Estimadas/os:
Compartimos la publicación del Centro de Acopiadores de cereales de La Pampa y Limítrofes, donde se exponen las recomendaciones de funcionarios del INTA respecto a la aplicación conjunta de GLISOFATO E INSECTICIDA (pág 47 y 48) y luego en CONFESIONARIO un asesor técnico reconoce que en un lote de Calchaquí -provincia de Santa Fe - se " utilizaron una dosis diez veces mayor. En vez de aplicar 40, aplicaron 400 gramos por hectárea de 2,4D en soja en estadio V3." y que " El aprendizaje fue que a pesar de la excesiva dosis de 2,4-D, la soja no muere, sino que pierde un 35%
de potencial de rinde y la rama negra ni se entera del tratamiento"
CONTROL DE MALEZAS EN EL CULTIVO DE SOJA
Parece que el 2,4DB no produjo a decir de este Técnico otros impactos. Bueno tal vez eso lo sepan vecinos de Calchaquí. Nos preguntamos qué hará ahora este tecnico con ese "aprendizaje".
Adjuntamos la publicación. Abajo reproducimos el texto del "Confesionario"
"RED DE SALUD POPULAR DR. RAMON CARRILLO" CHACO - ARGENTINA - 2011
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CENTRO DE ACOPIADORES DE CEREALES DE LA PAMPA Y LIMITROFES
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B O L E T I N I N F O R M A T I V O - Nº 1266 26 / 11 / 2010
CONTROL DE MALEZAS EN EL CULTIVO DE SOJA
Confesionario técnico
Hace más de siete años desarrollo mi actividad como técnico, asesorando a varios productores del norte de Entre Ríos, sudeste santiagueño y del noroeste y nordeste
santafecino.
Hace un par de años junto a mi padre tomamos un lote nuevo en la zona de Calchaquí, para la producción de soja en su primer año.
La intensión era acomodar el lote en directa y limpiarlo, para así poder cumplir con la rotación girasol, maíz, soja de primera, trigo/soja de segunda.
Cuando se entro al lote estábamos sobre la fecha de siembra deseada.
Por lo tanto, se realizó un barbecho con buena dosis de glifosato, pero debido a las condiciones ambientales poco favorables para las malezas no se logró un control
satisfactorio principalmente de rama negra.
Luego de la emergencia del cultivo, y al notar que la rama negra había comenzado a recomponerse, se decidió mejorar el control.
Se propuso hacer un tratamiento con alta dosis de glifosato y reforzarlo con 40 gramos por hectárea de Clorimuron etil.
Como en el comercio no conseguimos este producto, solicitamos Imazetapir, a razón de 0,6 litros por hectárea, pero tampoco tenían disponibilidad, entonces nos
recomendaron el uso de 2,4-DB.
Aunque sin estar del todo conforme accedimos a comprar al menos a modo de prueba.
Cuando se dejó la recomendación a la empresa de aplicación no se interpretó que junto al glifosato nuestra intención era reforzar la dosis con 0,04 kg por hectárea de
2,4-DB.
Al cabo de unos días comenzamos a notar que la soja perdía fuerzas.
Al investigar los insumos utilizados llegamos a la conclusión de que utilizaron una dosis diez veces mayor. En vez de aplicar 40, aplicaron 400 gramos por hectárea de 2,4DB en soja en estadio V3.
El resultado fue que la soja se retrasó entre 30 y 40 días atrofiando abruptamente la elongación de los entrenudos, produciendo un apilamiento de nudos y tallos curvos.
El aprendizaje fue que a pesar de la excesiva dosis de 2,4-DB, la soja no muere, sino que pierde un 35% de potencial de rinde y la rama negra ni se entera del tratamiento
Enzo Bianchi / Asesor - La Nación
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SISTEMA DE ALERTA - SERVICIO TÉCNICO - INTA PERGAMINO DEMASIADAS FALLAS CON CORTADORAS !!
Se está más preocupado por la bala a usar.... que por apuntar bien y pegarle !!
Es cierto que algunos productos son usados en dosis inferiores a las necesarias como para obtener un
eficiente control de cortadoras.
Pero... la mayoría de las fallas de control de cortadoras que ocurrieron en maíz y girasol, y que
continúan ahora en soja, son debidas a la no adecuada llegada del producto al blanco.
Ello viene sucediendo por diversos motivos, pero los más frecuentes se evidencian por aplicaciones de gotas medianas y gruesas (por usar los mismos picos a los empleados en la aplicación del glifo) en situaciones de abundante brosa o densa cobertura de malezas (ya sea porque todavía no fueron
controladas o por un quemado tardío).
Tan importante como lo anterior son las fallas por aplicaciones que no se realizan de noche (momento en el que las cortadoras salen de su escondite en el suelo).
Esta deficiente llegada del producto al blanco significa que las gotas no logran hacer contacto con las
orugas.
La falta de contacto del insecticida con las orugas al momento de aplicar, implica restarle una importante acción insecticida al producto usado, que es ni más ni menos que la acción de contacto, y por ende significa renunciar al tan necesario volteo para el caso de cortadoras, y ello también implica
reducir la eficiencia final en el control de la plaga.
No muchas veces se presenta la practicidad y la eficiencia imbuidas de intereses contrapuestos como en
este caso.
Es decir, ante la presencia de cortadoras y de una importante cobertura de malezas que deben ser
controladas, suele ser práctico y más económico, en principio, hacer la aplicación conjunta del
herbicida y del insecticida.
El problema es que para el caso de existir una cierta cobertura de malezas, ambos agroquímicos
necesitan ser aplicados con distintos tamaños de gotas.
