreta es uno de los modernos métodos que utilizan las grandes empresas para controlar a sus empleados, utilizando los sofisticados medios que permite la tecnología.-

La excusa es la productividad y el control de calidad, pero las empresas telefónicas recurren a estos procedimientos, en muchos casos para presionar e intimidar al trabajador cuyo “retiro (in)voluntario” se pretende.-

Sin necesidad de recurrir a la “cámara oculta”, Telefónica y Telecóm escuchan a toda hora a sus telefonistas, controlando cantidad y duración de cada llamada, qué se dice e, incluso, cuantas veces van al baño. Cuando se quiere presionar a un trabajador, directa o indirectamente se le hace saber que está siendo vigilado durante toda la jornada laboral.-

El efecto de esta vigilancia permanente es devastador para la psiquis humana. El operador trabaja permanentemente nervioso y al borde de la paranoia. Aparecen las contracturas musculares, posteriormente las patologías de la columna vertebral y de las articulaciones. Mas tarde las enfermedades cardíacas, los estados depresivos, el cáncer, etc..-

XI.- AUNQUE SEA UN CUENTO, NO ES CUENTO:

Cualquier parecido con la realidad no es pura casualidad. Todos los personajes de este cuento son reales y todas las historias son verídicas.-

Para quienes puedan pensar que hemos incurrido en exageraciones, transcribimos a continuación fundadas opiniones de profesionales de otras disciplinas.-

En el número de abril de 1997, de la revista “PLENARIO”, de la Asociación de Abogados de Buenos Aires (págs. 36/37), hay un artículo de Raquel Swi (psicóloga) y Noemí Baruj (sociológa), en el que se dice:
“El trabajo, las instituciones, las organizaciones articulan al hombre con la sociedad. El trabajo resulta una trama-sostén vincular, que hoy se ve amenazada.

En nuestro país el hombre está atacado en su integridad: la falta de trabajo margina, excluye, desarticula, empobrece.

Repetimos: los cambios no se avecinan, los cambios están ocurriendo.

¿Cómo acompañarlos sin alienarnos en el camino y sin caernos fuera del camino?

El stress es un estado de alerta que resulta de poner en marcha mecanismos de adaptación y ajuste al medio, es motor de la vida, motiva, genera entusiasmo, expectativas de logros, de crecimiento personal y de proyectos.

Cuando los estímulos se prolongan y sobrepasan la capacidad de respuesta eficiente, se inicia un proceso que, si no se toman medidas para revertirlo, aumentará paulatinamente los síntomas: el individuo comienza a verse desbordado, las barreras de protección empiezan, entonces, a fallar; se cometen errores y distracciones en las tareas, no se puede pensar con claridad, aparecen los olvidos, agotamiento y estado nervioso. En muchas personas el cuerpo comienza a quejarse: dolores de cabeza, contracturas musculares, taquicardias, insomnio, úlceras, psoriasis, depresiones...pudien-do llegar a accidentes e infartos, poniendo en riesgo la vida. La última fase se conoce como distress.

Hay distress cuando los mecanismos de ajuste adecuados fallan frente a las exigencias externas, superando la capacidad de adaptación.

La O.I.T. dice: “...cuando el stress cobra un carácter crónico y debilitante la persona puede enfermar, incluso morir...”.

Varios hechos confluyen o pueden causarlo. Por un lado la inestabilidad, las exigencias, las frustraciones, la contaminación, tener mucho para hacer, realizar tareas no motivantes, trabajar en forma aislada, o muchas horas, presiones y responsabilidades. Por el otro, la carencia de trabajo.

Entonces, por exceso o por falta de trabajo se puede caer en el stress - distress. Recordemos que la inseguridad laboral es el factor más importante de stress - distress (todos tenemos miedo a ser un desocupado)”.-
La psicóloga Elina Aguiar escribió un artículo en Página 12, edición del 18/6/98 (pág. 37) en el que sostenía:
“La desocupación y la amenaza constante de perder el trabajo son violencias contra los sujetos y producen angustia traumática. En 1893 Freud decía con respecto a las experiencias traumáticas: “Lo eficaz para el síntoma es el afecto de terror”. Esto es lo que hace de un acontecimiento un trauma. Freud recalca que el trauma de origen social produce “estupor inicial, paulatino embotamiento, anestesia afectiva, abandono de toda expectativa y alejamiento de los demás”. Se promueve la inermidad y el desamparo, expuestos e indefensos ante el deseo de muerte de un otro que considera masa sobrante a sus congéneres.

