Jan van Eyck (Maaseik, c. 1390 - Brujas, 1441) fue un pintor flamenco que trabajó en Brujas y, junto a Robert Campin, en Tournai. Fue fundador del Ars nova, estilo pictórico del gótico tardío en el siglo XV, que anuncia el Renacimiento Nórdico de Europa. En tal sentido Van Eyck es el más célebre del conjunto de pintores llamado los Primitivos Flamencos.
Van Eyck tiene como antecedentes que le influyen a los hermanos Limbourg —extraordinarios miniaturistas—, al escultor Claus Sluter —la forma de representar los pliegues de las telas que Sluter hace en piedra es prácticamente la misma forma con que van Eyck pinta los pliegues de las telas—, y el poco conocido pero valioso pintor Melchior Broederlam.
Este periodo del arte flamenco se caracteriza por el naturalismo de vívidos colores al óleo, la meticulosidad de los detalles, la precisión de las texturas y la búsqueda de nuevos sistemas de representación del espacio tridimensional (véase Perspectiva).
En lo que atiene a la búsqueda de los efectos tridimensionales Van Eyck no recurre tanto a la perspectiva con un punto de fuga, sino que logra dar cierta impresión de tridimensionalidad mediante la técnica de las «veladuras» o tenues capas de óleo aplicadas unas sobre otras y todas sobre un soporte que consta de una tabla de madera (generalmente de haya) pulida y pintada de blanco, con lo que se logra una reflexión de la luz con el consecuente brillo de la pintura y una sugestión de profundidad. Van Eyck se atrevió con estos métodos a intentar lo que luego se llamaría trompe d'œil o trampantojo.
Muchas veces se ha atribuido a Van Eyck la invención de la pintura al óleo, si bien esta técnica ya era bastante conocida en Flandes desde el siglo XIV, como lo documenta el llamado Manuscrito de Estrasburgo. La invención que realiza Van Eyck es la de la fórmula del óleo con secado rápido, técnica que permite entre otras cosas la feliz composición ya mencionada mediante veladuras.
Retrato de Giovanni Arnolfini y esposa (1434)Es probable que Van Eyck fuera, como sus hermanos, oriundo de Maastricht, provincia de Limburgo, a orillas del río Mosa. En 1422 trabajó en La Haya para Juan de Baviera, príncipe-obispo de Lieja. En 1425 Felipe III el Bueno, duque de Borgoña, le nombró pintor de la corte, cargo que conservó hasta su muerte. La relación que mantenía con el duque era tan buena que éste le encargó algunas misiones diplomáticas secretas, principalmente en territorios de las actuales España, Italia y Portugal. En 1428 formó parte de una delegación que se dirigía a Lisboa para gestionar la boda entre el duque de Borgoña y la infanta Isabel de Portugal. Jan van Eyck realizó dos retratos de la mencionada infanta [1]. La visita a estos países le permitió reconocer nuevas luminosidades, cielos y atmósferas diáfanas e incluso notar nuevas vegetaciones (en el Políptico de Gante aparecen, como parte del paisaje de la paradisíaca Nueva Jerusalén, figuradas con precisión casi de naturalista especies mediterráneas). El tratamiento que Van Eyck da a la luz, merced a su dominio de la técnica al óleo, hace bastante correcta la siguiente opinión del crítico Stirling: «Van Eyck redescubre la verdad entrevista en la pintura helenística, pero luego olvidada, según la cual las sombras se encuentran incluso en las claridades, y la luz en todas partes, incluso en las sombras».
Por otra parte resulta interesante observar una constante en la obra de Van Eyck: además de una muy estudiada espacialidad, las figuras humanas (o de aspecto humano) por él representadas tienen una actitud impasible y tendiente a la monumentalidad (una ligera excepción a tal impasibilidad se encuentra en la tabla de los «ángeles cantores», o al San Jorge, perteneciente al Políptico de Gante).
Van Eyck es calificado de pintor naturalista. Tal afirmación es bastante cierta, viéndose corroborada en la representación de Eva y Adán, desnudos, en la parte superior del Políptico de Gante, retratados sin idealizaciones y sin demasiadas censuras: Van Eyck les ha pintado casi todos sus pelos. Es de este modo que ha acercado lo religioso a la vida cotidiana en una humilde majestad y belleza.
Lo poco que se sabe de su primera época hace que se centre la atención en la relación artística que mantenía con su hermano Hubert. La oscuridad que rodea a la figura de éste ha provocado especulaciones y debates interminables entre los historiadores del arte, y hasta se ha llegado a sostener que tal hermano nunca existió.
