La electrohipersensibilidad
Por Rosalía Macías
Las personas que padecen electrohipersensibilidad no pueden estar en contacto con las ondas electromagnéticas. Estas ondas son las que emiten el WiFi, la cobertura 3G o las antenas de telefonía móvil.
En un mundo que avanza hacia la hiperconexión, escapar de esta amenaza invisible es casi imposible para ellos. La solución que les queda es recluirse en casa y no utilizar los aparatos sin hilos. Pero en los casos más graves ni siquiera esto es suficiente, y se ven obligados a dejar sus vidas y huir de las zonas urbanas.
Se considera que una de cada mil personas sufre esta patología, aunque la cifra es difícil de calcular, ya que apenas hay especialistas para establecer un diagnóstico claro. De hecho, la electrohipersensibilidad no está reconocida como enfermedad.
La OMS ha reconocido la nocividad de este tipo de ondas, que podrían ser cancerígenas; y también ha reconocido los síntomas de los electrohipersensibles. Pero, considera que no hay bases científicas suficientes para afirmar que estos hechos están relacionados.
Existen asociaciones que defienden a las personas que sufren esta patología, que no tiene cura por el momento. Lo que persiguen es, entre otras cosas, el reconocimiento de la enfermedad y la reducción del número de antenas de telefonía móvil. Un objetivo complicado pero factible, ya que la sociedad no tendría que renunciar a la tecnología, solo modificar su manera de consumirla.
Entrevistados: Joaquín Fernández Sola, doctor internista del Clínico de Barcelona, especialista en electrohipersensibilidad; Etienne Cendrier, portavoz de la asociación francesa Robin des Toits; Veronique Boulan, mujer electrohipersensible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario