Alma de Nogal : Los Chalchaleros

jueves, 27 de marzo de 2014

Las plantas silvestres, nuevos transgénicos y el herbicida 2, 4 D. La necesidad de un manejo integral desde la comprensión a la acción. Ing. Agr. Ms. Sc. Javier Souza Casadinho Coordinador regional de la Red de Acción en plaguicidas y sus Alternativas de América Latina -RAPAL-

Las plantas silvestres, nuevos transgénicos y el herbicida 2, 4 D.
La necesidad de un manejo integral desde la comprensión a la acción.
Ing. Agr. Ms. Sc. Javier Souza Casadinho
Coordinador regional de la Red de Acción en plaguicidas y sus Alternativas de América Latina -RAPAL-
 
Si analizamos la información que nos llega , ya desde las empresas transnacionales, las demandas de los productores , aún desde el Ministerio de Agricultura y el de Ciencia y Tecnología  pareciera que estamos condenados a continuar investigando, liberando al medio y adoptando “nuevos” cultivos transgénicos resistentes a “viejos” herbicidas a fin de “combatir” a las “malezas” (Souza Casadinho, 2014)[1].  Imaginamos que las plantas silvestres[2], avanzan caprichosamente, compitiendo con los cultivos por agua, nutrientes y energía solar, no nos detenemos a analizar que son las mismas estrategias y prácticas agrícolas puestas en juego las que determinan que las plantas silvestres expandan su superficie de acción, se tornen resistentes a las dosis “normales” de los herbicidas y aún, compitan mejor con los cultivos.
El manejo inadecuado no solo requiere grandes cantidades de dinero, eleva la demanda de herbicidas con su consecuente contaminación de los bienes naturales, seres humanos incluidos, sino que a su vez incide fuertemente en la disposición de la mano de  obra familiar. Aún En los predios de pequeña escala de los países en desarrollo, los productores dedican más del 50% de su tiempo al control de malezas, tarea que es realizada sobre todo por las mujeres y los niños de la familia (Ellis – Jones, 1993 citado en FAO, 2004)[3]
Además, se ha dado una co-evolución entre las plantas silvestres y las especies cultivadas por los seres humanos. Las  plantas silvestres están bien adaptadas al cultivo que infestan en razón de sus características morfológicas y fisiológicas. Un ejemplo de esta situación es el caso de las zanahorias (Dacus carota) donde otras especies dela la familia de las umbelíferas como Ammi majus y Daucus Sp son las especies dominantes (Zaragoza, C, 2004, citado en FAO, 2004)[4].
La naturaleza es persistente. Los seres humanos podemos controlar  unos tipos de plantas pero recreamos condiciones para otras. Las malezas siempre van a dominar por el crecimiento rápido y por su adaptación. Si los seres humanos no somos cuidadosos crearíamos serios problemas (Klingman, G 1961)[5].
 
¿Podemos esperar un resultado distinto empleando las mismas prácticas?... no. y es por ello que debemos reflexionar para actuar en consecuencia , aquí unas preguntas básicas para hacernos.
 
1-¿A qué se llama “malezas”?
 
Hay varios conceptos que emparentamos, confundimos y hasta veces intercambiamos: yuyos, plantas silvestres, plantas arvenses,  pastos, hierbas, malezas....pero ¿que son en realidad?.
El concepto maleza es un concepto antropocéntrico, una mirada sesgada de los seres humanos hacia la naturaleza, desde una posición dominante. En términos simples se denomina “maleza” a toda planta que nace en el momento y lugar inadecuado, compitiendo por agua, luz y nutrientes con los cultivos implantados.
Aldrich, define como maleza “a toda especie vegetal originaria de ambientes naturales y que como respuesta a la actividad humana comienza a interferir en los cultivos realizados por el hombre” (Aldrich, 1984).[6]  Para otros investigadores son “aquellas plantas que interfieren con la actividad humana en áreas cultivadas y no cultivadas” (Labrada, R. 1996)[7].  También ciertas especies son denominadas malezas “cuando no son deseables en una determinada situación, ya sea productiva, paisajista o estética” (Scursoni, 2009)[8]. Otras definiciones se centran en su carácter nocivo, “Las plantas nocivas son indeseables. Una planta determinada es nociva solo sí el hombre así lo determina. Se considera que las plantas son nocivas cuando obstaculiza la utilización de la tierra y los recursos hidráulicos o, también si se interponen en forma adversa al bienestar humano (National Acadamy of Sciencies, 1968)[9]. Hay plantas nocivas porque son venenosas para el ganado o debido a que afectan la cantidad y calidad de productos animales. Otras, tales como la Rhus radicans y las plantas alergénicas son nocivas directamente para el hombre. Las plantas nocivas albergan plagas de insectos, roedores dañinos y enfermedades de las plantas. Plantas tales como Cuscuta sp. son parásitas de plantas que tienen importancia económica. (National acadamy of Sienccies, 1968)[10].
Entonces queda claro que las plantas silvestres pueden tornarse en “malezas” según el lugar donde aparecen y el momento en que lo hacen.
 