Hoy se admite que pudo participar en la pintura de algunas obras que parecen ser de la primera época de Van Eyck. Entre éstas, que se atribuyen unas veces a ambos y otras a Jan o a Hubert, están Las horas de Turín-Milán (manuscrito destruido por el fuego en 1904), Las tres Marías ante el sepulcro (Museo Boymans van Beuningen, Rotterdam) y un díptico, La crucifixión y El Juicio Final (Museo Metropolitano de Arte, Nueva York).
La obra más famosa que puede incluirse en esta categoría es el monumental retablo titulado El Cordero Místico, también conocido como el políptico de Gante(1432, ubicado en la Baafskathedraal van Gent (iglesia de San Bavón, Gante), compuesto por varios paneles que se abren en antas para mostrar la pintura. Una cuarteta de versos alejandrinos en latín, copia de la original que figuraba en este retablo, oculta bajo la pintura y descubierta por medio de rayos X, afirma que Hubert comenzó la obra y la culminó Jan.
Los historiadores del arte suponen que éste último reunió los paneles que Hubert tenía comenzados antes de su muerte en 1426, añadió otros nuevos de su propia creación y los ensambló todos juntos.
De Jan van Eyck se conservan cuidadosamente firmadas y fechadas entre 1432 y 1439 nueve obras; cuatro de ellas son de tema religioso, como la Virgen del canónigo Van der Paele (1436, Museo Groeninge, Brujas) o la Virgen del Canciller Rolin (Museo del Louvre, París) y las otras cinco son retratos, como el de Giovanni Arnolfini y su esposa (1434, National Gallery, Londres). Como en casi todas las obras de Van Eyck, en ésta abundan las alegorías y las simbologías: figura un espejo circular convexo en el cual aparece vagamente reflejado el propio autor, y bajo dicho espejo la frase «He estado aquí». Aunque no es exactamente el sistema de juego especular que luego utilizará Velázquez en Las Meninas, existe en el cuadro de Van Eyck un interesante precedente, que es, entre otras cosas, una búsqueda de la superación que la bidimensionalidad del cuadro impone a la representación de los espacios. Van Eyck refuerza una «integración» del espectador dentro del espacio virtual representado en su obra.
Aunque se le han atribuido numerosas tablas sin firma, ni siquiera una docena se ha comprobado que sean obra suya. En este grupo se incluyen, además del retablo de Gante, La Virgen y el niño con el canciller Rolin (1433-1434, Museo del Louvre, París) y el retrato del Cardenal Niccolò Albergati (c. 1435, Kunsthistorisches Museum, Viena).
La asombrosa habilidad técnica de Van Eyck y la precisión en los detalles, reproducidos cuidadosamente, fueron muy admiradas por sus contemporáneos. Sus compatriotas todavía le seguían considerando el rey de los pintores en el siglo XVI. De este modo ejerció enorme influencia en el arte flamenco y europeo en general. Entre sus directos herederos podemos mencionar a Roger van der Weyden, Hugo van der Goes, Petrus Christus (su principal discípulo) y Konrad Witz, e incluso en Hans Memling, Martin Schongauer, o (aunque ya sea netamente renacentista) el Mabuse.
[editar] Obras principales
Hombre con clavel, obra de Jan Van Eyck o copia de un original suyo, hacia 1435, óleo sobre tabla, 41,5 x 31,5 cm, Staatliche Museen, BerlínPolíptico del Cordero Místico, h. 1425-1435, Iglesia de San Bavón de Gante
La Virgen en la Iglesia, 1426, Gemäldegalerie, Staatliche Museen Preußischer Kulturbesitz, Berlín
Díptico: La Crucifixión y el Juicio Final, años 1430, Museo Metropolitano de Arte, Nueva York
Tymotheos, 1432, National Gallery de Londres
El hombre del turbante rojo, 1433, National Gallery de Londres
La Anunciación, h. 1433-1435, Galería Nacional de Arte de Washington
El retrato del Matrimonio Arnolfini, 1434, National Gallery de Londres
Virgen del Canciller Rolin, h. 1435, Museo del Louvre, París
La Madonna de Lucca, h. 1435, Instituto Städel, Fráncfort del Meno
Díptico de la Anunciación, h. 1435-1441, Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid
Balduino de Lannoy, h. 1436-1438, Staatliche Museen Preußischer Kulturbesitz, Berlín
Jan de Leeuw, 1436, Kunsthistorisches Museum, Viena
Virgen del canónigo Van der Paele, 1436, Museo de Bellas Artes, Brujas
Margarita Van Eyck, 1439, Museo de Bellas Artes, Brujas
La Virgen de la fuente, h. 1439, Museo de Bellas Artes, Amberes
Políptico de Gante, detalle de la tabla central: Adoración del cordero
La Virgen en la Iglesia, Berlín
El hombre del turbante rojo
Van Eyck tiene como antecedentes que le influyen a los hermanos Limbourg —extraordinarios miniaturistas—, al escultor Claus Sluter —la forma de representar los pliegues de las telas que Sluter hace en piedra es prácticamente la misma forma con que van Eyck pinta los pliegues de las telas—, y el poco conocido pero valioso pintor Melchior Broederlam.
