Pesticidas y herbicidas en la mira
Piden parar con fumigaciones que afectarían a vecinos de La Lola
Un concejal de Reconquista presentó un pedido a la Justicia a raíz de una presunta contaminación ambiental en la comunidad aborigen del paraje. Las sospechas se centran en fumigaciones agrícolas.
Agencia Reconquista
El edil y abogado Rolando Galfrascoli (ARI) presentó una denuncia ante la fiscalía de Reconquista para que se investigue el posible delito de contaminación ambiental en el Paraje La Lola.
En la requisitoria de intervención judicial ingresada el lunes por la mañana, Galfrascoli reclama que se extraigan muestras de suelo, agua, alimentos que estuvieren en la zona afectada y que cesen de inmediato las fumigaciones hasta tanto se dilucide fehacientemente el origen de las patologías que sufren tanto personas como animales y plantas de la comunidad aborigen de ese sitio.
Desde hace algunos días, personas, animales y plantas de la comunidad aborigen del paraje, situado a escasos 10 kilómetros al sur de la ciudad, presentan síntomas similares a los de envenenamiento, lo que provoca cuadros de vómitos y diarreas en los habitantes, y en la fauna. También se ve afectada la flora del lugar.
El funcionario indica en su escrito que en el barrio rural de La Lola se ha producido un hecho que podría haber sido provocado por la “aplicación indebida de agroquímicos (pesticidas, herbicidas, plaguicidas, insecticidas, etcétera) y que se materializó en mortandad de aves (gallinas y patos), otros animales de granja y canes”, así como también se pudo constatar la afectación a la salud humana, a partir de manifestaciones de “lesiones en la piel, mareos, náuseas, dolores intestinales”, entre otros, sufridos por miembros de la ya mencionada comunidad aborigen.
Describe que los vecinos de dicha comunidad manifiestan que, días previos a la aparición de los primeros síntomas en los animales y personas, en un campo aledaño a las casas de la población aborigen, una máquina realizó trabajos de fumigación “esparciendo veneno a pocos metros de la comunidad”. Luego de este hecho, señala, se comenzaron a “evidenciar las primeras consecuencias dañosas para la salud”.
Para Galfrascoli, todo indicaría la presencia de un hecho de “envenenamiento de agua, aire o alimentos que las personas afectadas y los animales bebieron, respiraron o ingirieron. El envenenamiento no puede, en principio, asociarse a un hecho natural, por lo que he investigado y consultado”.
Habría que inclinarse por considerar a este hecho dañoso para la salud y el ambiente como producido por la mano del hombre.
La actividad humana productiva que se realiza de manera absolutamente preponderante en la zona es la agrícola, con utilización de grandes cantidades de agroquímicos, muchos de los cuales se encuentran en estudio y discusión por su potencial afectación a la salud humana, en el mejor de los casos, mientras que otros son claramente tóxicos para la vida animal y humana, explica.
En atención a las causas expuestas, el concejal solicita una inmediata y exhaustiva investigación sobre este hecho con la conciencia que éste puede ser el “puntapié inicial de una cadena de acciones y reacciones que desemboquen en un cambio en el paradigma de la utilización descontrolada de agroquímicos, por una agricultura sustentable, responsable y sana”.
En este orden, requiere la inmediata toma de muestras para posteriores exámenes médicos toxicológicos a todas las personas de la comunidad que manifiesten encontrarse afectadas y a los animales de ésta que hayan sufrido las consecuencias del potencial envenenamiento.
También, que se extraigan muestras de suelo, agua, alimentos que estuvieren en la zona afectada, se incauten recipientes usados o cargados con agentes industriales utilizados para la fumigación y se disponga el cese de las actividades de fumigación hasta tanto se tome todo el material probatorio.
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