Según esta visión una planta de Cardo Mariano puede ser una “maleza” en un cultivo implantado pero puede ser de uso medicinal si se cosechan sus frutos, lo mismo ocurre con la soja puede ser una cultivo de exportación pero una “maleza” en un cultivo de maíz. Está claro que el nombre asignado se relaciona con la persona que lo evalúa, el momento y el territorio donde se hace dicha evaluación, sin olvidar las condiciones económicas y la propia cosmovisión sobre la inclusión de los seres humanos en la naturaleza.
 
2- ¿Las plantas silvestres son malezas? 
 
NO, aunque derivado de la ausencia de planificación y de la ejecución de prácticas agrícolas inadecuadas y aisladas,  la expansión y competencia de algunas de estas especies pueden hacer inviable económicamente, y aún en términos de provisión de alimentos, la realización y cosecha de un cultivo. La naturaleza se expresa siempre a partir de la diversidad biológica, de esta manera las plantas, los animales, las bacterias, van ocupando un lugar en los ecosistemas y en ellos cumplen una función. Es así como según la cantidad de agua en el suelo, la luminosidad, la temperatura determinarán las especies que podrán vivir allí y según su especie producir, consumir o descomponer el alimento. La biodiversidad es vital para la nutrición adecuada de los suelos y el equilibrio entre los componentes del sistema partir de la recreación de los ciclos, flujos y relaciones establecidas. La biodiversidad brinda sustentabilidad, resiliencia y estabilidad ecológica a los agroecosistemas, así como viabilidad económica.
 
Las plantas silvestres pueden constituirse en un excelente alimento humano, como la borraja, alimento animal como los el ray grass, en plantas medicinales  como el trébol de olor, en magnífico aporte de materia orgánica al suelo  como la cebadilla, en plantas que suministran polen y néctar como el diente de león, en la alimentación de pájaros como el yuyo colorado, en materiales para la construcción de casas como el acacio negro y en plantas trampas de insectos que viven en las huertas como la cerraja, .
 
3- ¿Por qué algunas las plantas silvestres se transforman en un grave problema  desde el punto de vista agronómico?
En primer lugar debemos pensar en que la agricultura “moderna” o de “agronegocios” se basa en monocultivos, y que al ir en contra de la naturaleza, estos monocultivos no reproducen las condiciones de existencia, es decir no nutren adecuadamente a los suelos, ni contribuyen a la complejidad y relaciones que se establecen en los sistemas naturales, por lo cual dependen de la aplicación permanente y creciente de plaguicidas, incluidos los herbicidas. En segundo lugar, como se verá más adelante, el uso reiterado de las mismas formulaciones de herbicidas tornó a las plantas silvestres en resistentes a esos químicos.
 
4- ¿Cómo se relacionan las prácticas agrícolas con la aparición de plantas silvestres?
 
La mayoría de las especies de malezas se originaron  de especies silvestres colonizadoras y evolucionaron adaptándose a la actividad agropecuaria, conservaron características propias de su capacidad de colonización y fueron distribuidas por el hombre más allá de sus sitios de origen (de Wet y Harlan, 1975, citado por Scursoni, 2009)[11]. La selección generada por las prácticas agrícolas a menudo resulta en la evolución de nuevas razas o biotopos íntimamente asociado al cultivo en que se encuentran. Así se genera un proceso denominado mimetización entre especies cultivadas y las malezas, resultando en una similitud morfológica y fisiológica que genera mayores dificultades en el manejo (Barret, 1983 citado por Scursoni, 2009)[12].
 