Este periodo del arte flamenco se caracteriza por el naturalismo de vívidos colores al óleo, la meticulosidad de los detalles, la precisión de las texturas y la búsqueda de nuevos sistemas de representación del espacio tridimensional (véase Perspectiva).
En lo que atiene a la búsqueda de los efectos tridimensionales Van Eyck no recurre tanto a la perspectiva con un punto de fuga, sino que logra dar cierta impresión de tridimensionalidad mediante la técnica de las «veladuras» o tenues capas de óleo aplicadas unas sobre otras y todas sobre un soporte que consta de una tabla de madera (generalmente de haya) pulida y pintada de blanco, con lo que se logra una reflexión de la luz con el consecuente brillo de la pintura y una sugestión de profundidad. Van Eyck se atrevió con estos métodos a intentar lo que luego se llamaría trompe d'œil o trampantojo.
Muchas veces se ha atribuido a Van Eyck la invención de la pintura al óleo, si bien esta técnica ya era bastante conocida en Flandes desde el siglo XIV, como lo documenta el llamado Manuscrito de Estrasburgo. La invención que realiza Van Eyck es la de la fórmula del óleo con secado rápido, técnica que permite entre otras cosas la feliz composición ya mencionada mediante veladuras.
Retrato de Giovanni Arnolfini y esposa (1434)Es probable que Van Eyck fuera, como sus hermanos, oriundo de Maastricht, provincia de Limburgo, a orillas del río Mosa. En 1422 trabajó en La Haya para Juan de Baviera, príncipe-obispo de Lieja. En 1425 Felipe III el Bueno, duque de Borgoña, le nombró pintor de la corte, cargo que conservó hasta su muerte. La relación que mantenía con el duque era tan buena que éste le encargó algunas misiones diplomáticas secretas, principalmente en territorios de las actuales España, Italia y Portugal. En 1428 formó parte de una delegación que se dirigía a Lisboa para gestionar la boda entre el duque de Borgoña y la infanta Isabel de Portugal. Jan van Eyck realizó dos retratos de la mencionada infanta [1]. La visita a estos países le permitió reconocer nuevas luminosidades, cielos y atmósferas diáfanas e incluso notar nuevas vegetaciones (en el Políptico de Gante aparecen, como parte del paisaje de la paradisíaca Nueva Jerusalén, figuradas con precisión casi de naturalista especies mediterráneas). El tratamiento que Van Eyck da a la luz, merced a su dominio de la técnica al óleo, hace bastante correcta la siguiente opinión del crítico Stirling: «Van Eyck redescubre la verdad entrevista en la pintura helenística, pero luego olvidada, según la cual las sombras se encuentran incluso en las claridades, y la luz en todas partes, incluso en las sombras».
Por otra parte resulta interesante observar una constante en la obra de Van Eyck: además de una muy estudiada espacialidad, las figuras humanas (o de aspecto humano) por él representadas tienen una actitud impasible y tendiente a la monumentalidad (una ligera excepción a tal impasibilidad se encuentra en la tabla de los «ángeles cantores», o al San Jorge, perteneciente al Políptico de Gante).
Van Eyck es calificado de pintor naturalista. Tal afirmación es bastante cierta, viéndose corroborada en la representación de Eva y Adán, desnudos, en la parte superior del Políptico de Gante, retratados sin idealizaciones y sin demasiadas censuras: Van Eyck les ha pintado casi todos sus pelos. Es de este modo que ha acercado lo religioso a la vida cotidiana en una humilde majestad y belleza.
Lo poco que se sabe de su primera época hace que se centre la atención en la relación artística que mantenía con su hermano Hubert. La oscuridad que rodea a la figura de éste ha provocado especulaciones y debates interminables entre los historiadores del arte, y hasta se ha llegado a sostener que tal hermano nunca existió.
