Un diagnóstico crudo
—Si continúa la promoción indiscriminada de los emprendimientos megamineros, vamos a contramano de lo que necesitamos desde el punto de vista energético (sin contar los otros horrores ambientales que se generan). Una sola megaminera consume la misma cantidad de electricidad que toda una provincia.
—La expansión de los agronegocios, una de las bases de sustentación de las exportaciones argentinas, ocasiona un consumo gigantesco de energía en toda la cadena del sector (desde la producción primaria hasta el consumo final, pasando por el transporte).
—La armaduría automotriz, uno de los puntales de la reactivación industrial y uno de los sectores claves del plan estratégico del país hacia el 2020, es pura promoción de consumo irracional de combustible, algo que se dará de narices contra el muro del colapso energético en un plazo cortísimo en términos históricos.
Es cierto que no podemos pensar en lograr un cambio abrupto, pero siento que si no se inicia un urgente proceso de transición, el cambio igual vendrá pero en condiciones de colapsos y caos, donde no solo se afectará el transporte y el uso domiciliario de energía, sino también la accesibilidad a los alimentos. Y la cuestión es que no contamos con demasiado tiempo, de ahí que siempre prefiero mostrar las cosas con toda crudeza y proponer alternativas más profundas, porque estimo que las reformas tibias y acotadas no van a dar resultados consistentes en el tiempo.
En síntesis, desde mi perspectiva y para mi gusto, poner un poco más de dura realidad al tema es necesario si buscamos que la sociedad comience a reflexionar y reaccionar a tiempo.
Luis Lafferrière - Asamblea Ambiental
(Extractos.)
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