Ceder ante algunas empresas,
dictadura alimentaria: Cristina Barros
Rechazo al maíz transgénico, asunto de
economía social y herencia cultural
Matilde Pérez y Angélica Enciso
Periódico La Jornada
Miércoles 13 de noviembre de 2013, p. 43
Miércoles 13 de noviembre de 2013, p. 43
La protección biológica de las 60 razas de maíz
criollo del país no puede separarse de la diversidad cultural, pues el
grano contribuyó al crecimiento de una cosmogonía, de las más variadas
formas de expresión estética y de la organización social, dijo Cristina
Barros ante los integrantes del Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP)
reunidos en el auditorio de la Facultad de Ciencias de la UNAM.
un asunto de romanticismosino la defensa de una economía social y de una herencia cultural.
Ante estudiantes y más de una veintena de científicos e investigadores que participarán hasta el jueves en la preaudiencia, Barros sostuvo que apuntalar la biotecnología como el
progreso y la solución al hambre, es un mito. Es ceder a cinco empresas trasnacionales la semilla que ahora está en manos de miles de campesinos; es aceptar una dictadura alimentaria.
Antonio Turrent, del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias y presidente de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (Ucss), asentó que de las 8 millones de hectáreas destinadas a la siembra de maíz, la mitad son sembradas con semillas de las 60 razas nativas.
Más de 300 generaciones de habitantes mesoamericanos realizaron esa selección y ahora los campesinos producen un cuatro de billón de ellas y siembran 72 billones de granos al año.
¿Se puede sacrificar la biodiversidad del maíz por el desarrollo?, lanzó al público tras destacar que con el cereal se realizan más de 600 preparados alimenticios.
Andrés Carrasco, de la Facultad de Medicina de la Universidad de
Buenos Aires, habló del aumento de abortos, cáncer y malformaciones,
entre otras enfermedades, en las provincias de Córdoba y Santa Fe,
Argentina, por el uso de glifosato en los cultivos de soya y maíz
transgénicos. En 2011, dijo, fueron aprobadas 10 nuevas semillas con
herbicidas e insecticidas apilados en ellas. La sociedad
necesita científicos que, basados en sus saberes, le digan a Monsanto que miente; no puede seguir legitimando esto, acotó.
En otro foro, Octavio Rosas, de la Asamblea Nacional de Afectados
Ambientales expuso que en el país hay 70 casos documentados de
violencia contra el maízen alrededor de mil comunidades y 140 casos de devastación ambiental, los cuales se presentarán en las audiencias temáticas del TPP que se realizarán del 15 al 21 de noviembre en la ciudad de México.
El reservorio genético del maíz está en riesgo por las solicitudes de
cultivo comercial que realizan trasnacionales, señaló Verónica Villa,
de la Red en Defensa del Maíz. Si se autoriza el cultivo de maíz
transgénico sólo será en beneficio de tres o cuatro empresas, Monsanto
entre ellas, la cual busca sembrar más de 10 millones de hectáreas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario