En Húber Duré sospechan que muerte de niñas está vinculada al uso de carbamato en cultivos vecinos
http://www.nanduti.com.py/v1/noticias-mas.php?id=88921&cat=EcologiaUna comitiva de comunicadores, referentes de organizaciones sociales y senadores visitaron ayer martes la comunidad campesina de Paraguay que hace una semana enterraba a dos hermanitas (una de tres años y otra de seis meses), cuyas muertes están sospechadas de haber sido provocadas por las fumigaciones de explotaciones sojeras vecinas.
Si bien no es época de soja en Paraguay, los sojeros en estos meses cultivan otros rubros de invierno funcionales a la oleaginosa y también a base de agroquímicos. Los vecinos y vecinas del asentamiento campesino afirman que cada vez que hay fumigaciones alrededor, se registran los mismos síntomas. Y que los animales de corral y hasta vacas, se les mueren todo el año.
Carbamato, glifosato; nabo forrajero y soja
La comunidad de Húber Duré es impermeable a los discursos de autoridades estatales de las últimas semanas, que pereciera que quieren atribuir lo sucedido a una negligencia de la familia de las dos niñas o en el mejor de los casos a la tácita pobreza y abandono de la distante comunidad. Por otro lado es notable la contundencia con que descartan que hayan sido intoxicaciones vinculadas al modelo sojero.
La comunidad tiene sus sospechas y sus informaciones. En una inspección realizada por el fiscal ambiental de Curuguaty, Benjamín Maricevich -en el depósito de unas de las explotaciones- varios referentes de Húber Duré acompañaron al funcionario y vieron al menos un recipiente de la sustancia carbomato, un químico de uso restringido por su toxicidad que se utiliza para combatir gusanos llamados nemátodos, que atacan la raíz de los cultivos.
Además de esto, pobladores y pobladoras constataron que en una de las explotaciones vecinas hay cultivo de nabo forrajero, un rubro rotativo de la soja que utilizan los sojeros para abonar la tierra donde posteriormente se sembrará la oleginosa. Este cultivo suele utilizar la sustancia.
También pudieron divisar la presencia de cultivos de soja, con plantines bien erguidos en medio de hierbas completamente secas y amarillentas, lo que indicaría que hace poco se hizo aplicaciones de glifosato, que mata todas las hierbas del terreno, menos la planta de soja resistente a esta sustancia.
Y muchos vecinos y vecinas comentaron que en los días anteriores a las muertes y complicaciones de salud, pudieron percibir el olor característico de agroquímicos y también como una humareda blanquecina que se habría levantado de la aplicación de cal agrícola en las explotaciones. Estos dos elementos sugieren que en el lugar se estuvieron haciendo trabajo de preparación de suelo para sembrar en las próximas semanas.
Ante estos elementos, la Federación Nacional Campesina pidió al organismo estatal encargado de regular las fumigaciones SENAVE, la planilla de los agroquímicos por él habilitados para las explotaciones sojeras vecinas al asentamiento campesino.
Y además en las próximas horas estará exigiendo a la fiscalía de Curuguaty que se levanten muestras de suelo, cultivos y agua de las explotaciones vecinas.
El lugar
El asentamiento Húber Duré dista 330 kilómetros de la capital paraguaya, entrando por la ruta III Elizardo Aquino hasta el desvío a Nueva Durango, donde se penetra una camino de tierra roja y en mal estado de 70 kilómetros. Se ubica en el departamento de Canindeyú, distrito de Curuguaty donde ocurrió la masacre en 2012.
En él viven actualmente 260 familias agricultoras pertenecientes a la Federación Nacional Campesina (FNC), que ganó las 5 mil hectáreas de tierra en el año 2.000 luego de cuatro muertes en sus filas. Una fue la del joven Húber Duré (22 años). (1)
Su superficie se divide en 6 núcleos poblacionales con sus centros urbanos y sus chacras. En todo el lugar, sólo funciona un tanque de agua comunitario, que abastece a parte de dos núcleos, el resto de ellos bebe, se baña y acarrea de los tres arroyos del lugar y los escasos pozos familiares.
