Alma de Nogal : Los Chalchaleros

viernes, 21 de agosto de 2009

ING. AGR. JAVIER SOUZA CASADINHO -GLIFOSATO EN EL PARANAENSE

El impacto del glifosato dentro del modelo agrícola

jueves, 02 de julio de 2009

http://www.elparanaense.com.ar/ep/index.php?option=com_content&task=view&id=1470&Itemid=2


Dentro de los sistemas productivos vigentes –soja, yerba, frutales, pinos- sobresale una creciente utilización del herbicida. A qué se debe este aumento? Nos beneficia o nos perjudica? Qué debemos hacer cómo país productor de alimentos?

Por Ing. Agr. Javier Souza Casadinho. Docente de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires / Coordinador regional de la Red de Acción en Plaguicidas de América Latina.


La discusión acerca de la utilización del herbicida glifosato y de su impacto en el ambiente, incluida la salud humana, ha ganado los medios y las discusiones entre diferentes representantes de los sectores en pugna. De esta manera, los actores involucrados en este campo de acción despliegan sus estrategias bien para restringir -o prohibir- su uso tanto como para mantener, no solo su actual clasificación toxicológica sino el sistema de comercialización vigente. Ahora bien se debe ampliar la mirada y visualizar lo que verdaderamente debería estar en discusión; el modelo agrícola vigente. El mismo se basa en el monocultivo de especies vegetales, la soja, los frutales, la yerba mate, el maíz o las especies forestales. Los monocultivos no son naturales y por lo tanto para expresar su potencial productivo, y generar ganancias, deben estar acompañados por un paquete tecnológico en el cual se incluyen herbicidas, insecticidas y fertilizantes.

Claro está que este paquete posee un costo económico que demanda cantidades crecientes de capital, generando un proceso de intensificación en sus requerimientos. Con frecuencia, estas necesidades de capital son satisfechas por actores que vienen de afuera del sistema productivo, dando paso a un proceso de concentración creciente en las etapas productivas y comerciales. Para ser claros, cada vez existen menos productores y las etapas de comercialización y exportación quedan en manos de menos empresas integradas.


Dentro de los sistemas productivos vigentes sobresale una creciente utilización del herbicida glifosato, que si bien la categorización actual lo clasifica como producto que “normalmente no ofrece peligro”, las condiciones de uso reales, alejadas de lo considerado como normal, lo tornan un producto al cual hay que prestarle mucha atención. En este sentido cabe preguntarse ¿por qué se ha incrementado el uso del glifosato? En primer lugar porque la soja transgénica es resistente y demandante de este producto, en segundo lugar porque las plantas silvestres se han vuelto resistentes a las dosis “normales “de glifosato. Es así que investigaciones que realizamos en el año 1999 daban cuenta de una aplicación de 3 a 4 litros por Ha mientras que en la actualidad se llega a emplear cantidades de hasta 14 litros en tres aplicaciones. Esta resistencia determina una mayor utilización de otro herbicida con alto impacto en el ambiente: el 2, 4 D.


¿El glifosato es tan inocuo como se lo presenta?

En principio no, se trata de un producto tóxico, por sus ingredientes activos y los materiales que se le agregan para “mejorar” su efectividad. Cada plaguicida, es así como debemos llamarlos y no con los inocuos términos defensivo o fitosanitario, está constituido por el principio activo – el glifosato – y una serie de coadyudantes que posibilitan una mayor penetración y adherencia en las hierbas. En este caso los coadyudantes pueden ser tan peligrosos como el producto activo en sí mismo. Estudios realizados en diferentes centros de investigación, como la universidad de Saskatchewan en Canadá, en el National cáncer Institute de Estado Unidos y por el investigador Lennart Hadell en Suecia sugieren una relación entre la utilización de glifosato y el deterioro en la salud.


Si a la peligrosidad específica de los productos le agregamos que se pueden adquirir en comercios no especializados, sin recetas o autorización, fraccionados, fuera de sus envases originales; que se aplican sin las normas mínimas de prevención incluso en mezclas con otros productos, en cercanías de fuentes de agua y que los envases se queman, entierran o arrojan en caminos o rutas, no es errado presentarlos como peligrosos.


Por último el problema no solo es el glifosato, se utilizan una serie de plaguicidas altamente tóxicos como el 2, 4 D, el endosulfan, el clorpirifos. Por ejemplo el endosulfan, se acumula en las cadenas tróficas, es persistente en el ambiente y posee alto impacto en la salud.


Como país deberíamos prestar atención y llevar a la práctica lo establecido en los convenios internacionales firmados por Argentina en la cual se busca planificar, regular y monitorear la utilización de sustancias químicas, incluidos los plaguicidas , tal como se establece en el enfoque estratégico para la gestión de productos químicos a nivel internacional, SAICM según sus siglas en ingles.

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