Hoy se admite que pudo participar en la pintura de algunas obras que parecen ser de la primera época de Van Eyck. Entre éstas, que se atribuyen unas veces a ambos y otras a Jan o a Hubert, están Las horas de Turín-Milán (manuscrito destruido por el fuego en 1904), Las tres Marías ante el sepulcro (Museo Boymans van Beuningen, Rotterdam) y un díptico, La crucifixión y El Juicio Final (Museo Metropolitano de Arte, Nueva York).
La obra más famosa que puede incluirse en esta categoría es el monumental retablo titulado El Cordero Místico, también conocido como el políptico de Gante(1432, ubicado en la Baafskathedraal van Gent (iglesia de San Bavón, Gante), compuesto por varios paneles que se abren en antas para mostrar la pintura. Una cuarteta de versos alejandrinos en latín, copia de la original que figuraba en este retablo, oculta bajo la pintura y descubierta por medio de rayos X, afirma que Hubert comenzó la obra y la culminó Jan.
Los historiadores del arte suponen que éste último reunió los paneles que Hubert tenía comenzados antes de su muerte en 1426, añadió otros nuevos de su propia creación y los ensambló todos juntos.
De Jan van Eyck se conservan cuidadosamente firmadas y fechadas entre 1432 y 1439 nueve obras; cuatro de ellas son de tema religioso, como la Virgen del canónigo Van der Paele (1436, Museo Groeninge, Brujas) o la Virgen del Canciller Rolin (Museo del Louvre, París) y las otras cinco son retratos, como el de Giovanni Arnolfini y su esposa (1434, National Gallery, Londres). Como en casi todas las obras de Van Eyck, en ésta abundan las alegorías y las simbologías: figura un espejo circular convexo en el cual aparece vagamente reflejado el propio autor, y bajo dicho espejo la frase «He estado aquí». Aunque no es exactamente el sistema de juego especular que luego utilizará Velázquez en Las Meninas, existe en el cuadro de Van Eyck un interesante precedente, que es, entre otras cosas, una búsqueda de la superación que la bidimensionalidad del cuadro impone a la representación de los espacios. Van Eyck refuerza una «integración» del espectador dentro del espacio virtual representado en su obra.
Aunque se le han atribuido numerosas tablas sin firma, ni siquiera una docena se ha comprobado que sean obra suya. En este grupo se incluyen, además del retablo de Gante, La Virgen y el niño con el canciller Rolin (1433-1434, Museo del Louvre, París) y el retrato del Cardenal Niccolò Albergati (c. 1435, Kunsthistorisches Museum, Viena).
La asombrosa habilidad técnica de Van Eyck y la precisión en los detalles, reproducidos cuidadosamente, fueron muy admiradas por sus contemporáneos. Sus compatriotas todavía le seguían considerando el rey de los pintores en el siglo XVI. De este modo ejerció enorme influencia en el arte flamenco y europeo en general. Entre sus directos herederos podemos mencionar a Roger van der Weyden, Hugo van der Goes, Petrus Christus (su principal discípulo) y Konrad Witz, e incluso en Hans Memling, Martin Schongauer, o (aunque ya sea netamente renacentista) el Mabuse.
[editar] Obras principales
Hombre con clavel, obra de Jan Van Eyck o copia de un original suyo, hacia 1435, óleo sobre tabla, 41,5 x 31,5 cm, Staatliche Museen, BerlínPolíptico del Cordero Místico, h. 1425-1435, Iglesia de San Bavón de Gante
La Virgen en la Iglesia, 1426, Gemäldegalerie, Staatliche Museen Preußischer Kulturbesitz, Berlín
Díptico: La Crucifixión y el Juicio Final, años 1430, Museo Metropolitano de Arte, Nueva York
Tymotheos, 1432, National Gallery de Londres
El hombre del turbante rojo, 1433, National Gallery de Londres
La Anunciación, h. 1433-1435, Galería Nacional de Arte de Washington
El retrato del Matrimonio Arnolfini, 1434, National Gallery de Londres
Virgen del Canciller Rolin, h. 1435, Museo del Louvre, París
La Madonna de Lucca, h. 1435, Instituto Städel, Fráncfort del Meno
Díptico de la Anunciación, h. 1435-1441, Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid
Balduino de Lannoy, h. 1436-1438, Staatliche Museen Preußischer Kulturbesitz, Berlín
Jan de Leeuw, 1436, Kunsthistorisches Museum, Viena
Virgen del canónigo Van der Paele, 1436, Museo de Bellas Artes, Brujas
Margarita Van Eyck, 1439, Museo de Bellas Artes, Brujas
La Virgen de la fuente, h. 1439, Museo de Bellas Artes, Amberes
Políptico de Gante, detalle de la tabla central: Adoración del cordero
La Virgen en la Iglesia, Berlín
El hombre del turbante rojo
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