DECLARACIÓN DE LA 3ERA ASAMBLEA SOCIOAMBIENTAL REGIONAL BUENOS AIRES-5-6 Y 7 DE ABRIL EN BAHIA BLANCA
Compañeros y compañeras, con motivo de este encuentro de asambleas ciudadanas desde Bahia Blanca queremos manifestar nuestra alegría y satisfacción de recibir a los vecinos asambleistas que resisten al modelo, y que hoy nos visitan desde Mendoza, Buenos Aires, La Pampa, Neuquén y Río Negro
Encontrarnos hoy en la calle una vez más, como tantas y tan diversas veces, para expresar nuestra resistencia y lucha, es para nosotros motivo de festejo.
Los días 5-6 y 7 en Bahía Blanca se realizó el tercer encuentro de asambleas socio-ambientales de la provincia de Buenos Aires y de esta manera nos encontramos con los asambleístas de distintas provincias involucradas y alarmadas por los proyectos que afectan nuestra salud y el ambiente. En la actualidad, la megaminería y la hidrofractura no tienen nada de bueno para nuestra sociedad y más, por el contrario acrecienta la pesada herencia que dejaremos a las generaciones venideras. El agua es un derecho humano y no una mercancía, consideramos que negar a los pueblos el acceso al agua potable y a un ambiente sano es un delito de lesa humanidad.
No salimos del impacto y el estupor por lo vivido por miles de compatriotas víctimas de la catástrofe de Buenos Aires, La Plata y parte del conurbano. El modelo de la gran ciudad es inhumano, la planificación ajustada a la medida de los inversores inmobiliarios, ha transformado a la ciudad de La Plata en una trampa que le cobró la vida a más de cincuenta personas. El estado tan ejecutivo a la hora de facilitar estos negociados, ha sido cómplice de la tragedia; es el pueblo el que rinde tributo anónimo al humanismo y la solidaridad.
La madre tierra se manifiesta con la belleza del rocío y también con la bravura de la tempestad de días pasados. Son cada vez más visibles las manifestaciones climáticas que ponen de relieve un grado de alteración cada vez mayor de los ciclos naturales, y esto tiene directa relación con la forma de vida de la humanidad, el consumo excesivo e innecesario de todo tipo de bienes.
Llegamos aquí alarmados por el desmonte y el aumento de los agronegocios que no paran, aunque no sea noticia, atentos que nuestra tierra ha perdido la biodiversidad que supo albergar. Además, este modelo promueve el uso de productos transgénicos, que envenenan las comunidades, sus ríos, arroyos y degradan los suelos, destruyendo la soberanía alimentaria.
El campo cada vez más concentrado en pocas manos. Sin trabajadores, sin campesinos, de artificio montado sobre el desmonte, que supo ser la casa y el sustento de miles de comunidades de pueblos originarios, que sufren el destierro y se ven obligados a engrosar los cordones marginales de la ciudad.
Con las imágenes de La Plata es imposible no recordar las de Santa Fe y más acá las de Tartagal, muchos de los allí damnificados lo fueron doblemente, primero por ser expulsados del monte por las petroleras, los sojeros y los madereros, luego víctimas de la deforestación. Así es que bajó el barro mortal sobre Tartagal, esa fue la verdadera historia y es bueno recordarla, para convocarnos con más fuerza en todo los territorios, en defensa a la vida contra el modelo extractivista y contaminante, depredador de nuestra agua.
Nos llena de satisfacción encontrarnos en la lucha, en el intercambio fraterno, en la búsqueda de una sociedad y un mundo distinto. Sabemos que nada tiene este sistema que ofrecernos más que desigualdad, explotación, división y pérdida de calidad de vida.
Es necesario transitar un camino distinto al del mercado y la propiedad privada. La solidaridad, el igualitarismo, el intercambio desinteresado y el buen vivir son valores de este pueblo en pie.
