'Antena nos tiene enfermos'
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Corozal. Los moradores del barrio San Miguel, sector la Loma del Can Can, culpan de las enfermedades que padecen a una antena de telefonía celular ubicada cerca a sus viviendas.
Un sector del barrio San Miguel se reunió para tratar de solucionar el problema que tienen con una torre de telefonía móvil que, según dicen, les afecta la salud.
Los denunciantes, en su mayoría adultos mayores, dijeron que la artritis, los dolores de cabeza, problemas de corazón, de la vista y hasta afecciones cancerígenas, entre muchos otros males, son ocasionados por las irradiaciones de la antena y no por la vejez.
Advirtieron que comenzaron a sufrir los quebrantos de salud días después de la instalación de la antena.
Para Luis Alberto Mercado Díaz, habitante del sector, el problema de Leucemia le puede provenir por las irradiaciones de la torre. "Llevo 4 años sufriendo esta enfermedad y pienso que esa antena es la que me tiene así. He escuchado por televisión el riesgo que representa para la salud tener cerca a la población un aparato de estos".
Norys Garay Martínez otra afectada relató que lleva 7 años sufriendo de artritis "por las irradiaciones de la antena. Soy una de las más afectadas, porque únicamente me separa de ese aparato la pared del patio. Es más, durante el mantenimiento dejan caer al patio herramientas pesadas, lo que pone en riesgo nuestra integridad", manifestó Garay.
Roberto Jimeno, retirado de la Armada, dijo que este problema es viejo, aunque ahora le están prestando más atención, porque últimamente muchas personas que viven al rededor de la antena se han enfermado
"Por eso nos reunimos los vecinos para exigir el desmonte. Vimos en internet que estar cerca a una torre de esta ocasiona enfermedades como cataratas pérdida de memoria y ataque cardíaco, entre otras. El radio de acción es de 400 metros".
Se trata de Manuel Barboza, trabajador de Janne Asociación de Abogados de Corozal, quien manifestó que torres como esta tienen varios elementos electrónicos que perjudican la salud de los vecinos.
También sugirió interponer una acción popular para que los derechos colectivos de la comunidad sean protegidos, como la salud en este caso.
"Hay que solicitarle, mediante derecho de petición, a la Administración Municipal si efectivamente dio el permiso para la instalación de la torre. Después procederemos a la acción popular con la firma de los vecinos que se sienten afectados en sus intereses colectivos", dijo el profesional del derecho.
"Estas torres están siendo atacadas en el país por la población civil de manera legal, porque se sienten perjudicados y este no es un caso aislado. Es repetitivo", expresó el abogado.
Señaló que en Morroa se presentó un caso similar y mediante una acción popular fue desmontada la antena porque estaba afectando la salud de la comunidad.
En la reunión transcendió que cuando Planeación Municipal otorgó el permiso de instalación no se cumplió con los requisitos legales ambientales exigidos.
Los moradores averiguarán 4 aspectos: Primero, si se hicieron estudios de sismorresistencia. Segundo, si hay análisis de impacto del medio ambiente y tercero, si en realidad afecta la salud de las personas.
Sin embargo, la comunidad científica en Estados Unidos asegura que los campos electromagnéticos generados por la telefonía móvil y antenas de estaciones base son demasiado débiles como para romper algunos de los enlaces químicos que forman parte del cuerpo humano, producir eventuales daños en el material genético de las células u otros efectos adversos.
Es así que se puede decir que no existe asociación alguna entre la utilización de telefonía celular y efectos adversos sobre la salud, como tampoco que la radiación emitida por las antenas base de transmisión interfieren en el bienestar de seres vivos, mientras que los niveles de exposición se mantengan dentro de los estándares normales.
De otra parte, algunos detractores de la tesis anterior señalan que las antenas de telefonía móvil sí afectan la salud humana produciendo insomnio, trastornos de atención y memoria, presión arterial alta, variaciones en ritmo cardiaco, visión borrosa, dolor articular y hasta cáncer.
Este medio trató de comunicarse con Iris Castellanos, responsable local del operador Tigo, y no fue posible, pese a que se le dejó mensaje en su celular.
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