Aunque la relación entre el gobierno de Obama y la Iglesia Católica en Estados Unidos no es precisamente idílica, también hay momentos de luces y puntos de coincidencia. La última ha sido esta semana cuando monseñor Thomas Wenski Gerard, Arzobispo de Miami y presidente de la Comisión para la Justicia y el Desarrollo Humano de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, ha valorado positivamente plan para reducir la contaminación ambiental presentado por el presidente Barack Obama.
En concreto el prelado norteamericano ha señalado que es “un paso importante para proteger la salud de todos, especialmente de los niños, los ancianos, las comunidades pobres y vulnerables, de la contaminación y los efectos nocivos del cambio climático”.
El plan presentado por el presidente de Estados Unidos la semana pasada se propone lograr para el año 2030, el recorte en un 32 por ciento, con respecto al 2005, de las emisiones de dióxido de carbono de las centrales eléctricas, fuente de un tercio de la contaminación de monóxido en los Estados Unidos.
“Los Obispos aprecian esta importante decisión con el fin de mitigar el cambio climático y proteger la salud pública, ya que es una manera significativa de asumir nuestra responsabilidad en el cuidado de la creación de Dios”, se lee en el comunicado episcopal. Hace dos meses, los obispos norteamericanos, habían pedido en una carta abierta al Congreso, el no obstaculizar la aprobación de nuevas normas sobre las emisiones de dióxido de carbono, recordando la Encíclica del Papa Francisco “Laudato si” en la que el Papa exhorta a “todos a cuidar de la creación y de nuestra casa común, por el bien de las generaciones presentes y futuras”.
El propio Obama, en su discurso, ha recordado que el Santo Padre dijo que era una “obligación moral” tomar medidas para reducir las emisiones nocivas. No es la primera vez que se manifiesta esta coincidencia de pareceres. El pasado mes de junio, Obama señaló que “recibo con beneplácito la encíclica Su Santidad el Papa Francisco y admiro profundamente la decisión del Sumo Pontífice de pronunciarse -clara y poderosamente y con la plena autoridad moral de su cargo- en favor de que se adopten medidas sobre el cambio climático", dijo. Y añadió: "Mientras nos preparamos para las negociaciones de cambio climático en París en diciembre, espero que todos los líderes mundiales -y todos los hijos de Dios- reflexionen sobre el llamado del Papa Francisco para unirnos y cuidar nuestra casa común".
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