Alma de Nogal : Los Chalchaleros

viernes, 4 de enero de 2013

ESPAÑA: Empresas sin responsabilidad social. Antenas de telefonía móvil, un peligro para la salud. Enric Llopis

                                                                 
NOGAL DE VIDA: Todavía desde la Municipalidad de Vicente Lopez, Buenos Aires,  no nos han contestado los pedidos de informes por las Antenas Ilegales, instaladas p.ej. en el Club Centro Carballino.

http://nogaldevida.blogspot.com.ar/2012/12/pedidos-de-informe-de-la-antena-del.html

Francisco De Narvaez, muy sonriente  en los carteles de Vicente Lopez, con fondo rojo...  por qué será que ríe el colombiano?







Y DESDE LOS CARBALLINOS ESPAÑOLES:
                                                                             
Plataformas ciudadanas y grupos ecologistas se movilizan contra la proliferación de antenas de telefonía
Antenas de telefonía móvil, un peligro para la salud

Enric Llopis ( REBELIÓN )

Antenas de telefonía móvil, sistemas de transporte de energía eléctrica, transformadores de alta tensión, inalámbricos, Wi-Fi, Bluetooth. Nuestras ciudades y hogares se han convertido en un polvorín de contaminación electromagnética. En la diana de la protesta, las antenas de telefonía móvil. Ciudadanos, plataformas vecinales y grupos ecologistas se oponen a la implantación de estas infraestructuras, pero se enfrentan a los intereses de las grandes compañías del sector y a la pasividad –cuando no connivencia- de las diferentes administraciones.
En Santa Apolonia, urbanización que linda con el municipio de Torrent (uno de los más poblados de la provincia de Valencia), Vodafone y Orange proyectan una gran antena de telefonía móvil. Algunos vecinos, que anteponen la mejora en la cobertura de sus celulares a los riesgos sobre la salud pública, apoyan la iniciativa. Otra parte de los vecinos ha iniciado una campaña de protesta. La ubicación de la antena ha despertado las alarmas: en plena zona residencial, junto a un parque infantil y en un entorno protegido por su valor paisajístico.
Los casos se multiplican y desde hace más de una década salpican el territorio del estado español. En Valladolid (año 2001) estalló uno de los escándalos más sonados. En un colegio de educación infantil se detectaron cinco casos de cáncer (cuatro leucemias y un linfoma) en niños de entre tres y seis años. En la azotea de un edificio aledaño a la escuela había instalado un “bosque de antenas” (cerca de 300) sin licencia. Tras el auto judicial que ordenó el desmantelamiento de las antenas, no se volvió a registrar otro caso de cáncer en el colegio.
Hace más de dos años que los vecinos de Arganzuela (Madrid) comenzaron a movilizarse contra la implantación de dos antenas de telefonía móvil “camufladas”, junto a dos colegios en los que estudian 725 niños de entre tres y doce años. La inmobiliaria Larcovi pretendía arrendar una azotea a Vodafone y Movistar para que ejecutaran la infraestructura. El pasado 19 de noviembre la inmobiliaria informó a los vecinos de que desistía finalmente de sus planes. En febrero de 2012, un grupo de docentes de un IES de Santiago denunciaban en una carta que en los últimos seis años se habían registrado once casos de cáncer de mama entre trabajadoras del instituto. Apuntaban, entre otras posibles causas, la proximidad de una antena de France Telecom.
Los vecinos afectados se enfrentan a un enemigo muy poderoso: los grandes operadores de telecomunicaciones (Orange, Telefónica, Vodafone y ONO), asociados en un grupo de presión denominado Redtel. Estas compañías se benefician de una legislación laxa, que establece límites muy amplios y poco estrictos a la emisión de radiaciones electromagnéticas. En ocasiones, las empresas instalan grandes antenas que emiten con una potencia mayor de lo que bastaría para un servicio adecuado. Compiten de este modo entre ellas por ofrecer mejor cobertura a sus clientes y alcanzar mayores parcelas de territorio. Es el ánimo de lucro por encima de la salud pública.
