Los vecinos del entorno de la antena de La Pola se plantean volver a recoger firmas
Una ley estatal aprobada en mayo de este año liberaliza la instalación de estos equipamientos junto a la población
Los vecinos de los bloques de viviendas situados en el entorno de la antena de telefonía de la calle del Alcalde Parrondo, de Pola de Siero, se están planteando emprender una nueva campaña de recogida de firmas para exigir su reubicación en otro punto alejado de la población. Así lo anunció ayer uno de los residentes, tras publicar EL COMERCIO que se estaba procediendo a una ampliación de la antena para incorporar la tecnología de cuarta generación, 4G.
El afectado aseguró que en su familia se han diagnosticado tres casos de cáncer, de los dieciséis constatados en las viviendas de toda la manzana, una cifra que está muy por encima de media de la enfermedad por habitante. Este vecino fue el primero que trató de movilizarse contra la antena, ubicada en el centro de la villa desde hace casi veinte años.
El problema al que se enfrentan los residentes es que la legislación estatal vigente ha liberalizado por completo la instalación de este tipo de antenas de telefonía contra las que nada pueden hacer las ordenanzas del Ayuntamiento de Siero, ni la legislación autonómica.
La Ordenanza Municipal para la Instalación de Antenas, Repetidores, Estaciones Base, etc, de Telefonía Móvil data de noviembre de 2006 y establece en el apartado de emplazamientos que estos equipamientos deberán ubicarse en suelo no urbanizable, fuera de los núcleos de población delimitados por el planeamiento municipal, «respetando, al menos, una distancia de 100 metros a edificios de viviendas, y una distancia a linderos no inferior a la altura de la misma». Obviamente, la ordenanza no se aplicaría con carácter retroactivo para aquellas antenas instaladas antes de su entrada en vigor, como es el caso de la situada en la calle del Alcalde Parrondo.
Pero, además, esas restricciones de la ordenanza de Siero se han convertido en 'papel mojado' desde la aprobación de la Ley 9/2014, de 9 de mayo, General de Telecomunicaciones. En el preámbulo se justifica la revisión del marco regulador en «la necesidad actual de fomentar la inversión e impulsar la competencia», además de propiciar la creación de empleo.
También pretende evitar que proyectos de gran envergadura, como los que está impulsando el sector de las telecomunicaciones, «puedan verse afectados si se exigieran condiciones distintas de despliegue de redes y de comercialización de servicios en los diferentes ámbitos territoriales».
En consecuencia, la nueva ley procede a la simplificación administrativa eliminando licencias y autorizaciones para determinadas categorías de instalaciones. En la misma línea, prevé una revisión de las licencias o autorizaciones por parte de las administraciones competentes, «eliminando su exigibilidad para determinadas instalaciones en propiedad privada o para la renovación tecnológica de las redes».
La polémica antena de Pola de Siero está ubicada sobre el tejado de un edificio privado, cuyos propietarios reciben una compensación económica por permitir esa instalación.
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