De esta manera el procedimiento de cultivo que se aplica junto con el manejo del hábitat determina, al menos en las zonas agrícolas, la persistencia de especies de plantas nocivas, y por lo tanto , la particular asociación de un cultivo y una planta nociva.(National acadamy of Sciencies, 1968)[13]
La selección interespecífica de las malezas por la agricultura conduce a una comunidad de malezas, que es inherentemente un reflejo instantáneo de la flora residente latente en el suelo. Con el cultivo continuado la duración de la selección interespecifica aumenta y sobre la superficie del terreno se desarrollará una flora indeseable que característicamente refleja, tanto el tiempo como el tipo de cultivo. En el desarrollo de la agricultura moderna, antes del uso intensivo de los medios químicos en el control de malezas, el reconocimiento de la importancia del cultivo como agente de selección interespecifico, dio lugar a la introducción de la rotación de cultivos como método de control de malezas. En el pasado más reciente, cuando los herbicidas se aplicaron extensamente para el control de malezas dicotiledóneas, las especies gramíneas comenzaron a predominar en abundancia. De esta forma, el control químico constituye una fuerza selectiva (Fryer, 1979, citado por Mortimer, 1996)[14]
Las prácticas agronómicas se modifican permanentemente generando condiciones nuevas que resultan en cambios en la comunidad de malezas (Scursoni, 2009)[15].
 
¿Cuáles son las prácticas agrícolas que han favorecido la distribución, evolución e incremento de las poblaciones? 
 
 
a-Las tareas de labranza previas a la implantación de cultivos.  La labranza del suelo eleva la germinación de las semillas (García Torres, L , 1996)[16].La siembra sin laboreo puede producir  mayor diversidad de especies de las gramíneas en detrimento de las dicotiledóneas. (Scursoni, 2009)[17]
 
b- El monocultivo. El cultivo reiterado de las mismas especies, promueve el crecimiento de determinadas plantas silvestres. (Fernández Quintanilla, 1987)[18]. El monocultivo propicia el incremento y la permanencia de semillas en el “banco de semillas” del suelo (Martín y Felton,1993)[19]
 
c-El uso de herbicidas. Por ejemplo el uso reiterado del 2, 4 D favoreció el desarrollo de la avena fatua
 
d- La utilización permanente de las mismas o similares formulaciones de herbicidas, como el glifosato, generando condiciones de selección de especies naturalmente tolerantes al herbicida, individuos resistentes en una población y de especies que presentan mecanismos de adaptación ecológica tales como al dinámica de emergencia, para escapar de la acción del herbicida. (Owen, 2008 citado por Scursoni, 2009)[20].
 
e- La dispersión de semillas durante la cosecha de los cultivos, en especial cuando la planta silvestre y el cultivo poseen similitudes morfológicas y fenológicas (Scursoni, 2009)[21] – ejemplo dispersión de semillas de chamico (Datura sp) realizada por las cosechadoras durante la recolección de los frutos de soja.
 
d- El riego en el caso del diente de león y de Chenopidium álbum[22] .
 
e-  El cambio de variedades y la fertilización con nitrógeno El cultivo de variedades de arroz de porte bajo son menos competitivas que las variedades tradicionales de mayor porte, especialmente con niveles altos de fertilización. Así, la modernización que incluye estos dos factores conlleva una demanda acompañante de un mayor manejo de las malezas ((Datta, 1981, citado por Sheck, 1996)[23]
 
5- ¿Cuáles son las características  más importantes en las plantas silvestres para tener en cuenta en su manejo integral ?
 
Un manejo integral de las plantas silvestres requiere conocer sus características  morfológicas y fisiológicas, sus requerimientos en relación con los factores bióticos y abióticos dentro de los ecosistemas y las relaciones establecidas con el resto de los seres vivos. Pero esto debe hacerse dentro de un marco económico, cultural y ambiental establecido. En este sentido también se debe reconocer los aportes globales de las plantas silvestres a los agro-ecosistemas constituidos.
 
Las características más importantes son:
 