Gotas medianas y grandes para el herbicida (con objeto de reducir los riesgos de deriva), y gotas chicas
para el insecticida (a fin de lograr penetración y llegada debajo de la brosa presente donde se
encuentran las orugas).
Frente a la presencia de abundante rastrojo, o denso manto de malezas al momento de la aplicación
(verdes o secas), como las cortadoras al salir estarán sólo a nivel de suelo (no trepan) será sumamente
necesario atravesar con las gotas la espesa cobertura.
Entonces, además del imprescindible uso de GOTAS CHICAS, debemos ayudar a la penetración por
medio de picos cono hueco, los cuales aportan su buen efecto de torción.
En cambio, si se tratara de campos "limpios" (ej., a suelo vivo) los efectos del uso del abanico plano y
del cono hueco se igualan.
Los resultados de las aplicaciones conjuntas contra cortadoras y malezas en abundante cobertura,
normalmente, son fáciles de inferir o imaginar: un buen mojado con el insecticida pero sólo del
"techo" de la cobertura presente, con poca o nada penetración y muy escaso contacto con las larvas
de cortadoras. En consecuencia, los resultados de eficiencia de control son más fáciles aún de imaginar.
También es esperable que ocurran fallas de control de cortadoras cuando las aplicaciones no se hacen
nocturnas, anulándose por nuestra propia decisión la acción insecticida de contacto.
En este sentido, muchos usuarios "asumen" que aplicar a la tardecita contra cortadoras resulta lo
mismo que de noche.
Sin embargo, erróneamente se lo está pensando como similar por una cercanía horaria, sin entender
que la cortadora a fin de la tarde NO ESTÁ expuesta al contacto del insecticida al momento de la
aplicación.
Por lo tanto, hacer el tratamiento contra cortadoras a la tardecita sería lo mismo que si se aplicara a
las 10 de la mañana o a las 4 de la tarde... ya que las orugas estarán igualmente protegidas fuera del
alcance de las gotas de aplicación.
Las aplicaciones nocturnas contra cortadoras, tan necesarias por lo anteriormente expuesto, tienen
ventajas adicionales como la no necesidad de agregar aceite (evaporación nula o mínima de noche)
para proteger a las gotas de la evaporación diurna sumado a su pequeño tamaño.
También de noche, suele existir la ventaja de no tener los efectos negativos de intensidades de vientos
que regularmente se registran en días de verano, los cuales producen pérdida de producto por
evaporación y deriva.
Podríamos seguir con otros tipos de fallas de control debido a aplicaciones inadecuadas, como por ej.,
lo son en ciertos casos las situaciones de muy altas temperaturas con sobrecalentamiento de la
superficie del suelo, fundamentalmente en labranza convencional, y también lo opuesto en relación a
noches excesivamente frías.
Ambas condiciones extremas inducen a las cortadoras a no salir hacia la superficie, y por ende a
alimentarse cortando más abajo de lo normal.
Este comportamiento de dañar por debajo de la superficie también suele ser motivado por la
presencia residual de subdosis de insecticidas en la superficie del suelo; caso típico del "chorrito de
ciper" agregado al herbicida, lo cual parecería repeler a las orugas, manteniéndolas abajo y haciendo
que éstas no salgan a la superficie donde se encuentra el remanente químico.
Pero si priorizamos factores a tener en cuenta para resolver las más corrientes fallas de aplicación
frente a cortadoras, seguramente podemos mencionar que los tratamientos nocturnos, hacer gotas
chicas, usar pico cono hueco, usar un estimulante alimentario mediante el agregado de azúcar al 1%
del volumen de caldo, no usar altos caudales, y aplicar con una presión ligeramente superior a lo
normal, constituyen las pautas de aplicación que nos aseguran la llegada y el contacto con las orugas
cortadoras.
La llegada de las gotas y el contacto con las cortadoras, son objetivos esenciales para el logro de una
buena aplicación (apuntar bien al blanco, o sea "pegarle" a las orugas) y poder lograr así el máximo
potencial de eficiencia de un producto y dosis (o sea, "la bala").
Muchos usuarios, ante la frustración de una falla en el control de cortadoras y en algunos casos de
manera reiterada, se han preocupado por cambiar de productos y/o dosis elevando las mismas, en
ciertos casos llegándose a usar dosis tres veces mayores o más que las dosis necesarias!!
Dicha tendencia de comportamiento no sorprende con ésta ni con otras plagas, ya que es una actitud
tan errónea como normal que existe desde siempre y que cuesta muchísimo erradicar o minimizar.
No suelen ser los productos y la dosis las herramientas sobre las que debiera focalizarse el análisis del
por qué de los magros resultados.
Con ésta u otra plaga, e incluso contra otras adversidades como son las enfermedades tratemos de
chequear, globalmente y siempre, si lo que se hace o deja de hacerse en cuestión de aplicaciones cómo
incide sobre la llegada al destino, o sea a donde nosotros queremos o necesitamos que llegue el
producto.
"El mejor de los productos, mal aplicado es el peor de los productos" (frase robada a D. Igarzábal,
2010)
Las fallas de control de cortadoras por abundante brosa tienen idéntica causa a las
fallas que se están registrando en el control de chinche diminuta plaga ésta que se
encuentra en muy altas densidades sólo cuando tienen abundante cobertura donde
protegerse (más allá de las malezas que la favorecen)
Por lo tanto, ambas plagas comparten la principal causa de sus fallas de control:
deficiente penetración en la brosa y poca llegada al suelo (debajo de la brosa)
Ing. Agr. Nicolás Iannone
" ... Es un error subestimar las alertas que dan los lugareños, ellos son rehenes de un modelo productivo poco sustentable y debieran ser el primer llamado de atención para productores, políticos y científicos." R. Lajmanovich (UNL)
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