Cegada la vía legal del riesgo por la exposición a los campos electromagnéticos, la alternativa más factible para litigar contra las empresas es la urbanística, explica Agustín Bocos, abogado con más de 20 años de experiencia en derecho ambiental. Además de contar con una autorización del Ministerio de Medio Ambiente, las antenas han de ajustarse a la normativa urbanística del municipio en el que se instalen. Pero en la práctica, “hay antenas que durante años operan sin ningún tipo de licencia; se cometen multitud de irregularidades; no se respetan volúmenes, usos ni distancias de protección; Las empresas actúan así porque piensan que nadie actuará contra ellas por la vía urbanística; o que les compensa operar un tiempo de modo irregular y luego a ver qué pasa”, explica el abogado en una conferencia ante los vecinos de Santa Apolonia.
Por lo demás, las empresas son conscientes de que un incremento de la “masa crítica” les puede empañar el negocio. Por eso, hay antenas de telefonía móvil que, por inverosímil que parezca, se “camuflan” entre el mobiliario urbano, pinos, palmeras o incluso cruces de iglesias. Se trata de no llamar la atención y evitar que salten las alarmas entre los potenciales afectados.
La Plataforma Estatal contra la Contaminación Electromagnética (PECE) explica por qué no trascienden a la opinión pública estos hechos. Las compañías de telecomunicaciones “influyen por medio de sus poderosos grupos de presión en los medios de comunicación e instituciones, con el objeto de impedir que se establezca una legislación que controle la caótica proliferación de estas infraestructuras y se proteja la salud de la población”. La plataforma llama la atención, asimismo, sobre los recursos que estas empresas destinan a investigaciones científicas “que casualmente no encuentran casi nunca impactos sobre la salud”.
Pero lo cierto es que son crecientes las patologías y los problemas de salud relacionados con las antenas de telefonía y el uso de móviles e inalámbricos. Ahora bien, “los efectos no son inmediatos”, matiza Ceferino Maestu, doctor en Medicina y director del Laboratorio de Bioelectromagnetismo de la Universidad Politécnica de Madrid. “Pueden pasar 15 ó 20 años antes de que las consecuencias se hagan visibles; además, muchas veces no se asocian las enfermedades a las radiaciones porque no aparecen dolores ni síntomas claros”.
A juicio de Maestu, “no hay evidencias, ni puede demostrarse una relación causal entre radiaciones y patologías”. “Pero sí que hay aproximaciones estadísticas, añade, y esto debería bastar para que se aplicara el principio de precaución”. La Ley 33/2011 de Salud Pública establece, en ese sentido, la cesación, limitación o prohibición de actividades sobre las que haya indicios fundados de afectación grave a la salud pública (“aún cuando hubiera incertidumbre científica” sobre los riesgos”).
Pese a que se realizó hace más de cinco años, el Informe BioIniciativa es uno de los estudios de referencia. Redactado por 14 científicos y expertos en salud pública, apunta que una excesiva exposición a los campos electromagnéticos derivados de artefactos electrónicos puede causar leucemia infantil, tumores cerebrales, alteraciones en la actividad eléctrica del cerebro, daños en el ADN, problemas de sueño, fatiga, cefalea y cáncer de mama, entre otros efectos. “No podemos permitirnos una actitud de aquí no pasa nada”, concluye el estudio. Además, los científicos explican que los impactos sobre la salud pueden darse incluso a niveles muy bajos de exposición a las radiaciones.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia Internacional de Investigaciones del Cáncer (IARC) insisten en la misma idea. En mayo de 2011, clasificaron los campos electromagnéticos de radiofrecuencia como “posibles cancerígenos” para los seres humanos, por un aumento en el riesgo de Glioma (un cáncer cerebral asociado al uso de teléfonos móviles). Se habla de “posibilidad” y de “riesgos potenciales”.
A la luz de estas investigaciones, ¿debería aplicarse el principio de precaución? Hace apenas un mes, decidió quitarse la vida Ángela Jaén, una mujer que residía en Pinto (Madrid), a la que se diagnosticó “hipersensibilidad a los campos electromagnéticos”. Se vio obligada a abandonar su casa, afectada por unos niveles de radiación muy altos generados por una antena de telefonía situada a 50 metros de su hogar, según denuncia la Asociación de Electrosensibles por el Derecho a la Salud. Ángela Jaén no obtuvo respuesta del gobierno municipal de Pinto (PP), ni le atendieron adecuadamente los responsables de salud, que –según un comunicado de la asociación- trataron su problema como “psiquiátrico”.