Dos tanques comunitarios más duermen una eterna siesta a la espera de que las autoridades se dignen en hacerlos funcionar, y otro más está descompuesto.
La visita de la comitiva coincidió con la inauguración del puesto de salud del asentamiento, que echó a funcionar luego de 14 años de asentamientos y cuyo edificio está en “terapia intensiva” al decir de la comunidad. Con esta habilitación del puesto -todavía en medio del luto en la comunidad- el actual gobierno pareciera querer descomprimir la situación.
Y esto se acentúa todavía más al enterarnos de que sólo hay previsión de profesionales y medicamentos para dos meses. “Y después de esos dos meses ya nadie se podrá enfermar”, reclama una pobladora que registró los mismos síntomas que tuvieron las niñas fallecidas y que fue internada hasta el lunes en el hospital regional. Finalmente el médico le liberó, sin decirle qué tuvo. “Gasté como 800 mil guaraníes en remedios y no me dijo qué tengo”, complementa en guaraní.
Antecedentes de muerte de personas y animales en el asentamiento
El domingo 20 y el lunes 21 de julio morían las dos niñitas, mientras otro hermanito de las mismas y una vecina eran derivados de urgencia al hospital de Curuguaty y Asunción. Otro grupo de 18 niños y niñas y 19 adultos eran atendidos por registrar los mismos síntomas de vómito, dolor de espalda, mareos, fiebre e insuficiencia respiratoria, de acuerdo al testimonio de la comunidad.
Las autoridades de salud salieron a atribuir las muertes y afectaciones a complicaciones respiratorias y descartaron que se trate de intoxicaciones, a pesar de que todavía los resultados toxicológicos y de sangre no se conocen hasta ahora. El ministro de Salud, Antonio Barrios, salió a decir que estos resultados estarían en un mes, aparentemente queriendo enfriar la situación.
De acuerdo a los pobladores y pobladoras fue el miércoles 16 de julio cuando aparentemente se hicieron trabajos de suelo y pulverizaciones en la explotación mecanizada más cercana al asentamiento, a 2 mil metros.
Ese mismo día una bebé de meses fue la primera en ponerse mal, pero fue ese fin de semana cuando masivamente registraron los mismos síntomas varias personas y fallecieron las hermanitas.
Charlando con Nimia Galeano, designada encargada de salud en la comunidad, nos comenta que cada vez que se fumiga en las explotaciones vecinas, se registran en la comunidad estos síntomas. Y otras vecinas explicaron que justo hace cinco años una pobladora llamada Hermelinda Meza falleció también un mes de julio luego de registrar los mismos síntomas.
En una ronda de entrevistas pobladores y pobladoras comentan que las gallinas, pollitos, chanchos y hasta vacas mueren todos los meses del año, no importa si es temporada o no de cultivo de soja.
Mientras sus padres y madres analizan, se indignan y planifican cómo continuarán en este proceso, un grupo de niños juegan a la balita y otro grupo de niñas sube a una moto y salta en grupo sin parar de reír
Parecen abstraídos de la realidad de tragedia, miedo y rabia que se respira en el lugar, como dentro de una burbuja de inocencia. Es inevitable pensar que si la comitiva visitante estuviera allí por cualquier otro motivo y no por dos muertes, acaso una de las niñas que en este momento ríe, salta, juega podía haber sido Adela o Adelaida. Y es inevitable tomar prestado las palabras de una de las personas de la comitiva: cuando muere un niño o una niña, y esa muerte pudo ser evitada, siempre es responsabilidad del Estado.
Cita: (1)Los otros campesinos asesinados por los órganos represivos del gobierno de Luis Ángel González Macchi (1999-2003) en esta ocupación fueron Crescencio González, Felipe Osorio y Justo Villanueva, cuyos nombres se pusieron a otros asentamientos. En ese año y tras tanta sangre derramda, la FNC conquistó 15 mil hectáreas de tierra. /Base Is
FOTOS Y TEXTO: Jorge González S. por Base Is.
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