Rechazamos la respuesta del estado que criminaliza la protesta a través de la ley antiterrorista y el proyecto X entre otras formas de represión.
Compañeros y compañeras, con motivo de este encuentro de asambleas ciudadanas desde Bahia Blanca queremos manifestar nuestra alegría y satisfacción de recibir a los vecinos asambleistas que resisten al modelo, y que hoy nos visitan desde Mendoza, Buenos Aires, La Pampa, Neuquén y Río Negro
Encontrarnos hoy en la calle una vez más, como tantas y tan diversas veces, para expresar nuestra resistencia y lucha, es para nosotros motivo de festejo.
Los días 5-6 y 7 en Bahía Blanca se realizó el tercer encuentro de asambleas socio-ambientales de la provincia de Buenos Aires y de esta manera nos encontramos con los asambleístas de distintas provincias involucradas y alarmadas por los proyectos que afectan nuestra salud y el ambiente. En la actualidad, la megaminería y la hidrofractura no tienen nada de bueno para nuestra sociedad y más, por el contrario acrecienta la pesada herencia que dejaremos a las generaciones venideras. El agua es un derecho humano y no una mercancía, consideramos que negar a los pueblos el acceso al agua potable y a un ambiente sano es un delito de lesa humanidad.
No salimos del impacto y el estupor por lo vivido por miles de compatriotas víctimas de la catástrofe de Buenos Aires, La Plata y parte del conurbano. El modelo de la gran ciudad es inhumano, la planificación ajustada a la medida de los inversores inmobiliarios, ha transformado a la ciudad de La Plata en una trampa que le cobró la vida a más de cincuenta personas. El estado tan ejecutivo a la hora de facilitar estos negociados, ha sido cómplice de la tragedia; es el pueblo el que rinde tributo anónimo al humanismo y la solidaridad.
La madre tierra se manifiesta con la belleza del rocío y también con la bravura de la tempestad de días pasados. Son cada vez más visibles las manifestaciones climáticas que ponen de relieve un grado de alteración cada vez mayor de los ciclos naturales, y esto tiene directa relación con la forma de vida de la humanidad, el consumo excesivo e innecesario de todo tipo de bienes.
Llegamos aquí alarmados por el desmonte y el aumento de los agronegocios que no paran, aunque no sea noticia, atentos que nuestra tierra ha perdido la biodiversidad que supo albergar. Además, este modelo promueve el uso de productos transgénicos, que envenenan las comunidades, sus ríos, arroyos y degradan los suelos, destruyendo la soberanía alimentaria.
El campo cada vez más concentrado en pocas manos. Sin trabajadores, sin campesinos, de artificio montado sobre el desmonte, que supo ser la casa y el sustento de miles de comunidades de pueblos originarios, que sufren el destierro y se ven obligados a engrosar los cordones marginales de la ciudad.
Con las imágenes de La Plata es imposible no recordar las de Santa Fe y más acá las de Tartagal, muchos de los allí damnificados lo fueron doblemente, primero por ser expulsados del monte por las petroleras, los sojeros y los madereros, luego víctimas de la deforestación. Así es que bajó el barro mortal sobre Tartagal, esa fue la verdadera historia y es bueno recordarla, para convocarnos con más fuerza en todo los territorios, en defensa a la vida contra el modelo extractivista y contaminante, depredador de nuestra agua.
Nos llena de satisfacción encontrarnos en la lucha, en el intercambio fraterno, en la búsqueda de una sociedad y un mundo distinto. Sabemos que nada tiene este sistema que ofrecernos más que desigualdad, explotación, división y pérdida de calidad de vida.
Es necesario transitar un camino distinto al del mercado y la propiedad privada. La solidaridad, el igualitarismo, el intercambio desinteresado y el buen vivir son valores de este pueblo en pie.
Rechazamos la respuesta del estado que criminaliza la protesta a través de la ley antiterrorista y el proyecto X entre otras formas de represión.
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