Un ejemplo de indefensión que llega hasta el extremo del suicidio. Sin llegar a estos ejemplos, la legislación vigente deja a los ciudadanos en el desamparo. En 1999, el Consejo Europeo estableció unas recomendaciones en materia de exposición del público a los campos electromagnéticos. Señaló unos límites muy amplios –que son los vigentes hoy en el estado español- incompatibles para muchos especialistas con la salud pública y el principio de precaución. El mismo Parlamento europeo, en una Resolución de septiembre de 2008, declaró estos límites como “obsoletos”, ya que, además de ser declarados hace una década, no considera las normas más exigentes, adoptadas por países como Italia, Bélgica o Austria; tampoco se tienen en cuenta, afirma el Parlamento Europeo en la Resolución de 2008, la situación de los grupos más vulnerables, como mujeres embarazadas, recién nacidos y niños; ni las conclusiones del trabajo científico del grupo BioIniciativa. Enquistada la vía jurídica, las antenas de telefonía móvil devienen un problema de salud pública, al que sólo la presión ciudadana está ofreciendo salida.


Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.


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Culpan a una antena de telefonía movil de 43 casos de cáncer entre 350 vecinos de MALAGA

radiaciones electromagnéticas mortales
Cada día que pasa es más evidente e incuestionable que las ondas electromagné- ticas emitidas por todo tipo de antenas que se hayan entre nosotros  son extremadamente dañinas y en muchos casos mortales.
DESPERTARES
Los 350 habitantes de la cortijada Los Pérez, en Veléz-Málaga, han denunciado que de los 43 casos, 35 se han saldado con la muerte de los vecinos. Reclaman la retirada de la antena, que ha sido apoyada por UPyD
efe, Málaga | Actualizado 24.11.2009 - 20:15
Los vecinos de la cortijada Los Pérez, en el municipio de Vélez-Málaga, han denunciado hoy la existencia de 43 casos de casos de cáncer entre los 350 habitantes de esta barriada y culpan de la situación a una antena de telefonía móvil con la que conviven desde hace quince años.
Antonia Delgado, portavoz de los vecinos, ha manifestado hoy en rueda de prensa que la antena está instalada junto a la antigua carretera N-340, a escasos metros de sus viviendas, en el núcleo de población de Benajarafe.
Delgado ha señalado que de los 43 casos de cáncer, 35 se han saldado con la muerte de los vecinos, “y en lo que llevamos de año, han fallecido ocho personas”.
Ha precisado que su hermana sufre un cáncer de mama, su padre uno de laringe y un tío, un melanoma.
Los vecinos han reclamado en numerosas ocasiones al Ayuntamiento de Vélez-Málaga la retirada de la antena “y sólo hemos conseguido que nos digan que algún día se quitará, pero eso no nos vale, porque nuestros familiares y vecinos continúan enfermando”.
“No sé cuántos muertos necesita al Ayuntamiento para retirar la antena”, ha añadido Delgado, quien ha dicho que los vecinos están “decepcionados” tras el último encuentro que tuvieron con las autoridades municipales, en el que les mostraron informes sobre las emisiones que no les convencen.
Otro de los afectados, Antonio Marfil, al que le detectaron el pasado abril un tumor testicular, ha declarado que el carril que da acceso a la cortijada pasa a veinte metros de donde está la antena “y cada vez que entramos nos llevamos las radiaciones”.
La reivindicación de los vecinos ha sido respaldada por UPyD de Vélez-Málaga, cuyos miembros han exigido al Consistorio la retirada de la antena, tanto por sus posibles efectos sobre la salud, como porque, por su ubicación junto a la torre vigía de Benajarafe, “contraviene diversas leyes relativas a la protección del patrimonio histórico”.
El responsable de Política Municipal de UPyD, Javier Sansegundo, ha informado de que si el Ayuntamiento no traslada este equipamiento fuera del casco urbano de Benajarafe, presentarán una denuncia por la contaminación visual que sufra la torre vigía.
Hace dos semanas, el concejal de Nuevas Tecnologías, Jesús Aranda (PSOE), tranquilizó a los vecinos y aseguró que la antena cumplía los niveles de emisiones establecidos por la ley.
Sobre el aparato existe un expediente de la Gerencia Municipal de Urbanismo, ya que los vecinos denunciaron que se instaló sin licencia de obras.
El Ayuntamiento debe resolver ahora el recurso presentado por la operadora contra el citado expediente para verificar la legalidad del equipamiento.
Fuente: malagahoy.es

