Movilidad urbana / Una forma distinta de viaje cotidiano
De casa al trabajo, pero en lancha
Una empresa presta el servicio entre Puerto Madero y Nordelta, con paradas en Olivos, San Isidro y San Fernando
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Laura Reina
LA NACION
"Perdón, tengo que irme, se me va la lancha." La frase, soltada a las 18.15 en unas modernas oficinas de Puerto Madero, puede resultar curiosa y hasta cómica. Pero es la pura verdad. Desde hace un año, la lancha es el medio de transporte adoptado por Karina Kucinskas para viajar, ida y vuelta, desde su casa, en Olivos, hasta su trabajo en el Standard Bank de Puerto Madero.
"La lancha" en realidad es una embarcación moderna, totalmente techada y equipada con unas cómodas butacas, una excelente opción para sortear el trayecto por el asfalto -con sus constantes cortes, piquetes e imprevistos, como choques o arreglos a deshoras- y, además, hacer un viaje placentero, rápido y seguro.
El servicio lo presta Proa Urbana, de la empresa de navegación Sturla Viajes. Cuenta con dos líneas: una que cumple con un servicio directo entre el puerto de Olivos y el puerto de Buenos Aires, en la Dársena Norte, y otra que une el clásico embarcadero en el corazón de Puerto Madero con Nordelta, con paradas intermedias en Náutico de San Isidro (servicio exclusivo para sus socios), San Fernando (Marina Punta Chica) y la estación Fluvial de Tigre.
Ir y venir hasta Olivos por agua demanda unos 45 minutos de viaje, mientras que el trayecto desde y hasta la Bahía Grande de Nordelta insume una hora y media. El camino entre Tigre y Puerto Madero se desanda en una hora; la travesía a San Fernando, en 50 minutos, y a San Isidro, en tres cuartos de hora.
El servicio chárter se cumple de lunes a viernes (no feriados), con un único viaje diario en cada sentido y línea. Se da a los pasajeros una vianda que consiste en un café y un alfajor, además de agua para el mate; también se pueden comprar aguas, gaseosas y cervezas. Es necesario hacer una reserva previa para asegurarse un lugar en el pasaje; por teléfono al 4731-1300 o 4314-8555, y por e-mail, a reservas2@sturlaviajes.com.ar o mailto:ventasbue1@sturlaviajes.com.ar
Una empresa presta el servicio de transporte de pasajeros desde Puerto Madero a Nordelta, con paradas en Olivos, San Isidro y San Fernando. Foto: LA NACION / Rodrigo Néspolo Foto 1 de 10
"Antes tomaba una combi, pero la verdad es que me cansé de los cortes y del tránsito. Además, vivo a una cuadra del puerto de Olivos y la lancha me deja a cien metros de mi trabajo. No tuve que pensar demasiado para decidir cambiar el asfalto por el agua", cuenta Kucinskas, mientras charla con otra compañera de viaje, Cristina Perticaro, que vive a 30 cuadras del puerto de Olivos, pero se acerca con el auto hasta la zona de embarque.
"El transporte público terrestre me saturó. Viajaba en tren, no tomaba la combi porque no soporto el tránsito en calles y avenidas. Además, me encanta el río; navego desde siempre y no le tengo temor, aunque algunos días la lancha se mueve bastante, pero es cuestión de acostumbrarse", contó Perticaro, que dice que en lugar de estar atenta a los cortes de calle, huelgas y accidentes, se fija en el nivel del agua o en si hay posibilidades de tormenta a la hora de viajar.
Es que las únicas causas que pueden evitar que la lancha suelte amarras son alguna tormenta que agite por demás las aguas del Río de la Plata o alguna marea o viento que baje el nivel de las aguas y, por lo tanto, vuelva al río intransitable.
"Eso sucede en muy pocos casos, pero cuando pasa, se avisa a todos por teléfono", explicaron en Sturla Viajes, cuyos voceros aclararon a LA NACION que la lluvia, por sí sola, no es un impedimento para que el servicio se cumpla.
Otro de los que eligió el agua en lugar del auto, el tren o la combi es el norteamericano Johnatan Howell, que vive en Martínez y trabaja en Puerto Madero. "Probé todos los medios de transporte, me faltó el helicóptero. Comparados con la lancha, los demás son terribles; no la cambio por nada", reconoció.
A la hora de las críticas, todos coinciden en la falta de horarios. En cuanto al precio, todos aclaran que es similar al de las combis: 18 pesos por tramo, con la posibilidad de pagar $ 612 ida y vuelta por los 22 días hábiles del mes.
La línea de Tigre parte a las 7.30 desde Nordelta y la de Olivos -la que más creció en número de pasajeros, según los propios usuarios- a las 8. El regreso es, para ambos ramales, a las 18.30. De ahí la desesperación por salir a horario del trabajo, ya que no hay segunda vuelta.
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