Visita
Jane Goodall contra la masacre ambiental
La prestigiosa y mítica primatóloga llega esta semana a Buenos Aires para difundir su mensaje pacifista.
Diálogo. Goodall se ha destacado por descubrir que los chimpancés pueden transmitir sus conocimientos adquiridos a su descendencia.
En 1960, la primatóloga, etóloga, antropóloga y mensajera de la paz de la ONU Jane Goodall inició el viaje hacia el que sería su destino vital: el Parque Nacional de Gombe (Tanzania). Es hoy una de las científicas más reconocidas a nivel internacional, especialmente por su conocimiento del comportamiento de los chimpancés. Goodall revolucionó una etología (estudio del comportamiento de los animales en sus medios naturales) absorbida por el antropocentrismo y descubrió que, en realidad, chimpancés y humanos no somos tan diferentes: compartimos profundas semejanzas, tanto en el campo de lo positivo como en el de lo negativo –el genoma de Pan troglodytes (chimpancé común) y Pan paniscus (bonobo o chimpancé pigmeo) tiene un 98% de semejanzas génicas con el Homo sapiens. La primatóloga estará de visita en Buenos Aires esta semana y antes de su partida concedió esta entrevista por correo electrónico poco antes de llegar a Buenos Aires, donde brindará dos conferencias.
En 1960, la primatóloga, etóloga, antropóloga y mensajera de la paz de la ONU Jane Goodall inició el viaje hacia el que sería su destino vital: el Parque Nacional de Gombe (Tanzania). Es hoy una de las científicas más reconocidas a nivel internacional, especialmente por su conocimiento del comportamiento de los chimpancés. Goodall revolucionó una etología (estudio del comportamiento de los animales en sus medios naturales) absorbida por el antropocentrismo y descubrió que, en realidad, chimpancés y humanos no somos tan diferentes: compartimos profundas semejanzas, tanto en el campo de lo positivo como en el de lo negativo –el genoma de Pan troglodytes (chimpancé común) y Pan paniscus (bonobo o chimpancé pigmeo) tiene un 98% de semejanzas génicas con el Homo sapiens. La primatóloga estará de visita en Buenos Aires esta semana y antes de su partida concedió esta entrevista por correo electrónico poco antes de llegar a Buenos Aires, donde brindará dos conferencias.
–¿En qué estado se encuentran las problemáticas ambientales tanto a nivel global como en América Latina en particular?
–El medio ambiente está siendo masacrado en todas partes como resultado de nuestras sociedades materialistas que ponen el “desarrollo” primero, con la asunción irreal de que puede haber un desarrollo económico ilimitado en un planeta con recursos naturales finitos. Ya estamos usando algunos recursos naturales más rápido de lo que la naturaleza puede restituirlos. En otras palabras, el estilo de vida de muchos no es sustentable. Y esto se ve agravado por la pobreza, cuando las personas cortan el último árbol en su esfuerzo desesperado por obtener tierras para tratar de alimentar a sus familias, o compran los productos más baratos porque tienen que hacerlo y no pueden darse el lujo de preguntar cómo se hizo o si dañó al medio ambiente. Y finalmente hay crecimiento poblacional. Las selvas están siendo taladas, el agua, la tierra y el aire están contaminados, las especies se están extinguiendo local o totalmente, y ahora el cambio climático. Y en todas partes hay corrupción y avaricia. No soy una experta en problemas ambientales en América Latina, pero algunos problemas evidentes son la deforestación, la contaminación de los ríos como resultado de la minería, la ganadería y el comercio ilegal de animales silvestres. Por supuesto, los problemas varían de un país a otro.
–La ciencia y la tecnología son muy importantes para la conservación medioambiental. ¿Cuál sería la forma idónea de combinar ambas herramientas para que puedan ser aplicadas en los países latinoamericanos?
