Alma de Nogal : Los Chalchaleros

viernes, 6 de marzo de 2020

Pocas chances para recuperar al pejerrey. http://semanariodejunin.com.ar




LAGUNAS JUNINENSES
Pocas chances para recuperar al pejerrey
00:40 | La falta de políticas que permitan llevar adelante un plan concreto, sumado a la fuerte contaminación, hacen difícil que el “flecha de plata” retorne con fuerza a las lagunas de Junín, al menos en el corto plazo.


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Semanario
Por más que el responsable de Turismo se esfuerce en inventar un relato con mirada sesgada, la falta de pesca en Junín sigue siendo el mayor inconveniente a la hora de vender “un paquete interesante” como opción para los turistas.
Y esta carencia tiene varias aristas, pero ninguna de ellas está siendo atendida.
Por un lado, sigue en virtual estado de abandono la estación hidrobiológica y es posible que la llegada de nuevas autoridades provinciales, le de la rejerarquización que se merece y que vale recordar prometieron y no cumplieron (sólo para la foto) el año pasado los dos legisladores provinciales de Cambiemos, Laura Ricchini y Juan Fiorini.
El otro costado implica la falta de controles sobre la pesca clandestina, cuestión de importancia en otros espejos de agua, donde son los mismos pescadores deportivos y lugareños, quienes se ocupan de revisar que no haya trasmallos y redes que terminen afectando la actividad.
No deja de ser importante la falta de un plan de cota máxima para la laguna que termine con los picos y bajas naturales de sequías e inundaciones y cuyo nivel se ve manejado por las presiones de sectores chacareros que buscan priorizar para sí el espacio geográfico con el fin de ganar algunas hectáreas productivas en detrimento de la fortaleza que implica la pesca deportiva para la economía regional.
Pero el punto tal vez más sobresaliente sea hoy por hoy la calidad del agua y su aptitud para que el pejerrey se desarrolle en forma conveniente como en otros tiempos en los que la pesca embarcada o la más importante desde el punto social, la de costa, hacían que cada fin de semana –durante todo el año- las tres lagunas estuvieran colmadas.
TODO CONTAMINADO
Hay numerosos estudios acerca de la contaminación que producen los agroquímicos en las lagunas bonaerenses. De hecho la UNNOBA publicó uno hace poco más de un año acerca de las características de nuestros ámbitos lacustres, dando señales claras de preocupación por la presencia de bacterias peligrosas.
Hay algo muy claro y es que en un ambiente contaminado los peces no logran reproducirse con normalidad por alteraciones propias e incluso por la de los que resultan su alimento.
Algo así como que si no hay suficientes mojarras o madrecitas de agua, por lógica consecuencia el pejerrey no desarrollará en cantidad y menos aún en calidad.
Un estudio elaborado en 2015 y al que tuvo acceso SEMANARIO, indica que “la exposición al glifosato en los niveles reportados en ríos y lagunas de la región pampeana produce cambios en el metabolismo energético de los peces y también afecta su sistema nervioso central. La información surge de experimentos realizados con pejerreyes y madrecitas de río”.
En Argentina, desde fines de la década de 1990 hasta 2013, la superficie cultivada con soja aumentó de 9 millones de hectáreas a más de 20 millones. Como consecuencia de ello, la aplicación de herbicidas y pesticidas se incrementó de 127 mil toneladas, en 1999, a más de 280 mil en 2013. Teniendo en cuenta que esas sustancias potencialmente tóxicas van a parar a las lagunas y ríos, es dable pensar que los peces que habitan en esos cuerpos de agua pueden verse afectados.
En efecto, si el pejerrey (Odontesthes bonariensis) es expuesto a un formulado de glifosato, su metabolismo energético resulta afectado, lo que indica que la presencia del herbicida le genera estrés, según indica Renata Menéndez Helman, investigadora que desarrolló su doctorado en el INQUIMAE (Instituto de Química Física de los Materiales, Medio Ambiente y Energía) de Exactas -UBA. Asimismo, se observaron efectos del principio activo sobre el sistema nervioso central de otra especie nativa ampliamente distribuida en la región: la madrecita o panzón (Cnesterodon decemmaculatus) y que es uno de los principales alimentos del flecha de plata.
 “El objetivo era evaluar efectos subletales, es decir, que no produjeran la muerte sino que sirvieran como señales tempranas de la exposición a contaminantes”, explica Menéndez Helman. Ella se ocupa de estudiar el metabolismo energético, es decir las reacciones de síntesis y degradación de las moléculas energéticas en el interior de la célula en distintos tejidos (hígado, cerebro, músculo) del pejerrey. Estos experimentos formaron parte de su tesis doctoral, dirigida por María dos Santos Afonso (investigadora del INQUIMAE) y Alfredo Salibián, de la Universidad Nacional de Luján, y fueron realizados en colaboración con Leandro Miranda del INTECH Chascomús.
Para evaluar los efectos del herbicida, los peces fueron colocados, durante quince días, en recipientes con agua que contenían 1 ppm (una parte por mil, que equivale a un miligramo por litro) y 10 ppm de glifosato, que son concentraciones dentro del rango de las reportadas en cuerpos de agua de la llanura pampeana.
Luego de la exposición al glifosato, la investigadora realizó la disección de los peces, extrayendo el hígado, el cerebro y el músculo.
Al realizar las mediciones en los tres tejidos, tanto en los peces expuestos al glifosato como en los que funcionaron como control, los investigadores encontraron significativas diferencias. “En particular, en el hígado y en el músculo encontramos que disminuyen los niveles de ATP frente al total de adenilatos, y esto muestra, de alguna manera, que al ser expuesto al herbicida el organismo está sufriendo estrés”, confirmó la investigadora cuyos resultados fueron publicados en Ecotoxicology and Environmental Safety.
En otros experimentos, Menéndez Helman quiso averiguar si el glifosato ejercía algún efecto en el sistema nervioso de los peces y sumó a la experiencia a las “madrecitas de agua”.
Las intoxicaciones por inhibidores de la acetilcolinesterasa pueden culminar con un colapso cardiorrespiratorio y conducir a la muerte. En peces, cuando están expuestos a esos contaminantes, se han observado problemas en el equilibrio y efectos sobre los patrones de locomoción.
Teniendo en cuenta estas conclusiones será difícil en las actuales circunstancias de producción agrícola en la región, recomponer la fauna íctica de modo tal que el pejerrey tenga la abundancia que se requiere para la revitalización del turismo local y mucho menos aún si no se implementan medidas efectivas para revertir el actual proceso en el cual los funcionarios parecieran esperar que se solucione por acción de la propia naturaleza que es –precisamente- la que está siendo atacada.
UN MAL DESTINO
Si no se toman medidas para frenar la contaminación los espejos de agua tenderán a convertirse en pantanos sin vida.
Un estudio publicado hace tres años en la revista Ecology Letters, en el que participaron biólogos europeos analizó la proporción de nitrógeno y fósforo en diferentes ecosistemas de agua dulce del mundo. Los investigadores han constatado que esta proporción se está alterando en las cuencas fluviales donde la actividad humana es más intensa y donde hay más población.
Más aún podría estar ocurriendo en nuestro medio donde el uso de agroquímicos está por encima que en Europa.
El vertido continuo de detergentes, pesticidas, fertilizantes y aguas residuales urbanas e industriales en muchos ríos del mundo añade cantidades desorbitadas de fósforo y esto ya ha quedado demostrado en el ámbito local.




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