Alma de Nogal : Los Chalchaleros

lunes, 2 de diciembre de 2013

Jorge Acero, el abogado que defiende a mujeres vulnerables y a desplazados

Jorge Acero, el abogado que defiende a mujeres vulnerables y a desplazados 



A las orillas del río Napo. Jorge Acero y su compañera María Espinosa junto a sus perros en el 2010. Archivo Particular TIEMPO DE LECTURA: 5' 32'' NO. DE PALABRAS: 922 JAVIER ORTEGA.  REDACTOR Domingo 01/12/2013 Llegó a Lago Agrio en agosto del 2004, pero solo permaneció un mes. En esos pocos días se vinculó a la oficina de Derechos Humanos (DD.HH.) de la Iglesia de San Miguel de Sucumbíos (Isamis). Desde allí ayudó a refugiados colombianos desplazados por la violencia y brindó asistencia a mujeres ecuatorianas víctimas de agresiones físicas, psicológicas o sexuales. 

Luego de esa corta experiencia en Ecuador, el español Jorge Acero volvió a su natal Gijón (Asturias), una ciudad con 276 900 habitantes. Nunca se desapegó del país. Mantuvo contacto permanente con el obispo de la Isamis, Gonzalo López. Dos años después, en enero del 2006, retornó a Sucumbíos y se afincó en Lago Agrio. Han transcurrido casi 8 años de ese viaje y hace dos semanas la Asociación Pro Derechos Humanos de España otorgó al asturiano el premio internacional 2013 "por su arduo trabajo en favor de las víctimas del conflicto armado colombiano y por fortalecer las organizaciones sociales" en Sucumbíos. Daniel Alarcón, presidente de la Federación de Organizaciones Campesinas del Cordón Fronterizo de esa provincia (Forcofes), recuerda que en el 2006 viajó con Acero a comunidades de la frontera norte. 

Allí conocieron de cerca los impactos en la salud que sufrieron personas y animales tras las fumigaciones con glifosato. Ese químico fue utilizado por las Fuerzas Armadas colombianas para eliminar las plantaciones de hoja de coca que se encuentran en los departamentos de Putumayo y Nariño, frontera con Ecuador. Alarcón menciona que ese y otros trabajos relacionados con la denuncia y protección de los DD.HH. no lo hace cualquiera. "Él no tiene problemas para desplazarse a las comunidades fronterizas sea por agua o tierra. Se merece ese premio y mucho más". Acero tiene 42 años y se declara como un ciudadano del mundo. Es de los que piensan que no deberían haber fronteras. Por eso dice que no se siente español ni ecuatoriano; aunque aclara que en Lago Agrio está "a gusto". "Me siento plenamente integrado. Estoy feliz aquí", asegura en una entrevista vía telefónica con este Diario y que duró 40 minutos. Dentro de su trabajo en DD.HH., el gijonés también ha dado alertas tempranas sobre la situación en la frontera norte. 

La última se registró en agosto pasado. En un documento de siete páginas enviado al Defensor del Pueblo, el español informó sobre "nuevos hechos de violaciones a los DD.HH. en las comundiades de la ribera del río Putumayo (Sucumbíos) que podrían afectar la libertad, seguridad e integridad de esas poblaciones". La alerta se dio días después del enfrentamiento entre militares ecuatorianos y un presunto grupo ilegal armado colombiano. En el ataque seis personas fallecieron y Acero exigió que se "investiguen y aclaren esos hechos". Un amor a la distancia que se forjó en el activismo En el 2007 María Espinosa conoció a Jorge Acero. Ella es colomboecuatoriana y también ha estado vinculada a la protección de víctimas en la frontera norte. Por eso, en ese año coincidió con el asturiano en un evento en Shushufindi. En ese entonces, ella trabajaba en el Comité de DD.HH de El Coca. Allí entabló una relación de amistad con Acero que luego, en septiembre del 2011, terminó con la unión de hecho en el Registro Civil. Sin embargo, llevar adelante la relación no ha sido fácil. María trabaja en Quito como asesora nacional de Protección Infantil en Aldeas Infantiles SOS Ecuador. En cambio, Acero es abogado de la Comisión de DD.HH. de la Federación de Mujeres de Sucumbíos. El gijonés asegura que los fines de semana, cuando intenta desligarse del trabajo, viaja a la capital y visita a la que hoy es su compañera sentimental. María lo define en pocas palabras. "Es honesto, absolutamente apasionado por su gente y enamorado de este país y de la frontera. Tiene una extrema sensibilidad por la situación de las víctimas": César Duque es abogado de la Comisión de Derechos Humanos (Cedhu) y conoce a Acero desde que llegó al país hace ya casi 8 años. Él asegura que el premio que le otorgó la Asociación Pro Derechos Humanos de España es "merecido". "Trabajar en DD.HH. siempre es complicado y aún más en una zona caliente como la frontera. Hay muchos riesgos a los que se enfrenta, pero lo hace con convicción", asegura el abogado. Duque también hace una revelación: es muy difícil hablar de temas que no sean relacionados con trabajo con el asturiano. El gijonés es un "apasionado" de su profesión y siempre está pensando en cómo ayudar a las víctimas... Otros méritos Entre las razones por las que organizaciones sociales lo postularon para el premio internacional de Derechos Humanos están, por ejemplo, la capacitación a comunidades indígenas sobre derechos propios y herramientas de defensa, judicialización o acompañamiento en casos graves de violaciones a DD.HH, etc. Jorge Acero tiene una hermana que vive actualmente en Gijón, España junto a sus padres. Mantiene conversaciones semanales con ellos. Tiene previsto viajar a Madrid en enero próximo. En ese mes, la Asociación de DD.HH. de ese país entregará los premios 2013 al asturiano.


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