                    Variabilidad genética de las plantas dentro de una misma especie  - la existencia de diferentes ecotipos les permite adaptarse a una amplitud de condiciones ambientales y de manejo
                    Tamaño de la semilla que se relaciona con los modos y posibilidades de dispersión en el ambiente, su posibilidad de germinación, ocupación del banco de semillas, etc.
                    Necesidad de luz para germinar que se relaciona con los métodos de labranza que pueden favorecer su germinación.
                    Necesidad de oxígeno en el suelo
                    Requerimientos ecológicos /ambientales: humedad del suelo y temperatura para germinar
                    Adaptabilidad y ajuste a las condiciones ambientales.  Mayor plasticidad mayor capacidad de germinar y expandirse en diferentes territorios
                    La longevidad de las semillas en el suelo. Cuanto más tiempo conserven su capacidad de germinar mayor será su posibilidad de infestar un cultivo
                    La viabilidad de las semillas, esto tiempo en el cual la semilla mantiene su capacidad de germinar y dar origen a una plántula
                    Su forma de subsistencia ante períodos desfavorables – por ejemplo perdida de parte aérea y persistencia de yemas debajo del suelo en el periodo desfavorable -
                    La estación de crecimiento en la cual cumplen su ciclo de vida, otoño -invernal, primavera -estival o todo el año-.
                    Según su ciclo de vida: anuales o perennes.
                    Su forma de propagación; semillas, rizomas, frutos, brotes, estolones. De allí su capacidad de dispersión y persistencia.
                    La fecundidad de la planta, en este caso la capacidad de producción de órganos reproductivos o vegetativos .Cuando mayor sea la producción de semillas mayores las posibilidades de expansión
                    Grado de tolerancia de las plantas pequeñas al sombreado
                    Según su hábito de crecimiento desde las erectas a las rastreras. Aspecto que incide en su capacidad de competir por nutrientes, agua y luminosidad.
                    La existencia de instancias de dormición de la semilla.
                    La  latencia de las semillas es la incapacidad de germinar de la semilla aunque se den condiciones de humedad y temperatura adecuadas, se da por ejemplo cuando existen inhibidores que debe ser eliminados o existen cubiertas impermeables en las semillas. La latencia le confiere dos oportunidades ecológicas importantes a las semillas de plantas silvestres. La primera, la habilidad de resistir períodos de condiciones adversas y la segunda es la sincronización de estadios resistentes y no – resistentes con apropiadas condiciones ambientales para maximizar la probabilidad de establecimiento de plántulas.  para germinar. Las semillas con latencia forzada son aquellas que no germinan por la ausencia de condiciones ambientales apropiadas (Mortimer , A 1996)[24]
                    El tipo y capacidad de dispersión en el espacio de los órganos de reproducción sexual y asexual. El viento, agua, los seres humanos dispersamos a las plantas silvestres de allí deben derivarse las prácticas de manejo
                    Sus requerimientos de cantidad, intensidad y duración de la luz solar para la germinación, crecimiento, reproducción y desarrollo.
                    La colonización de nuevas áreas ligadas a aspectos naturales y antrópicos de dispersión.
                    La Persistencia en el ambiente de los órganos reproductivos, a su vez relacionada con las condiciones ambientales y presencia de organismos consumidores.
                    La Habilidad competitiva. Su capacidad de mantenerse creciendo con menos disponibilidad de recursos. La probabilidad de supervivencia hasta la madurez y la producción de semillas de las plantas silvestres es dependiente de la habilidad competitiva de la planta cultivada y de la eficacia de las prácticas de control de la plantas silvestres.
                    La Alelopatía- la inhibición del crecimiento de un organismo por otro organismo a partir de la segregación y liberación al ambiente de un compuesto químico, por ejemplo el caso de la inhibición de la avena fatua hacia las plantas de trigo-
                    Rápido establecimiento y crecimiento de las plántulas. 
                    La Producción sucesiva de brotes foliares lo cual incrementa su capacidad de competir
                    La Tolerancia a la sombra producida por las plantas cultivadas u otras plantas silvestres.
 
 
 
6- ¿Es preferible un manejo o un control de las plantas silvestres?
 
Los seres humanos a partir de la simplificación de los sistemas productivos, la utilización de semillas mejoradas, a veces trangénicas,  y de la utilización de alta carga de insumos sintéticos hemos querido tener a los sistemas bajo control, es decir reducir el daño realizado por las plantas silvestres a un nivel, llamémosle, aceptable, compatible con adecuados rendimientos productivos y beneficios económicos. La realidad nos muestra que no es posible ni la erradicación, ni el control. Indicadores de ello son la persistencia de plantas silvestres, la expansión en el área de acción, la recurrente modificación en los criterios de manejo, en el cual se dan la a tolerancia y resistencia a los herbicidas, el incremento en las dosis de aplicación con la consecuente contaminación ambiental, la aparición de nuevas plantas silvestres con alta capacidad de competir con los cultivos.
El criterio de control debería dar paso a un paso a un manejo sustentable, en el cual las plantas silvestres puedan integrarse al agroecositema, disminuyendo las perdidas por competencia en torno al agua, nutrientes y sol e incrementando los servicios que puedan prestar al sistema humano-ambiental como fuente de energía, de polen, en el manejo de la erosión, en el incremento de la materia orgánica del suelo, en el pool genético, etc. Es decir no solo su acción competitiva sino también los aportes al sistema
Para que esto ocurra se debe no solo repensar el rol o función de estos seres vivos sino su relación con los otros componentes del sistema , aún los seres humanos, y las prácticas que pueden favorecer o reducir su dispersión, crecimiento , desarrollo y competencia. Podemos en este caso reducir la dispersión, no favorecer las condiciones de emergencia, no propiciar las condiciones de supervivencia, incrementar las condiciones de “control” biológico y minimizar la competencia.
 