–En África, el Instituto Jane Goodall imparte talleres para capacitar a los aldeanos para que puedan monitorear la salud de sus bosques utilizando dispositivos móviles. Registran árboles talados ilegalmente, trampas para animales, etcétera, también los utilizan para registrar avistamientos de ciertas especies en peligro de extinción. Esta información se carga en una base de datos online llamada Global Forest Watch. Usamos GIS (por sus siglas en inglés: Sistemas de Información Geográfica), GPS, imágenes satelitales y de drones para trazar el alcance de ciertas especies. Configuramos cámaras automáticas para registrar la presencia de animales salvajes que pueden proporcionar una gran cantidad de información. Ya sabemos que el cambio climático afectará a los ecosistemas del planeta de diferentes maneras. Temperaturas más altas, sequías, huracanes, ocurren en todas partes. Es importante invertir en más investigación y desarrollo de capacidades para recopilar y aplicar datos sobre cómo estos factores afectarán diferentes ecosistemas y especies, por ejemplo, a los primates, que son vitales para bosques tropicales sanos. Eso ayudará a adoptar las políticas apropiadas para mitigar sus efectos.
–¿Y qué muestra la otra cara de la moneda? ¿Qué iniciativas no han funcionado en materia de políticas de conservación ambiental?
–América Latina es una de las regiones con mayor biodiversidad del planeta, representa del 60 al 70% de toda la vida conocida en la Tierra. Solo consideremos que dentro de las 504 especies de primates identificadas en el mundo, el Neotrópico tiene 171, es decir más que África continental con 111, Madagascar con 103 y Asia con 119. Sin embargo, hay grandes contrastes entre los países y aunque cada uno tiene su propia especificidad, sus economías aún dependen en gran medida de productos primarios y recursos naturales, por lo que sus patrones actuales de desarrollo, incluida la producción y el consumo, son en muchos casos insostenibles y condujeron a la sobreexplotación de recursos y a la pérdida de biodiversidad. Ha habido mejoras en muchos sectores y la sociedad civil ha liderado el proceso de conciencia sobre las debilidades de la agenda ambiental. Los gobiernos deben dar prioridad a las cuestiones ambientales, ya que los efectos del cambio climático agravan el sufrimiento causado por causas antropogénicas: degradación de la tierra, minería, urbanización, contaminación, degradación del agua. Los glaciares andinos, que se consideran vitales para proporcionar agua a millones de personas, se están reduciendo; las condiciones climáticas extremas con altas temperaturas e inundaciones están diezmando a las comunidades, al ganado y perjudicando el medio ambiente. La diversificación de las fuentes de energía también ayudará a los países de América Latina. Los temas sociales y ambientales están en la parte superior de la Agenda 2030 que se ha acordado en todos los países como el mejor camino hacia un planeta sostenible.
–A partir de su experiencia con chimpancés en Tanzania, usted tomó la decisión de difundir y concientizar a la gente sobre nuestras acciones en el mundo y difundir ese mensaje. Desde nuestro lugar como ciudadanos, ¿qué pasos deberíamos seguir para aportar con nuestro granito de arena a la preservación de los recursos regionales?
–Animo a la gente a aprender y a interesarse en nuestro programa de educación para jóvenes desde el jardín de infantes hasta la universidad. Los distintos grupos discuten problemas locales, deciden en qué les gustaría trabajar y cómo, se arremangan y se ponen en acción. Cada grupo elige proyectos para hacer que el mundo sea mejor para 1) las personas 2) los animales y 3) el medio ambiente. El mensaje más importante es que cada individuo importa, que tiene un rol que cumplir. Cada individuo tiene algún impacto cada día, y nosotros tenemos la elección de elegir qué impacto vamos a generar. ¿Qué elecciones tomamos cada día? ¿Qué compramos? ¿Cuál es el origen de nuestros productos? ¿Su producción afectó al medio ambiente? ¿Involucró crueldad animal, trabajo infantil o trabajo esclavo? Debemos reducir el desperdicio, reciclar, y reutilizar. Pensar en nuestra huella ambiental. Por supuesto, existen personas que pueden donar su dinero o tiempo como voluntarios a causas ambientales particulares. Si la gente comienza a pensar de esta forma, comienza a idear muchas formas diferentes con las que pueden hacer una diferencia.
