Fumigación en escuela de niños discapacitados
Publicado el 12 oct 2012. Archivado bajo Medio Ambiente.
Fuentes de la escuela para niños y adolescentes discapacitados “Zulema Embon”, que fue hasta 1982 residencia de los gobernadores de Entre Ríos en La Picada, denunciaron a AIM que un campo lindero al establecimiento fue fumigado sin notificación ni permiso con agrotóxicos que destruyeron parte de los sembrados del establecimiento.
La escuela Zulema Embon, en La Picada, con campo vecino fumigado con glifosato.
De acuerdo con las fuentes, el conductor del “mosquito” o máquina fumigadora penetró en el predio escolar durante el fin de semana sin permiso ni haber previamente mostrado en la comisaría las drogas que iba a aplicar y sin respetar la distancia a lugares habitados establecida por la ley.
No obstante, algunos trabajadores de la escuela pudieron advertir un fuerte olor desagradable y asfixiante que invadía todo el predio, lo que alertó sobre lo que estaba pasando y llevó a pedir la intervención de las autoridades escolares, de la policía y de los integrantes de la Junta de Gobierno de La Picada.
Al parecer, fueron técnicos de la lindante escuela Almafuerte los responsables de la fumigación, en principio para un campo de soja; pero en realidad el área fumigada fue mayor y afectó una zona donde hay además de la escuela secundaria agrotécnica Almafuerte, las primarias “Dominguito” y la “Zulema Embon”.
Averiguaciones posteriores permitieron establecer que la fumigación se hizo en forma clandestina, penetrando en un campo en momentos en que no había nadie y sin cumplir los requisitos legales necesarios para el procedimiento. Alarmó a personas que están avisadas de los riesgos que implican los venenos que se vuelcan sobre los cultivos, en particular el glifosato.
Cabe conjeturar que los fumigadores se hubieran abstenido de rociar con glifosato al gobernador y a su familia; pero es mucho más entendible que lo hagan con niños marginados del barrio Mosconi de Paraná, como son la mayoría de los discapacitados que encuentran educación, contención y alimentación en la escuela Embon, sobre todo gracias al esfuerzo solidario de su personal.
Hay normas escritas que establecen pautas que deben respetar los fumigadores, que en general no las cumplen porque es muy difícil obtener contra ellos todas las evidencias que se necesitan y porque aún la conciencia del peligro es insuficiente.
Pero algo se ha conseguido desde que se conoce que el glifosato produce irritaciones, cáncer, mortandad de animales y nacimientos teratológicos, y desde que la justicia de Córdoba creó un antecedente con un fallo contra propietarios de terrenos que fumigaron una zona poblada vecina a la capital de aquella provincia.
El predio fumigado pertenece a la escuela Almafuerte, que está dentro del parque San Martín. Los agrotóxicos diseminados allí van a parar, sobre todo ahora llevados por las lluvias, al arroyo que atraviesa esa área natural protegida, al menos nominalmente, ya que de hecho parece totalmente inerme y expuesta a todos los ataques.
Hace algún tiempo el gobierno provincial anunció su intención de instalar muy cerca de ese lugar la usina láctea Cotapa de Paraná, que luego sufrió alternativas financieras desfavorables que al parecer desviaron momentáneamente los esfuerzos oficiales en otra dirección.
Poco después, vecinos de La Picada advirtieron que la municipalidad de Paraná tenía la idea de instalar a poca distancia de ese complejo de escuelas, del otro lado de la ruta 12, un “relleno sanitario”, información que el mismo municipio de la capital provincial desmintió.
Entonces, la junta de Gobierno dictó una resolución que prohíbe en toda su jurisdicción cualquier clase de instalaciones que sirvan como depósito de basura generada fuera de ella.
Esta resolución necesita para tener fuerza de ordenanza la aprobación del gobierno provincial, que está interesado en sacar de Paraná el volcadero y tenía ya en estudio ocho terrenos de por lo menos 40 hectáreas cada uno en otras tantas localidades, entre ellas la ciudad universitaria de Oro Verde.
De la misma manera, por ahora no se ha insistido con la reubicación de Cotapa, quizá ante problemas más apremiantes para esa empresa, que ya no es cooperativa y tiene mayoría accionaria del gobierno provincial.
Todas estas iniciativas, por alguna razón que posiblemente se conozca a su tiempo, afectan casi directamente al parque San Martín y en el caso de Cotapa y los riegos con glifosato y otros tóxicos, también a la estación de trenes, donde el 9 de julio pasado, con una gran fiesta, llegó de nuevo el tren después de décadas con la promesa de rehabilitar el ramal a Federal.
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