Entonces es de destacar que el manejo de las plantas silvestres es parte del manejo general de todo el predio, de toda la vegetación y que el mejor modo de considerarlas es en términos de relaciones ecológicas; considerar al agro-ecosistema como un todo y dentro de ellas relaciones intra e interespecíficas donde la competencia es una más de las relaciones multifuncionales establecidas.
Esta visión sistemática es importante ya que más que cada parte por separado se hace foco en las relaciones establecidas por los componentes y en la multifuncionalidad de cada componente, que aporte brinda  y que requiere de los demás elementos o subsistemas. Se requiere de observación, diseño, planificación y acciones respetuosas, monitoreos y evaluación constante y reformulación y/o modificaciones en las estrategias y prácticas a realizar.
 
7-¿cómo podemos encarar estrategias de manejo sustentables?
 
En primer lugar debemos repensar que la práctica de utilizar herbicidas como única herramienta para el “control de Malezas”  no es ni viable económicamente, ni sustentable desde el punto de vista ambiental.
En segundo lugar debemos conocer a la planta y su dinámica poblacional y cómo actúan en ella los factores ambientales y las prácticas de manejo. Analizar las características, formas de dispersión, rol de las plantas silvestres existentes en la región de cultivo – y de aquellas que potencialmente puedan migrar-. A partir de lo anterior debemos diseñar los agro-ecosistemas, plantear las estrategias y prácticas de tal manera de generar resiliencia, sustentabilidad y viabilidad económica a mediano y largo plazo.
Los métodos para manejar a las plantas silvestres se clasifican en; preventivos, biológicos, de administración, físicos y químicos. Los primeros incluyen procedimientos destinados a limitar la diseminación y el establecimiento de las plantas silvestres.
 
También resulta indispensable conocer el período crítico entendido como el momento fonológico de las plantas cultivadas  en el cual la influencia de la competencia con las plantas silvestres redunda de manera ostensible en la reducción de los rendimientos, momento especial en el que se deben plantear estrategias y prácticas para prevenir dichas pérdidas. En la agricultura tradicional, el conocimiento de este período permite a los agricultores hacer un uso más eficiente de los limitados recursos de los que dispone, lo que determina un ahorro de tiempo y gastos en el manejo de las plantas silvestres.  Este periodo que generalmente se ubica desde los 25 a 40 días de la emergencia varía según la competitividad de los cultivos y de las plantas silvestres. Los cultivos como la soja y el maíz  muestran un período inicial relativamente largo durante el cual el daño causado por las malezas es relativamente bajo, mientras que muchos cultivos hortícolas son más sensibles (FAO, 2004). En el caso de las hortalizas se considera que el período crítico de competencia por parte de las malezas es equivalente al primer tercio de su ciclo vegetativo, dado que la mayoría de las plantas se desarrollan lentamente durante las primeras semanas. Pero de hecho este período es variable y depende de la morfología de la planta cultivada, tasa de crecimiento y desarrollo distancia de plantación y especies de malezas presentes en el campo. Siendo, en promedio,  para el caso del pimiento 60 días, 50 días para el repollo, 60 días para la cebolla, 40 días para el pepino y 40 días para el tomate en siembra directa. Las malezas deben ser combatidas desde el inicio del desarrollo y crecimiento de las hortalizas, y debe ser mantenido hasta que éstas sean capaces de competir efectivamente con las malezas. cultivo (Labrada, R, 1996)[25]
El periodo crítico varía entre especies de plantas silvestres. Las agresivas malezas perennes como Cyperus rotundus o Convolvulus arvenses exigen una mayor frecuencia de deshierbes que en las áreas en las cuales predominan las malezas anuales. Esto se debe a que las especies perennes regeneran varias veces a partir de sus reservas contenidas en los órganos subterráneos de producción  Por otro lado , las áreas de baja infestación malezas no necesitan de regímenes repetidos prolongados de deshierbes , como sucede en el caso de terrenos con una presión abundante (Doll, J 1996)[26]
Obviamente existe un periodo crítico que toma solo criterios biológicos mientras que existen abordajes que toman en cuenta criterios económicos como el precio de los productos agrícolas, el ingreso generado por el control y el costo del mismo[27]. Es importante identificar y conocer a las plantas silvestres, sus hábitos de crecimiento, modos de reproducción y  diseminación de órganos reproductivos, sus requerimientos de agua, suelo, luz.Conocer para actuar.
 
