20:07
Bernardo de Irigoyen
Avanza la denuncia por
intoxicación con glifosato en una niña de dos años
Estudios bioquímicos realizados en el Hospital de Niños, muestran que
Ludmila -de 2 años- presenta significativos niveles de “glifosato en sangre”.
Foto: Archivo El Litoral
Compartir:
Por Pablo Benito
region@ellitoral.com
Llegar a la localidad de Bernardo de Irigoyen, a 83 km. de la ciudad de Santa
Fe, es entrar en una película de ciencia ficción en donde uno no sabe muy bien
si ingresa a un casco de estancia, con 1700 habitantes propiedad de quien
explota el latifundio o pueblo relacionado a la actividad agrícola.
La sensación es, algo que viene creciendo desde la llegada de la soja
transgénica -en el año 2003- a esta parte, la tecnificación agrícola y el
monocultivo hace que lo que le sobra a la economía en el campo es gente.
Tal es así que el último caso de consecuencias terribles para una niña de dos
años, ocurrido en Bernardo de Irigoyen y la pasividad social ante el hecho,
demuestran que el ser humano, la persona, el ciudadano es el último eslabón en
importancia en este modelo que parte de los campos, toma las rutas hasta llegar
a los puertos privados de las grandes multinacionales y de ahí, en barco, hacia
el exterior. El esquema podría prescindir, tranquilamente, de argentinos y
hasta parecemos ser un “gasto” y no un fin de la actividad de nuestro país.
El colmo
Ludmila Terreno tenía dos años y meses cuando comenzó con los síntomas de una
intoxicación que, posteriormente, se pudo establecer sus causas. Todo comenzó
en noviembre pasado cuando la pequeña debió ser internada por lo que aparecía
como una simple deshidratación. No tenía apetito y todo lo ingería lo eliminaba
mediante vómitos constantes. Un mes entero la niñita estuvo internada para
revertir sus síntomas y recuperar sus energías y fortaleza. No se habían
determinado las causas cuando volvió, nuevamente, a su hogar.
Las sucesivas recaídas de la chiquita, hicieron que los médicos del SAMCO de
Coronda, profundicen las causas del cuadro sintomático, hasta que llegaron a
las razones por las cuales Ludmila se encontraba vulnerable al punto de
peligrar su vida. Fue diagnosticada por los pediatras del Hospital de Niños de
Santa Fe por una intoxicación o envenenamiento que los llevo a percibir, en los
distintos exámenes, la presencia de glifosato en la sangre del paciente
pediátrico. Sí, no es un error tipográfico, los exámenes médico determinaron
que Ludmila, de 2 años, paciente proveniente de la localidad de Bernardo de
Irigoyen, presentaba un cuadro reactivo como consecuencia de la presencia de
este agrotóxico circulando por las venas de la niña.
Más claro, échale herbicida
La familia no tenía mucho que pensar. La casa en la que Ludmila vive y el
propio patio en donde ella juega está lindante a un depósito en donde se
preparan los caldos de herbicida para la fumigación de los campos de la zona.
Sin ningún tipo de seguridad ni cuidados, el taller realizaba la limpieza de
los recipientes utilizados en el preparado detrás de los galpones, a metros de
donde la niña jugaba.
El depósito de agrotóxicos de referencia pertenecía a la firma comercial, José
Alberto Pagliaricci, cuya razón social inscripta en la AFIP incluye entre otras
actividades la de Servicio de pulverización, desinfección y fumigación
terrestre.
El deposito, ubicado en la zona urbana de Bernardo de Irigoyen, está ubicado en
la calle Juan XXIII 255 y acopia productos tóxicos, entre ellos, Round UP,
Glifosato y nonilfenol que es un potente coadyuvante, ya investigado por
NOTIFE, y que ha sido prohibido en Europa por considerarse un contaminante
hormonal o disruptor endocrino causante de un desastre natural, en los ríos de
la cuenca del Llobregat (Cataluña), por el que se produjo una grave
desertificación ictícola.
La denuncia
A partir de ese momento y con las pruebas médicas en la mano, la familia
concurrió en auxilio ante el jefe comunal para exigir el cierre del depósito y
ante la Justicia para que se realicen las investigaciones penales
correspondiente. Lo más llamativo es que el jefe comunal no ponga un freno ante
una situación tan vulnerable de la familia Terreno. Los intereses económicos, y
políticos una vez más juegan un rol preponderante por encima de la vida humana.