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Publicado por Miguel Jara el 11 de noviembre de 2010
La Asociación de Afectados de Navarra por los Campos Electromagnéticos (ASANACEM) y la de Valladolid (AVAATE) ha realizado un excelente trabajo de recopilación de casos de cáncer (principalmente, también aparecen otras dolencias), ocurridos en las inmediaciones de antenas de telefonía móvil. Lo han documentado muy bien a través de lo publicado en la prensa durante los últimos años. La recopilación va desde el año 2000 al 2008.
Por otro lado, además del pdf Clusters de Cancer, en un link de la página de ASANACEM pueden encontrar otra recopilación de casos aparecidos en prensa, la mayoría desde ese año 2008 hasta el 2010. Como les cuento, son recopilaciones de noticias periodísticas (puede haber muchas otras más), no es un estudio científico, pero tampoco hay estudios epidemiológicos cerca ni lejos de antenas, ni ningún seguimiento de la situación de las personas que viven en las inmediaciones de estos artefactos. Ninguna institución ni empresa los han realizado.
Es más, en ocasiones se le exige a la población que “demuestre que esas afecciones están relacionadas con sus dolencias“, cuando ese seguimiento deberían hacerlo las instituciones, independientemente de cual fuese su resultado. La recopilación presentada por estas organizaciones ciudadanas es sólo de antenas, no se incluyen a poblaciones que vivan cerca de nudos eléctricos, alta tensión, transformadores eléctricos, edificios con WiFi, etc., en las que también se denuncian muchos casos por todo el mundo.
Si las instituciones hicieran su trabajo, los ciudadanos no tendrían que cumplir con esta dejación de sus funciones.
Más info: En los libros Conspiraciones tóxicas y La salud que viene hay capítulos monográficos sobre las enfermedades que provocan los campos electromagnéticos y el lobby que trata de ocultarlas.

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Y POR CASA COMO ANDAMOS ?


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Un anillo de cáncer en torno a un mástil



Sábado, 22 Diciembre 2012 13:48 .inShare.0Está en marcha una encuesta sanitaria en torno a la antena de Gendarmería. Los primeros resultados son preocupantes: 7 casos de cáncer y un caso de esclerosis múltiple entre 30 hogares encuestados.
Por Claudio Guevara
Hace pocos días procesamos los primeros resultados de una encuesta sanitaria que venimos desarrollando en torno al mástil de telefonía ubicado en Gendarmería. Los indicios son preocupantes. Sobre 30 hogares encuestados, tenemos ya registrados siete casos de cáncer (algunos ya fallecidos) y un caso de esclerosis múltiple, aparte de muchas otras enfermedades vinculadas con la presencia de contaminación electromagnética. Y no hemos recorrido ni un 30 por ciento de lo que sería toda el área de mayor riesgo, es decir, unos 400 metros a la redonda.
Participan en este trabajo la docente María Amelia Dinova y la psicóloga social Evangelina Vícoli, que además son vecinas del barrio. El proyecto incluye encuestar también la zona que rodea a las antenas del centro, que son las de mayor potencia concentrada.

No hace falta estudiar mucho otros estudios similares para anticipar lo que nos vamos a encontrar: un anillo de enfermedades directamente vinculadas con la contaminación electromagnética en torno a cada mástil. Así ha sucedido, por ejemplo, en un estudio que se realizó en la ciudad de Córdoba: sobre el mapa, los puntos negros de cáncer y tumores se agolpan en torno al mástil y se van espaciando a medida que los domicilios se alejan.

Próximamente lanzaremos una campaña pública para realizar la recogida de datos más velozmente en diferentes áreas de la ciudad. Para los interesados en participar, llamar al 02324 428479.











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