En la estrategia basada en el manejo, debemos transitar de una valoración basada en criterios meramente económicos, como el umbral económico  – el costo de la aplicación de herbicidas  en relación a la merma en los rendimientos y por ende en los ingresos producida por la competencia de las hierbas -a una evaluación integral que contemple criterios relacionados con la contaminación y la salud socioambiental, la sustentabilidad y resiliencia de los agro-ecosistemas y la estabilidad administrativa y ecológica del predio. Son pocos los casos en el que el concepto de umbral haya sido realmente aplicado como una herramienta de trabajo del agricultor para la toma de decisiones de manejo de plantas malezas. Esto se debe a que el principio de umbral es dependiente de otros factores y no tan solo del número o densidad de malezas. Se requiere saber el tamaño relativo del cultivo y de las malezas. Hay que conocer las especies presentes y su habilidad competitiva. La competencia de las malezas varía con la distancia de los surcos de siembra, la densidad de la planta cultivable, el nivel de nutrientes en el suelo, la capacidad de retención de humedad del suelo, la sanidad del cultivo y otros factores de manejo y del ambiente de un lugar específico. (Doll.1996)[28]
Además, el rendimiento potencial del cultivo, aún cultivado en un área libre completamente de malezas, puede ser tan incierto debido a las variables del tiempo, ataques por insectos, o enfermedades, como lo podría ser el precio de la producción obtenida a causa de fluctuaciones del mercado. Además, en la agricultura de bajos insumos el valor de las producciones es difícil de medir si las mismas son utilizadas más para fines de trueques que para ventas directas (Auld, B. 1996)[29]
 
La clave ene le manejo exitoso de las plantas silvestres, está en el establecimiento rápido de un sistema sensible de cultivo, posterior al uso de cualquier método de control. Las plantas se establecen menos, se desarrollan menos, compiten menos con un cultivo bien manejado.
La buena atención de los cultivos es más de la mitad del control de malezas en las tierras de cultivo mientras que el objetivo principal de un sistema de manejo de malezas es mantener un medio ambiente que sea tan adverso a las malezas como sea posible mediante el empleo de medidas, tanto preventivas como de control, a través del uso de métodos mecánicos, biológicos, químicos, solos o combinados (Mercado, 1979, citado por Shenk, M 1996)[30]
 
Algunas prácticas que podrían tenerse en cuenta para el manejo de las plantas silvestres:
 
1- Utilización/ocupación del espacio de cultivo de manera continua (Labrada, 1996)[31]
 
2- Utilización de semillas y órganos de reproducción libre de semillas de plantas silvestres. La emigración de especies exóticas hasta hábitats hasta entonces desocupados presenta algunos ejemplos espectaculares de aparición de nuevas plantas silvestres invasoras (ejemplo la avena fatua que a través del acompañamiento a granos de cultivo invadió desde Asía a todos los continentes durante los siglos XVIII y XIX (Mortimer, A)[32]
 
3- Separación adecuada de las semillas de las plantas cultivadas de las semillas de plantas silvestres. Se ha citado el caso de como métodos de separación basada en la ventilación seleccionaron favorablemente a las semillas de Camelina sativa que acompañaban a las semillas de lino ( Mortimer, A 1996)[33]
 
4- Utilización del trasplante en vez de siembra de las especies cultivadas. Se requiere en este caso obtener plantines sanos y vigorosos. El manejo de las plantas silvestres se inicia en este período. La nutrición de los suelos y la diversidad biológica son claves.
 
5-Preparación de “Falsas Camas de siembra” a fin de que las plantas silvestres germinen, para posteriormente proceder a su eliminación.
 
6- Elección del método y profundidad de labranzas de acuerdo con las especies de plantas silvestres existentes en el campo. El caso del pasto bermuda , (Cynodon dactylon) en el cual el laboreo intensivo con el uso a profundidad de arado de disco y de rastra ayuda a reducir las infestaciones, mientras que la extracción de los rizomas sobre la superficie del suelo promueve la desecación, al mantener los rizomas de maleza por espacio de una semana sobre el suelo seco se consigue la muerte de un 90% de las yemas y la inhibición de la parte restante, (Thomas, 1969, citado por Labrada, 1996)[34] .En el caso de que predominen las malezas anuales es deseable el laboreo superficial del suelo, ya que así las semillas delas malezas permanecerán más cerca de la superficie del suelo, lo que promoverá normalmente su germinación  precoz (Labrada, 1996)[35]
 
7-Utilización de labranzas con posterioridad a la siembra
 
8- Selección de especies y variedades cultivadas con mayor habilidad competitiva. El uso de especies y variedades agresivas puede ser una práctica cultural  efectiva en la inhibición de las malezas por ejemplo Frijol mungo, caupi, avena, trigo, centeno, guisantes, lentejas.
 
9-Siembra densa de especies “cultivos ahogadores” Mijo, Colza, Trigo, cebada y centeno (Sheck, 1996)[36].
 
10- Rotaciones. En los cuales la competencia sea mayor, el manejo menos costoso o dificultoso (ejemplo para evitar avena fatua en cultivos de trigo rotar con girasol). Si el mismo cultivo se desarrolla continuamente durante varios años, estas malezas pueden alcanzar altas poblaciones. El cambio a un cultivo diferente interrumpe este ciclo, y cambia la presión de selección por determinadas especies. Es aconsejable usar cultivos con agudos contrastes en sus características biológicas tales como tipo de planta, ciclo de vida, momento de siembra, requerimientos agronómicos y requerimientos del manejo contra las malezas. ( Sheck, 1996)[37], En el caso de las hortalizas las plantas cultivadas competitivas son extremadamente útiles para eliminar a las malezas en áreas de plantación. Cultivos efectivos son la batata , patata dulce, la cual también exhibe efectos alelopáticos sobre varias malezas gramíneas y ciperaceas, las siembras densas de maíz y sorgo, así como algunas leguminosas  de rápido crecimiento y capaces de producir un follaje denso en 30-45 días después de la siembra , tales como frijol mungo (Vigna radiata) y habichuela china (Vigna sesquipedalis) (Labrada, 1996)[38]
 
11- Elección adecuada de las especies a incluir y sus variedades con mayor habilidad competitiva, capacidad fotosintetizadora y recreación de microclima poco favorable para las plantas silvestres
 
12- Diseño e implantación de Policultivos. Cultivos por ejemplo intercalados simultáneos resultando en un desarrollo mayor del área foliar de las plantas y posiblemente una población también mayor., reduciendo así la infestación de malezas. Existen varias combinaciones  para intercalar hortalizas; Crucíferas más apio, tomate o cebolla; zanahoria más lechuga, cebolla, puerro, lechuga o zanahoria; tomate más cebolla, lechuga, perejil, zanahoria, repollo chino o rábano; puerro más cebolla, apio o zanahoria (AVRDC, 1990, citado por labrada, 1996)[39] 
 
13- Cultivos de relevo. El método consiste en la siembra de una especie antes de la cosecha de la otra que se halla aún en etapa de desarrollo. En este caso, las plantas silvestres deben ser eliminadas mejor durante el ciclo del primer cultivo para evitar daños en el segundo. Comúnmente la hortaliza se siembra o transplanta las hileras del primer cultivo, sean de hortalizas o de otro tipo de cultivo.
 
14-Cultivos anuales o perennes  intercalados  entre abonos verdes
 
15- Evitar las prácticas de roza, tumba y quema
 
16-Fechas de siembra apropiadas. En especial para el caso de infestaciones de la avena fatua. Como esta planta posee un largo período de brotación y pueden establecerse tempranamente, la siembra tardía del cultivo posibilita ejecutar la operación de control antes de la siembra, lo cual coincide con el periodo de mayor brotación de la maleza (García Torres, L , 1996)[40]
 
17-Densidad de siembra – distancias entre líneas y de plantas en la línea-. Lograr un sombreado rápido por el follaje de los cultivos es especialmente importante en aquellos de ciclo corto. (Ross , y Lembi, 1985 citado por ShenK, 1985)[41].Experiencias han demostrado por ejemplo que Cyperus rotundus el ajuste de la distancia entre surcos del cultivo al ancho más estrecho posible para cada uno, así como la densidad de plantas al nivel práctico más alto posible , aseguran un rápido régimen de sombra sobre la superficie del suelo. (Doll, J. 1996)[42]
 
18- Diseños de plantación incluyendo plantas silvestres y anuales de diferente tamaño
 
19-Control mecánico post emergencia de las plantas sembradas
 
20- La utilización de mulching o acolchado herbáceo y de material plástico, se produce sofocación por disminución de la capacidad fotosintetizadora y recreación de microclima poco favorable. El material vegetal utilizado como acolchado incluye residuos de cultivo, tales como maíz, sorgo, arroz , otros cereales, malezas cortadas especialmente gramíneas residuos de cultivos perennes , como banano, bagazo de caña de azúcar, cascaras de coco y diversas especies de palma, aserrín y hasta papel pueden utilizarse como elementos. Las cubiertas inhiben la germinación de las semillas de malezas y retardan el crecimiento y desarrollo de muchas malezas, reducen la temperatura y erosión del suelo y conservan la humedad. Se debe verificar que en el much no subsistan semillas o propágulos de plantas silvestres ( Sheck, 1996)[43]. También, la paja de arroz es utilizada como acolchado normalmente combinada con deshiernes manuales. Una ligera cobertura de suelo sobre los materiales evita que estos sean movidos por el viento (Anon, 1992 citado por labrada, 1996)[44]. Se obtiene mejores resultados con materiales en los cuales, como la paja de arroz, poseen una relación C/N más alta y podrían servir como cobertura del suelo durante un período más largo en el tiempo. Estos materiales de lenta mineralización, dado la relación C/N, se compartan como mejores inhibidores de las malezas. Mientras que las coberturas verdes pueden competir por agua y nutrientes, en el acolchado no existe tal competencia, por otra parte también es importante el aporte de nutrientes al suelo y luego a la planta (Samarappuli, L 1996)[45]
 
21-Presencia de coberturas en el suelo, por ejemplo la utilización de alfalfa para inhibir  a las plantas que crecen debajo de los árboles de cítricos (Kacasian , 1071, citado por Labrada, 1986)[46]. Se requiere una selección y manejo adecuado de las leguminosas de cobertura, para lo cual se tendrán en cuenta factores tales como la tolerancia a la sequía, la facilidad de su establecimiento, capacidad de nodulación, requerimientos de fertilizantes, su aceptación de los animales en el caso de destinarse para pasto y los costos de la semilla o propágulos  para fines de la siembra (Terry, P, 1996)[47]. En el caso de los árboles frutales el mantenimiento de césped y cultivos de cobertura resulta promisorio. Aunque en algunos períodos el césped puede requerir la siega a fin de no competir con los arboles por agua y nutrientes en especial cuando estos son pequeños. Megh, S 1996)[48]
 
22-Utilización de coberturas vegetales con características alelopáticas[49] por ejemplo Mucuna sp. ( Anaya , 1999, citado por FAO, 2004)[50]
 
23-Abonado del suelo. Los tipos de  abono y épocas y modos de aplicación varían según estado fenológico del cultivo. Si los nutrientes en el suelo son abundantes la competencia de las malezas en menos importante. (Doll, J.1996)[51] El uso de enmiendas, tales como el estiércol de granja, fertilizantes inorgánicos, cal, azufre, yeso, afectan grandemente la habilidad competitiva de los cultivos o puede reducir la adaptabilidad de las malezas. La colocación de fertilizantes en el surco, en lugar de al voleo, favorece más al cultivo que a las malezas del entre surco, aumentando la efectividad de este escaso y costoso recurso (Shenk, 1996).[52]
 
24- Siembra sobre abonos verdes o cultivos de coberturas
 
25-Inundación del terreno
 
26- Manejo del riego. En las regiones semi-áridas la competencia por el agua as que en las áreas con abundantes precipitaciones  aunque puede variar de una estación a otra, de un año a otro de un lugar  otro o de una especie a otra. (Doll, J. 1996)
 
27-“Desmalezamiento Parcial o total” Evitar que las plantas silvestres compitan y aún semillen.
 
28-Favorecer las condiciones de vida de los predadores de semillas, rizomas, plántulas y plantas adultas.
 
29-Cosechas adecuadas evitando la diseminación de semillas de plantas silvestres
 
30- Adecuación de la fecha de cosecha al período de producción de semillas de las plantas silvestres.
 
31-Utilización de controladores biológicos; insectos, hongos, ácaros.
 
32-Agroforesteria o sistemas agro-silvo-pastoriles. Por ejemplo se produce una significativa baja en la competencia de plantas silvestres en el cultivo de café si este se e cultiva bajo árboles de sombra, tales como Albizia, Casuarina, Leucaena, Inga y Glyricidia (Mitchel, 1985 citado por Nishimoto, R 1996)[53]
 
33- Utilización eficiente del riego. Evitando la dispersión de las semillas de plantas silvestres, así como mejorando la eficiencia de captación por parte de las plantas cultivadas.
 
34-Solarización. Produciendo el calentamiento del suelo, nivelado y regado cubierto con una superficie de polietileno transparente o negro en meses cálidos durante 1 a 2 meses antes de la siembra. Preferentemente en los meses más cálidos y de mayor radiación solar (Labrada, 1996)[54].
 
35-Biofumigación colocación de residuos de cosechas – especialmente de plantas leguminosas -  y estiércol animal en el suelo antes de la siembra de tal manera que se produzcan sustancias toxicas para las semillas y otros organismos del suelo.
 
36-Alimentación estabulada de los animales,  a fin de evitar dispersión de las semillas luego de los procesos de digestión y asimilación de los alimentos que pueden contener semillas.
 
37-Compostaje de las plantas silve

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