El Primer diario de agrotóxicos inconscientemente arrojados en la República Argentina, América Latina, and so on ...
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el pueblo indígena Mundurukú se opone a la construcción de la hidroeléctrica
en el Tapajós. Los indígenas temen por sus tierras que están siendo sacrificadas
para el llamado crecimiento económico de Brasil, al tiempo que se prejudica
seriamente el sustento de sus vidas.
Desde hace años vienen siendo violentados los derechos de los Mundurukú. Su
territorio no ha sido demarcado, las autoridades aseguran que no vive nadie en
la región. Los Mundurukú no han sido nunca consultados acerca del proyecto del
Complejo Tapajós, aunque la Constitución brasilera y la Convención 169 de la OIT
garantizan el derecho a la consulta.
La manera en la que se está llevando a
cabo la construcción de la central hidroeléctrica en el Tapajós recuerda de
manera fatídica a todas las críticas y advertencias realizadas con respecto al
proyecto impuesto de la hidroeléctrica Belo Monte. Existe el peligro que se
repitan en el Tapajós todas las violaciones de derechos y destrucción de la
naturaleza que ya han sucedido en el río Xingú.
Empresas europeas no deben involucrarse en este proyecto.
Presidenta Rousseff, por favor, abandone todos los planes de hidroeléctricas
en la Amazonía.
Millones de árboles se talarán en la Amazonía brasilera para
producir energía para la industria del aluminio y mineras. La vida en el río
Tapajós quedará seriamente afectada. Los indígenas Mundurukú se oponen.
El gobierno brasilero no debe construir más
hidroeléctricas en la Amazonía.
Resistencia decisiva: Mundurukú se
oponen a la hidroeléctrica (Foto:Aaron Vincent Elkaim)
Además de los millones de árboles, hay comunidades condenadas a desaparecer
bajo las aguas. La naturaleza y los derechos de los pobladores locales no
cuentan. Es el momento de ayudar al pueblo Mundurukú.
El gobierno brasilero pretende represar los ríos para favorecer a la
industria con electricidad barata. La represa tendrá una potencia de 8.040 MW –
energía para las fundiciones de aluminio, empresas mineras y otras instalaciones
industriales.
Los Mundurukú son tradicionalmente guerreros y tienen claro que no
abandonarán jamás la defensa de la tierra, pues se trata de su propia
supervivencia. Los ríos Tapajós, Jamanxim y Teles Pires son su hogar y no los
piensan abandonar.
El gobierno brasilero empeora la situación. A pesar de tener el plan de
construir numerosas represas se niega a escuchar a los afectados aunque la
Constitución y convenciones internacionales garantizan el derecho a la
consulta.
La demarcación del territorio no se lleva a cabo a pesar de las promesas de
hacerlo – y es por la presión del lobby con intereses en torno a la represa.
Desde septiembre, los indígenas comenzaron entonces ellos mismos a demarcar
su tierra por su propia cuenta. Y las autoridades continúan entregando
concesiones de tierras a empresas para talar bosques que quedarán inundados por
la represa. La licitación para la construcción se ha pospuesto.
El proyecto Tapajós viola los derechos de los pobladores y destruye la
naturaleza. Empresas europeas no deben participar de este proyecto. La
presidenta brasilera Dilma Rousseff debe detener todos los proyectos
hidroeléctricos en la Amazonía.
Los bosques de Tapajós están entre los más biodiversos del mundo. En el
Parque Nacional de la Amazonia se cuentan 400 especies de peces y 390 de aves,
animales en extinción como el jaguar o el oso hormiguero. “Si las represas se
hacen realidad, será el fin del río tal y como existe hoy”, dice Maria Lucia
Carvalho, jefa del Parque Nacional de la Amazonía.
La economía brasilera está hambrienta de energía. Según los pronósticos, la
demanda de electricidad aumenta cada año un 4,5 por ciento. El país apuesta por
generar energía de los ríos. En 2011, cerca de un 80 por ciento de la producción
de energía procedía de las hidroeléctricas. En comparación, la energía solar y
la eólica aportan menos del dos por ciento.
La hidroeléctrica São Luiz do Tapajós se traga el bosque y las
comunidades
Sólo en la Amazonía están planificadas casi 60 grandes hidroeléctricas.
Ninguno de los grandes ríos continuaría fluyendo libremente. Se suman miles de
kilómetros de líneas de alta tensión.