Rubén Ramírez, jefe comunal de Irigoyen, pertenece al Frente Justicialista
local y asumió en el mes de diciembre el cargo. Ni el actual responsable de la
comuna ni los anteriores dieron una respuesta a la familia ni se mostraron
preocupados por el peligro al que estarían expuestos, no sólo los vecinos a
este depósito, sino el resto de la población a la que representan como
consecuencia la irresponsable manipulación de agrotóxicos que lleva la
negligencia al punto de volcar, en forma directa al suelo y las napas, el
excedente de los caldos de fumigación como si se tratase de un “Car wash”.
Con la ayuda de Roberto Schiozzi, ambientalista representante de ONG de la
ciudad de Coronda, la denuncia llegó hasta el Ministerio Público de la
Acusación siendo tomada por el fiscal Marcelo Nessier quien se comprometió a
actuar con celeridad
Schiozzi declaró al medio ANCAP que “el fiscal dijo que se movería con
urgencia, estamos ahora en esa espera, para que ese depósito se traslade como
manda la ley a dos mil metros de un radio habitado, y que Ludmila tenga su
salud como corresponde. El depósito esta hace mucho tiempo en el lugar.
“No nos maten”
De todas las maneras posibles, los vecinos vienen suplicando a los productores
por una actitud responsable y hasta humanitaria. El papá de Ludmila ha
insistido por redes sociales y en declaraciones a medios ambientalista un
pedido que parece ingenuo ante la gravedad de la situación: “Le digo al que
haya fumigado que no lo haga más porque el olor era inaguantable en la pieza de
mis nenas hace un rato. Hace unos meses atrás la tuve internada grave, por lo
mismo, se lo pido por ellas, y por las demás criaturas del barrio”.
Ante este pedido desesperado de un padre la respuesta diaria del dueño del
depósito que lleva la firma Jose Pagliaricci, es: un poco más de tiempo.
Mientras el tiempo pasa, Ludmila corre riesgo de vida en ese lugar.
Según relató Schiozzi, hay dos personas del barrio que debieron abandonar el
lugar por serios problemas respiratorios. Sus nombres están en reserva por
pedido de ellos. Nunca quisieron denunciar la contaminación.
El Glifosato contiene niveles tóxicos de arsénico
Un nuevo estudio publicado en Toxicology Reports ha demostrado que las
evaluaciones regulatorias actuales de los herbicidas más usados en el mundo son
incorrectas, con ingredientes como el arsénico que se encuentra regularmente en
los herbicidas a base de glifosato y otros pesticidas en niveles tóxicos. La
toxicidad del glifosato está actualmente siendo debatida a nivel internacional
por las autoridades reguladoras y de salud, pero rara vez se consideran otros
formulantes en herbicidas basados “en glifosato (como el Roundup de Monsanto).
Los formulantes usados con glifosato son declarados como inertes y
confidenciales por la industria de pesticidas”.
El Prof. Gilles-Eric Séralini de la Universidad de Caen Normandy, Francia, y
sus colegas Dr. Nicolas Defarge y Dr. Joël Spiroux, hicieron hallazgos nuevos
que aplastan la afirmación de la industria de los pesticidas de que los
ingredientes “inertes” en los herbicidas a base de glifosato no necesita
regulación: Los herbicidas a base de glifosato muestran contener metales
pesados “como el arsénico. Estos no están declarados y normalmente están
prohibidos debido a su toxicidad”.
Los efectos comparativos del glifosato solo y 14 de sus formulaciones fueron
estudiados por el equipo de Seralini. Se demostró claramente que el glifosato
no era el principal compuesto tóxico en las formulaciones de herbicidas. Los
compuestos a base de petróleo en las formulaciones de herbicidas eran más
tóxicos que el glifosato.
Seralini y su equipo también buscaron otros elementos tóxicos y disruptores
endocrinos conocidos en 22 plaguicidas, incluidos 11 herbicidas a base de
glifosato. Descubrieron varios metales pesados “en la mayoría de las
formulaciones, en particular arsénico, cromo, cobalto, plomo y níquel, que son
conocidos por ser disruptores tóxicos y endocrinos. Todas las formulaciones
diluidas excepto una contenían un cóctel de estos metales. Por lo tanto, este
fenómeno parece estar ampliamente distribuido en el mundo, ya que las muestras
de plaguicidas provienen principalmente de la Unión Europea y América del
Norte. En Asia, se encontraron grandes cantidades de arsénico en los herbicidas
a base de glifosato vendidos previamente en Sri Lanka antes de que el país
prohibiera tales herbicidas debido a preocupaciones sobre CKDu: enfermedad
renal crónica”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario