Alma de Nogal : Los Chalchaleros

miércoles, 24 de abril de 2013

Vecinos luchan contra una antena telefónica.Se oponen a su instalación porque "causan cáncer".


Se oponen a su instalación porque "causan cáncer"

Vecinos luchan contra una antena telefónica

Los CPC emiten avales a favor de empresas telefónicas y autoriza la instalación de antenas
Alvaro Navarro | 16/4/2013

La instalación de una torre para la ubicación de antena de telefonía celular de la empresa Claro, activó un movimiento de vecinos dispuestos a todo para evitar que se siembre la estructura metálica en un predio del residencial El Dorado.
En este céntrico reparto de Managua, las empresas Movistar y Claro han intentado en varias ocasiones situar sus antenas en las cercanías del parque, en un predio comunal vecino a la casa del Movimiento Scout y hasta en los predios donde se ubican los pozos de la empresa aguadora, pero tardan más en mandar a hacer las mediciones, que en que aparezca el movimiento de vecinos para rechazarla y ejercer presión hasta que las telefónicas desisten. La razón: “estas antenas producen enfermedades y hasta cáncer”.
Manuel Matus, un ingeniero jubilado, dedica sus días a organizar a los vecinos para presionar ante las instituciones cuando les alteran el medidor de la energía o el agua, cuando los camiones recolectores de basura dejan de pasar o si ocurren robos en el residencial. Ahora le tiene declarada la guerra a la antena que claro intenta instalar en sus cercanías para mejorar su señal de celular e internet.
En los sitios “donde se han instalado esas antenas ya se han detectado afectaciones. Ha comenzado a observarse con los vecinos que tienen perros, los perros, botan el pelo y en personas, algunas, pero necesitamos soportar bien, porque las personas se fueron o ya fallecieron y no se puede demostrar que esa persona falleció de eso”, reconoce Matus, sin bajar la guardia.
En tanto, en uno de los predios del barrio Laureano Mairena, situado en el costado este de la Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI), una manta que cuelga de dos árboles se agita vigilante con la leyenda “rechazamos instalación de antena Claro”. Esa es la expresión de la mayoría de vecinos de la manzana “P”, quienes también se atemorizan por las radiaciones que producirá el artefacto, que están convencidos desatará una pandemia cancerígena.
“Aquí hay muchos niños, ancianos y discapacitados y esas antenas traen más enfermedades”, asegura con aplomo Isayana Gaitán. Mientras tanto, Melecio Gómez, el coordinador vecinal en esa manzana, aunque muestra pocos argumentos sobre el impacto de las radiaciones en la salud, y solo afirma que “dicen que hay problemas”, promete que no dejarán que se instale la antena en sus alrededores.
CPC autoriza
En el vecindario no todos se oponen. El Secretario Político del Frente Sandinista de ese sector, Isaac Laguna, mueve sus cartas a favor de la instalación de la torre. En un aval político (de los mismos que acostumbran para autorizar que un ciudadano reciba un beneficio del gobierno) fechado el 21 de marzo pasado, declara que “es prioridad del Gabinete del Poder Ciudadano apoyar y dar prioridad a las obras sociales y de la empresa privada que generen desarrollo en nuestra comunidad”.
En las líneas siguientes el militante sandinista en su “Por tanto, resuelve AVALAR las gestiones que realiza la Empresa Nicaragüense de Telecomunicaciones ENITEL para que construya Antena de Transmisión de Señal celular en el lugar antes señalado (sic)”.
El aval partidario fue rechazo por los vecinos que cuestionaron la intromisión del delegado del FSLN en ese barrio, en un asunto que preocupa a sus habitantes. “No sé qué derecho tiene, no sé qué se cree, se cree la gran cosa porque él es un poblador, un ciudadano igual que nosotros, pero como es el político del barrio, se cree no sé qué”, fustigó la pobladora Dora María Gasparini.
Empresas: “No nos pronunciaremos sobre ese tema”
Frente a la ola de temores de los vecinos y la resistencia que generan esas estructuras metálicas, las empresas de Telefonía celular Claro y Movistar prefieren guardar silencio. Tras una solicitud formal de entrevista, las oficinas de relaciones públicas de las telefónicas respondieron por separado que no hablarían del tema.
En la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), hay más apertura a comentar científicamente de la preocupación vecinal.
El doctor Marvin Arias, experto en telecomunicaciones conduce un estudio sobre radiaciones no ionizantes (el tipo de radiación que genera la telefonía celular, electrodomésticos y las antenas de radio y televisión) y asegura que “no hay evidencias científicas sobre daños a la salud por las emisiones de radiaciones de la telefonía celular, no hay”, afirma enfático.
El experto además esgrime como argumento para descartar afectaciones al cuerpo humano, los estudios de la Organización Mundial de la Salud sobre radiaciones no ionizantes que protegen de daños a las personas.
Arias además comentó que resulta irónico que mientras los ciudadanos se oponen con vehemencia a la instalación de una antena que transmite con una potencia de 50 watts, en más de 40 años  nadie se haya alarmado con la ubicación de torres de transmisión de estaciones de televisión y radiodifusoras que “hasta publicitan que ´con 50 mil watts de potencia llegando a todo el territorio nacional y más allá´… Son mil veces más potentes, pero a nadie le preocupan porque sencillamente esos transmisores no se ven, como sí se ven las torres de telefonía que tenés al lado”, comparó.
Entre los pobladores también hay críticas y desconfianza sobre la seguridad de las construcciones de esas torres que en la mayoría de los casos alcanzan los 40 metros de altura.
“Cualquier desastre lo primero que estamos viendo es que nos caiga encima eso” afirma William Martínez mientras observa desde la puerta de su casa hacia la cúspide de la torre que la empresa Movistar sembró en un espacio que compró a una vecina, en el anexo a la 14 de Septiembre.
Mientras Manuel Matus, en el dorado fustiga “la irresponsabilidad” de las compañías que instalaron otras torres en la orilla del cauce que conecta al mercado Roberto Huembes con los semáforos de El Dorado. “La ley municipal dice que el mínimo son 25 metros al margen del cauce y la instalaron exactamente al borde del talud”, señala.
Terrenos en arriendo por 200 a 400 dólares mensuales
En medio de esta controversia salta otro asunto que en ocasiones enfrenta a los vecinos entre sí. Los terrenos en los que las telefonías sientan sus torres en algunos casos los compran con ese fin específico o los rentan en un costo de entre 200 y 400 dólares al mes.
En el barrio El Edén,  basta elevar un poco la vista para observar cómo sobresalen las estructuras metálicas pintadas de rojo con blanco.  Una de estas antenas se ubica en una propiedad del abogado Luis Vanegas, quien acepta que le arrienda el terreno a Claro y asegura que él como abogado “estoy sujeto a las leyes de mi país, y si nuestro gobierno decide aprobar una norma que pida que se retire porque afecta la salud de mi país, yo acataría y no tendría ningún problema”.
Por su parte, Sorayda Suárez, es la dueña de una propiedad aledaña al terreno donde los vecinos del Laureano Mairena instalaron la manta, asegura que a ella Claro le ofreció comprar su casa y que “ignoro para qué lo quieren, a mí me dijeron le compro y yo dije le vendo. Estoy vendiendo lo que es mío y es problema de Claro  qué van a instalar ahí”.
Una lógica de mercado, que Manuel Matus rechaza con el argumento de que “lo que se debe de velar es por la salud de la población y no por el negocio que quieren hacer los que alquilan una parte de sus propiedades”.
La semana pasada la Asamblea Nacional desempolvó un proyecto de ley que aguardaba en las gavetas del parlamento desde hace nueve años. Por ahora los puntos más espinosos tienen que ver precisamente con los parámetros de ubicación de las antenas.
El diputado Eliseo Núñez, miembro de la Bancada Democrática Nicaragüense e integrante de la Comisión de Infraestructura, que discute la iniciativa, afirmó que la ley que se apruebe debe tener el cuidado de no crear desventaja en cuanto al acceso tecnológico, con relación a los países de Centroamérica.
“Si Nicaragua de pronto viene con una legislación que te genera un problema de acceso a la tecnología que no lo tiene Guatemala ni lo tienen otros países, entonces ahí tendrías un problema económico serio”, explicó el legislador.
Ley para presionar
Núñez, fue más allá sobre el proyecto de ley. Según su interpretación política, el gobernante Frente Sandinista estaría usando la discusión de esa iniciativa para presionar a las dos empresas de telefonía celular para que acepten sin complicaciones la entrada en el negocio de las telecomunicaciones de forma ventajosa de la empresa china Xinwei, una compañía que según dice “no conozco más que el nombre y lo que sospecho es que es una empresa del ALBA… Porque así el Frente Sandinista se mete también en los negocios”.
Al margen de la calistenia legislativa, en los barrios donde se oponen a que se instalen las antenas, los vecinos prometen mantener la resistencia hasta “que Claro no se reúna con nosotros y que se haga responsable con la salud de los pobladores” pidió el dirigente comunitario Melecio Gómez.
Mientras el diputado Núñez sugirió a las compañías que “así como hacen publicidad para vender celulares, deben de comenzar con una campaña para  informarle a la gente, darle información e información que pueda ser validada, porque si ellos dan una información publicitaria que la gente no puede validar, lo que la gente creería es que la están engañando”, concluyó.

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