CENTRO DE PROTECCIÓN A LA NATURALEZA
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DOCUMENTO EL GLIFOSATO NO ES INOCENTE (1)
Hemos sido convocados a este “Observatorio del Glifosato” como organización no gubernamental independiente con más de 32 años de vida institucional y por ser punto nodal para la provincia de Santa Fe de la Campaña “Paren de Fumigar!”. Como tal, venimos a dar testimonio de lo que está ocurriendo en el interior de nuestra provincia con respecto a la implantación del modelo de agricultura industrial biotecnológica y sus efectos sobre la salud de las personas y el ambiente.
La Campaña “Paren de Fumigarr”, iniciada en Santa Fe en 2006, se encuentra presente en más de 50 pueblos de la provincia, donde se colabora con vecinos autoconvocados, profesionales y afectados por las fumigaciones. Cuando comenzamos, no teníamos suficientes datos de lo que estaba sucediendo: sospechábamos que un modelo agrícola con características de monocultivo basado sólo en semillas transgénicas y agrotóxicos específicos podía estar dañando a la biodiversidad y a las comunidades pero no teníamos en cuenta la magnitud del impacto.
Ofrecido como la panacea económica -y más a partir del 2001-, parecía que se redistribuía la riqueza pero, en realidad, el modelo se estaba -y se está- financiando con la salud y la muerte programada de muchos santafesinos. En decenas de foros, reuniones, plenarios, conferencias, entrevistas informales, recibíamos testimonios directos de los vecinos que veían afectada su salud. Algo grave estaba pasando.
Reseñaremos brevemente que nuestra provincia tenía una base agrícola diversificada, con cinturones hortícolas y un plantel ganadero -carnes y lácteos- de excelencia, con una buena calidad en sus alimentos; la matriz económica se encontraba compensada con los sectores secundarios y terciarios. Desde fines de los 90, la producción agrícola se concentra en la soja, adquiriendo características de monocultivo y desplazando no sólo a otros cultivos, sino también a las restantes actividades primarias, inclusive en suelos sin aptitud agrícola. Se instala un modelo que convierte a Santa Fe en un productor de porotos de soja -con un alto grado de extracción de nutrientes del suelo- y un complejo industrial especializado para los derivados tales como harinas, aceites comestibles y para combustibles. De esta manera, en menos de una década, se desplazan las producciones locales y el autoabastecimiento hortícola, con la consiguiente destrucción de la industria asociada a la misma e incrementando la pérdida de soberanía alimentaria. Esto no ha redundado en una mejora económica palpable para la ciudadanía ni en un aumento en la calidad de los alimentos. (2)
Debemos recordar que la aprobación de las semillas transgénicas asociadas al glifosato durante la gestión de Felipe Solá en la Secretaría de Agricultura y Ganadería en 1996, fue el puntapié inicial para que, sumado a las condiciones del mercado y las habituales presiones de las corporaciones (especialmente, MONSANTO), se contara con el “sorpresivo” apoyo de las entidades nacionales encargadas del control (SENASA), los colegios profesionales (Agrónomos), las organizaciones de productores de agroquímicos, fertilizantes, semillas (CASAFE, ASA) y sus difusores (AAPRESID, diario Clarín, El Litoral, La Capital). Esta situación ha favorecido su implementación exponencial hegemónica sobre las restantes actividades productivas en todo el país y en nuestra provincia: en el 2001 la soja ocupaba, prácticamente, la mayoría de las áreas sembradas del territorio santafesino. Cabe aclarar que en un contexto futuro de mayor sequía, y ante la pérdida del control de las simientes y los procesos asociados por parte de los agricultores, las semillas genéticamente modificadas y el glifosato -o sucedáneos- se harán imprescindibles, cerrando un círculo vicioso inducido deliberadamente por las corporaciones multinacionales farmacéutico-alimenticias que aseguran sus ventas y la dependencia, dejando como asignatura pendiente una mayor y mejor producción de alimentos.