La violencia impuesta por la flexibilización laboral o por el desempleo queda anclada dentro de los ciudadanos en su cuerpo, en su musculatura, como una tensión reprimida, y en su mente como una culpabilidad asumida. Provoca un estado inhibición y/o explosiones periódicas de violencia hacia su pareja o sus hijos.

El trabajo impone una estructuración del tiempo y de los ritmos y costumbres que servían de marco contenedor y regulador al trabajador y su familia. La desocupación genera vivencias de desarraigo, ¿quién soy yo y para quién? Se siente rechazado y no busca trabajo para no exponerse a un nuevo rechazo y desilución. Quienes han perdido su trabajo están en situación de duelo: la tristeza se traduce en decaimiento físico, disminución de la autoestima, autorreproches, sufrimiento y aislamiento.

Así como en la última dictadura los ciudadanos perseguidos y castigados por el terrorismo de Estado fueron estigmatizados -”por algo será”, “algo habrán hecho”-, lo mismo sucede con los desocupados, víctimas de estas dictaduras económico-financieras; son estigmatizados, se convierten en desaparecidos sociales que mueren de muerte lenta: por desnutrición, suicidios, mayor incidencia de morbilidad y exclusión social”.-


XII.- LOS TELEFÓNICOS NO ESTÁN SOLOS:

Telefónica de Argentina tuvo ganancias por $ 384.100.000 en 1996 y de $ 508.600.000 en 1997. En el semestre octubre 97/marzo 98 sus utilidades fueron $ 272.000.000. Telecóm ganó $ 263.500.000 en 1996 y $ 335.800.000 en 1997. En el semestre 10/97 a 3/98 su rentabilidad neta fué de $ 198.000.000. Una prueba de que Carlos I cumple con sus promesas.-

Pero las empresas también cumplieron las suyas: prácticamente no despidieron (sin causa) a ningún trabajador. No obstante, la planta de personal evolucionó de la siguiente forma:



1990 1998 Ingresos Bajas

TELEFÓNICA 21.770 11.825 5.500 16.270

TELECOM 20.500 11.007 2.500 11.993

TOTAL DE BAJAS TRABAJADORES ENTEL: 28.263

Si alguien piensa que se trata de un problema acotado a las empresas telefónicas, lo invito a leer la página 9 del diario Clarín, edición del 10/4/98, en la que, bajo el título “CONFLICTO LABORAL - NEUQUEN: ACUERDO EN EL CORREO”, se informa sobre una denuncia de los empleados de CORREO ARGENTINO S.A., diciendo en una parte:
“El conflicto había comenzado el miércoles, cuando los dirigentes gremiales quisieron entrar al Correo para entablar un diálogo por “las presiones que tienen los empleados para tomar el retiro voluntario”.”

Pocos días después (24/4/98), en el mismo diario apareció una solicitada de la Federación del Personal Jerárquico Profesional y Técnico del Correo Argentino (pág. 52), en la que se denuncia:

“Una cruel Presión psicológica y de hecho, para que más de 4.000 trabajadores se retiren de la Empresa mediante una figura de “Desvinculación Laboral por Mutuo Acuerdo” pasando a engrosar la fila de Desocupados”.-

XIII.- COLORIN, COLORADO...:
Aunque al momento de escribir este “cuento de terror” los malos siguen ganando, hay una luz al final del túnel. El mundo está cambiando y, como siempre ocurrió, Argentina también cambiará. Como contemporáneos de estas profundas mutaciones es lógico que estemos sumidos en una enorme confusión. Pero no hay forma de salir de ella si no se tiene cabal conciencia de la realidad. Y este “cuento de terror” es la dura realidad de los trabajadores de las empresas privatizadas.-

La finalidad de estas empresas parece ser el lucro ilimitado, sin compromisos con la sociedad en la que actúan. Los trabajadores son como objetos, como engranajes intercambiables de mecanismos movidos desde arriba. Estructuras autocráticas en las que unos pocos mandan y las mayorías silenciosas obedecen, y que cometen arbitrariedades e iniquidades sin un Estado que las controle.-

Pero, así como la oscuridad mas intensa de la noche es la que anuncia el amanecer, también en este momento se puede presentir que hay un nuevo paradigma en plena gestación. Hay algo, aún sin forma ni nombre, que está ocurriendo. Un retorno a la solidaridad, a la participación, a la acción grupal. Algo que anuncia, aún en forma confusa, la llegada de un nuevo orden social y mundial.-

Los que creemos en esta utopía sólo necesitamos encontrarnos y reconocernos, recordando que en la construcción del nuevo paradigma, la mejor meta es el camino que recorremos para llegar a ella.-

Y colorín, colorado este cuento...¿se ha acabado?

Buenos Aires, agosto de 1999.-