Junto a Belo Monte, cuya construcción avanza a pesar de las continuas
protestas, la red de represas del “Complejo Tapajós” es con más de 14.000 MW de
potencia la más importante. A modo de comparación, las cerca de 800 centrales
hidroeléctricas de toda España tienen una potencia instalada total de 13.000
MW.
Reduciendo áreas protegidas por decreto
En tres puntos será represado el Tapajós. Unas 198.400 hectáreas de tierras
serían inundadas, también en áreas protegidas. El gobierno autoriza la
inundación de 11.000 hectáreas de bosques en los Parques Nacionales Amazonía y
Juruena y de otras 23.000 hectáreas en los Bosques Nacionales Itaituba I y II
mediante un decreto de 2012 que les retira el estatus de protección.
En el afluente Jamanxim están planificadas cuatro obras. En ese lugar,
desaparecerán 103.700 hectáreas de tierras bajo los embalses, 33.216 de ellas en
el Parque Nacional Jamanxim, y25.849 en los Bosques Nacionales Jamanxim,
Altamira e Itaiuba I y II.
La hidroeléctrica São Luiz do Tapajós, 50 kms. río arriba de la ciudad
Itaiuba en la legendaria Transamazônica, es con 8.040 MW la central eléctrica
más grande. El proyecto es el que está más avanzado. Por eso también, la
oposición es aquí mayor. Una superfice de 730 km2 quedará inundada una vez que
esté concluida – lo cual está previsto para 2020. Por si no fuera poco, hay obras
previstas en más afluentes del Tapajós: tres represas en el río Teles Pires
y ocho en el Juruena.
Indígenas desplazados
Sobre todo el pueblo indígena Mundurukú está siendo afectado por la presión
del sector brasilero de la energía en el Tapajós. Unos 11.600 viven en cerca de
120 asentamientos – y defienden su tierra. La invasión de biólogos que hacían
estudios en secreto para la constructora de la hidroeléctrica fue rechazada por
los indígenas. Tres investigadores tuvieron que ser retenidos hasta que se
detuvieron los estudios.
El gobierno prometió congelar los planes – pero envió unidades especiales de
la Guardia Nacional armada a escoltar al personal que prepara estudios para el
proyecto hidroeléctrico en los bosques de los Mundurukú. Además, ha habido
vuelos bajos de helicópteros para amedrentar a los indígenas. El teólogo y
periodista radiofónico Edilberto Sena lo denominó “táctica de guerra”. Los
Mundurukú son víctimas de la violencia. En la ciudad de Jacareacanga, cientos de
personas atacaron a los manifestantes Mundurukú con piedras y petardos – al
parecer, en colaboración con la policía y políticos locales.
En el Teles Pires ya han dinamitado rápidos del río para la construcción de
una de las hidroeléctricas, aunque los indígenas consideran que en ese lugar se
encuentra el origen del mundo. “Es como si profanaran Jerusalén o el Vaticano”,
dice la arqueóloga Bruna Rocha.
Estimada Presidenta Rouseff,
Estimadas Sras. y Sres. :
el pueblo indígena Mundurukú se opone a la construcción de la hidroeléctrica
en el Tapajós. Los indígenas temen por sus tierras que están siendo sacrificadas
para el llamado crecimiento económico de Brasil, al tiempo que se prejudica
seriamente el sustento de sus vidas.
Desde hace años vienen siendo violentados los derechos de los Mundurukú. Su
territorio no ha sido demarcado, las autoridades aseguran que no vive nadie en
la región. Los Mundurukú no han sido nunca consultados acerca del proyecto del
Complejo Tapajós, aunque la Constitución brasilera y la Convención 169 de la OIT
garantizan el derecho a la consulta.
La manera en la que se está llevando a
cabo la construcción de la central hidroeléctrica en el Tapajós recuerda de
manera fatídica a todas las críticas y advertencias realizadas con respecto al
proyecto impuesto de la hidroeléctrica Belo Monte. Existe el peligro que se
repitan en el Tapajós todas las violaciones de derechos y destrucción de la
naturaleza que ya han sucedido en el río Xingú.
Empresas europeas no deben involucrarse en este proyecto.
Presidenta Rousseff, por favor, abandone todos los planes de hidroeléctricas
en la Amazonía.
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sentantes de la Industria
El gobierno brasilero no debe construir más hidroeléctricas
en la Amazonía.
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