Contexto
La personalidad y la cultura de los chimpancés
El paleoantropólogo Louis Leakey pensaba que la clave para entender la conducta de los homínidos fósiles (algunos de los cuales, como el Homo habilis, él había descubierto) se encontraba en el estudio de los actuales hominoideos (gorilas, chimpancés y orangutanes) no humanos en su ambiente natural. Leakey era consciente de la enorme dificultad del proyecto, que requería unas dotes excepcionales de perseverancia, paciencia, capacidad de observación y empatía, dotes que él esperaba encontrar en algunas mujeres. Y las encontró: tres chicas sin previa formación universitaria (aunque luego se doctoraron en Cambridge), decididas y entusiastas, que han establecido el contacto directo de nuestra especie con nuestros parientes vivos más cercanos y han revolucionado la primatología: Birute Galdikas se ocupó de los orangutanes, en Borneo; Diane Fossey, de los gorilas, en los volcanes Virunga, entre Congo y Uganda; y Goodall, de los chimpancés en la ex Tanganica (hoy Tanzania).
En sus comienzos la joven inglesa se pasó varios años sola en los bosques de Gombe tratando de acercarse a los chimpancés, que durante mucho tiempo le rehuían, hasta acabar siendo plenamente aceptada por ellos. A medida que avanzaban sus estudios de campo, comprobaba algo que ya sabía de pequeña, que los animales tienen personalidad. Descubrió que los gorilas, chimpancés y orangutanes tienen cultura; esta es transmitida a sus descendientes. Asimismo documentó que son seres sensibles y emotivos e, incluso, que piensan, recuerdan y planifican. Fue la primera investigadora en observar y documentar a un chimpancé construyendo y usando una herramienta para obtener terminas de un termitero. Entonces, Leakey hizo su famosa declaración: “Ahora debemos redefinir ‘herramienta’, redefinir ‘hombre’, o aceptar a los chimpancés como humanos”.
Fue en esa época que la National Geographic decide enviar a Hugo van Lawick, un camarógrafo cuya labor era registrar los estudios de Jane Goodall. Este material original podrá ser visto en la Argentina en los próximos meses ya que Jane, el reciente documental sobre la primatóloga, fue construido en base a 140 horas de imágenes inéditas tomadas en la década del 60 por su ex esposo para National Geographic.
En 1986, en un congreso en Chicago se puso de relieve la situación crítica que afectaba los hábitats de los chimpancés y otros animales, el problema de la caza furtiva, el tráfico de mascotas, y la desoladora condición de muchos primates cautivos en circos y laboratorios de investigación biomédica. Jane Goodall tomó la decisión de dejar sus estudios de campo y poner su vida al servicio de los animales de los que tanto había aprendido. Lo demás es historia: la mayor referente mundial en la conservación de la naturaleza y embajadora de la paz de la ONU, representa como nadie la defensa de la biodiversidad.
Sus 83 años no frenan su ritmo de vida y de trabajo, centrado en desarrollar proyectos de conservación y en concientizar a la población sobre el estilo de vida que llevamos. Por tal motivo viaja 300 días al año para difundir su mensaje dialogando con los líderes más influyentes del mundo y generar conciencia en la población.
Agenda de Goodall en Buenos Aires
23/11 Conferencia: “Una mirada hacia el futuro”. Usina del Arte, 19 hs. Entrada gratuita.
24/11 Cóctel solidario “Una noche de inspiración y esperanza junto a Jane Goodall”. Salón Dorado, Teatro Colón, 19 hs. Información y reservas: inscripciones@janegoodall.com.ar 25/11: Desfile Animal “Los animales salvajes no son mascotas”. Parque Tres de Febrero, CABA, 11 hs. Entrada gratuita, actividad familiar. Paula Funes
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