De acuerdo a investigaciones propias y cruzando datos dispersos de organismos oficiales, de los 17 millones de hectáreas sembradas en todo el país, un promedio de 3.000.000 de hectáreas se dedican en nuestra provincia casi con exclusividad a la soja. En la campaña agrícola 2005-2006, se produjeron 10.275.415 toneladas de soja; las restantes producciones de granos (maíz, trigo, girasol, sorgo y arroz) sumaban sólo 4.761.410 toneladas: la soja representó el 68,33% de todo lo producido. Ahora bien: la mayoría -sino la totalidad- de la soja cultivada es transgénica, por lo que, necesariamente, se supone el uso de formulados de glifosato para barbecho químico y para control de hierbas, por lo que con un asperjamiento de 10 litros por hectáreas -en promedio y sólo por este cultivo- estamos hablando de la aplicación de 30 millones de litros en las áreas más habitadas de la provincia.
De acuerdo al Instituto Provincial de Estadísticas y Censo (IPEC), Santa Fe cuenta con 3.220.818 habitantes urbanos y rurales, lo que hace un promedio de casi 9,30 litros de glifosato por habitante, que caen sobre huertas, montes, cursos de agua, escuelas, hospitales rurales y sobre los santafesinos. Reiteramos que estos datos son de la campaña 2005-2006 y dado el crecimiento de la actividad y a pesar de algunas indefiniciones por cuestiones políticas, económicas y climáticas de público conocimiento, los pronósticos estiman una superación de dichos valores para la próxima campaña.
¿Por qué hablamos específicamente del glifosato?. Por las razones antes expuestas y porque: * existe abundante información científica sobre los riesgos en su uso y aplicaciones. * está asociado al paquete tecnológico de la producción de soja y maíz transgénicos, cultivos que tienen buenos precios en el mercado y que se han convertido en hegemónicos y exclusivos -en especial el primero-, con claras características de “monocultivo”; * su clasificación toxicológica, unido a una intensa propaganda mediática, lo pondera como “más inocuo que la sal de mesa”, habiéndose detectado su uso y manipulación inadecuada en lugares no permitidos como las calles, plazas y parques urbanos además de los problemas que generan los envases vacíos para su disposición final; * representa más del 40% del total de herbicidas utilizados en la producción agrícola en todo el país; * al convertir a nuestra provincia en sojera y maicera con semillas genéticamente modificadas, caen 9,30 litros -o más- de glifosato anuales sobre la cabeza de los santafesinos. * todo el proceso de aprobación del herbicida más usado en el país ha sido objeto de sospechas por investigadores independientes; * se pretende silenciar, en una clara actitud corporativa, a científicos de todo el mundo que intentan comunicar sus hallazgos; * no hay ganancia que justifique el dolor ante la pérdida evitable de un pariente o un amigo u otro ser humano.
Por estas razones, sostenemos que EL GLIFOSATO NO ES INOCENTE y aprovechamos esta convocatoria realizada por el observatorio, para reafirmar nuestro pedido de que:
se implante una franja de protección efectiva y real alrededor de pueblos, cursos de agua, rutas, establecimientos rurales de salud y educativos,etc; que se prohíba la fumigación aérea.- se reclasifique en forma urgente y necesaria el glifosato.
Este pedido forma parte de un conjunto de medidas que deberían implementarse para volver a aprender a producir de otra manera.
Por último, a escasos trece años de la implantación irrestricta de este modelo de producción, donde sólo el consumo de glifosato pasó de 20 a 200 millones de litros, ya comienzan a aparecer las voces de los que reclaman por su salud y la del ambiente, y que sólo desean que se cumpla lo establecido por la Constitución Nacional. A ellos, sumamos nuestra voz en este recinto. Muchas gracias.
(1) Ponencia del Centro de Protección a la Naturaleza ante el “Observatorio del Glifosato” realizado el día 11 de agosto de 2009 en la Honorable Cámara de Diputados de la Nación. (2) Un aspecto no siempre considerado en las ecuaciones económicas del modelo, es la transformación del paisaje rural: a los escasos árboles de la zona pampeana, naturales o implantados, se los elimina ya que esta agricultura industrial no necesita sombra, agravando la erosión de los suelos y de las cuencas hídricas, así como la desaparición de biodiversidad ante la pérdida del hábitat.
Centro de Protección a la Naturaleza Coordinación Santa Fe "Campaña Paren de Fumigar" Coordinación de la Red Nacional de Acción Ecologista (RENACE) Belgrano 3716 - CP 3000 - Santa Fe - tel. 0342 4531157 www.cepronat-santafe.com.ar
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