La exposición de embarazadas al glifosato causa
parto prematuro, según estudio
Redacción VIVIR
El primer estudio de este tipo
encontró que más del 90 por ciento de un grupo de mujeres embarazadas en
Indiana (Estados Unidos) tenían niveles detectables de glifosato, el
ingrediente activo en Roundup, el herbicida más utilizado a nivel mundial.
Pixabay
El primero estudio en examinar la
exposición al glifosato en mujeres embarazadas en los Estados Unidos es
revelador: el 93% de las 71 mujeres que examinaron tenía niveles detectables de
glifosato en su orina.
Investigadores de la Universidad de
Indiana y la Universidad de California (Estados Unidos) reportaron que esos
altos niveles del ingrediente activo del RoundUp, el herbicida más utilizado en
el mundo, estás relacionado con embarazos más cortos.
"Hay
una creciente evidencia de que incluso una ligera reducción en la duración
gestacional puede llevar a consecuencias adversas para toda la vida", dijo
Shahid Parvez, el investigador principal de este estudio y profesor asistente
en el Departamento de Ciencias de la Salud Ambiental en la IU Richard M. Fairbanks
School de Salud Pública, a Science Daily.
El
glifosato es un componente químico que está presente en muchos alimentos, se ha
detectado, por ejemplo, en la miel, en los cereales para el desayuno, en la
leche de fórmula infantil e incluso en la leche materna. El Centro
Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la OMS, lo clasificó
como posiblemente cancerígeno para los seres humanos. Gran
parte de la Unión Europea está en proceso de eliminación de este compuesto, de
modo que en 2022 no se use más en los campos europeos.
Y
según el estudio, publicado en la revista Environmental Health,
en los Estados Unidos solamente, se aplican casi 300 millones de libras de este
compuesto cada año. En los últimos años, se han detectado altas tasas de
glifosato en arroyos, ríos y lagos de los Estados Unidos, sobre todo los
aledaños a los cultivos de maíz y soya que están genéticamente modificados para
ser resistentes al Roundup, o mejor dicho, al glifosato. Más del 90% del maíz,
la soja y la colza cultivados en los Estados Unidos se modifican de esta
manera, y estos granos se utilizan en la mayoría de los alimentos procesados.
"Encontramos niveles más altos de
glifosato en la orina en mujeres que vivían en áreas rurales y en aquellas que
consumían más bebidas con cafeína", dijo Parvez. La buena noticia es que
el agua potable que sale de los grifos no es la fuente primaria de la
exposición al glifosato, como era su primera hipótesis. La mala noticia es que,
al parecer, es la ingesta de maíz y soya lo que causa la sobreexposición al
químico, y eso precisamente es lo que aparentemente estaría causando que los
embarazos sean más cortos y los partos, prematuros.
Esto trae riesgos tanto para el recién
nacido. Los bebés prematuros tienen más posibilidades de tener problemas de
salud, como dificultad para respirar, lesiones cerebrales, pérdida de audición
o visión, o alteraciones en el movimiento.
Indiana es uno de los estados más
prósperos de los Estados Unidos gracias a su industria automovilística y a sus
extensos cultivos de soya, que sirven para alimentar el ganado en otras regiones
del país o para consumo humano, entre otras. De acuerdo el Departamento de
Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), ese país batió
un record histórico con una superficie cultivada de soya de 89.5 millones
hectáreas en 2017, de las cuales 6 millones están en Indiana. Y la soya y el
maíz hacen parte de la canasta básica familiar.
Aunque la muestra del estudio es
pequeña y regional, y la diversidad étnica o racial fue limitada, es muy
diciente que de una muestra tan pequeña (71 mujeres) haya resultado un alto
porcentaje de afectadas. “En esa medida, la exposición materna al glifosato y
su relación significativa con el embarazo acortado es evidente”, dijo Parvez a
Science Daily.
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