El "Dieselgate"
Detienen en Alemania al presidente de Audi
Es por un caso de motores alterados en los modelos Audi A6 y A7 con un "software ilegal" para falsificar los niveles de emisiones de gases contaminantes.
Rupert Stadler, CEO de Audi AG./ Bloomberg
La Policía alemana detuvo en la mañana del lunes en su casa de Ingolstadt a Rupert Stadler, el máximo responsable de Audi, la firma de autos de lujo propiedad del gigante automotriz Volkswagen. La Fiscalía de la ciudad bávara de Múnich ordenó su arresto por acusaciones de fraude y publicidad falsa. La detención se aceleró por temor, según los fiscales, a que Stadler pudiera interferir en la investigación en curso.
Los fiscales ya habían anunciado la semana pasada que investigaban a Stadler, quien sería uno de los máximos responsables del escándalo de las emisiones contaminantes de los autos diésel del grupo ‘Volkswagen’. Otras viviendas de Stadler fueron registradas desde la semana pasada en busca de documentos que sirvieran para probar el fraude en la automotriz.
La justicia alemana decidirá en las próximas horas si Stadler queda detenido por ese temor a que intente alterar pruebas o si se lo libera con condiciones mientras se tramita su proceso judicial. Además de a Stadler, la Fiscalía alemana está investigando a una veintena de personas, de las que sospecha que fueron responsables de poner en marcha el sistema que durante años engañó mediante un software sobre las emisiones de gases contaminantes reales de los autos diésel del grupo.
Audi A6./ Archivo
El escándalo creció hasta el punto de que Volkswagen tuvo querecomprar decenas de miles de autos en Estados Unidos, donde llegó a pagar una multa de 1.000 millones de euros para cerrar el escándalo. Lo que la Justicia alemana por ahora no aceptó fue entregar a la estadounidense al antiguo máximo responsable del grupo ‘Volkswagen’, Martin Winterkorn.Alemania nunca extradita a sus propios ciudadanos a países fuera de la Unión Europea.
Audi emitió un comunicado en el que únicamente dice que colabora con la Justicia. La detención de Stadler es otro duro golpe para Volkswagen, que no termina de sacarse de encima el escándalo del ‘Dieselgate’.
Entre las novedades para pasar página estaba la reestructuración de la cúpula de la compañía. En esa nueva cúpula, según los planes iniciales del patrón de Volkswagen, Herbert Diess, debía tener un sitio preponderante Stadler.
Audi sigue teniendo problemas con la Oficina Federal de Vehículos a Motor (KBA), el organismo que certifica la legalidad de los nuevos modelos de autos que se ponen a la venta.
KBA obligó a principios de junio a Audi a no vender más autos de sus modelos A6 y A7 diésel de 3.000 centímetros cúbicos (vehículos de lujo que salen al mercado con precios superiores a los 50.000 euros por unidad) porque también tenían un software ilegal que falsificaría sus emisiones contaminantes.
Audi sólo reconoció “incidentes” que la obligaron a suspender las ventas de esos modelos aunque en noviembre de 2015 había admitido que ese mismo software era ilegal en Estados Unidos.
La otra gran apuesta de la primera automotriz europea es acelerar hacia el abandono de los motores de combustión para que la empresa se dedique lo antes posible a fabricar principalmente autos eléctricos.
El ‘Dieselgate’ sigue poniendo al grupo Volkswagen contra las cuerdas. La empresa reconoció cuando estalló el escándalo, primero en Estados Unidos, que había vendido a los estadounidenses unos 600.000 autos con un software ilegal que escondía el valor real de las emisiones contaminantes.
Volkswagen también reconoció que esos softwares ilegales están instalados en todo el mundo en 11 millones de autos. El ‘Dieselgate’ también afecta a la marca ‘Porsche’ del grupo Volkswagen, a los Mercedez-Benz de Daimler y a la de productos electrónicos Bosch.
Bruselas, especial
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