OPINIÓN: Los líderes del TLC podrían ayudar a la mariposa monarca
Los países miembros del TLCAN deben unir esfuerzos para combatir el deterioro del hábitat de las mariposas monarca
Lunes, 17 de febrero de 2014 a las 11:18
Lo más importante
- La mariposa monarca no forma parte del TLC pero también une a Canadá, EU y México
- Dicha migración se encuentra en su momento más complicado de la historia
- El encuentro entre Harper, Obama y Peña puede ser un buen momento para tratar esta crisis de la especie
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Nota del editor: Carter Roberts es presidente y director general del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés). Omar Vidal es director general de WWF en México.
(CNN) — El mes pasado se cumplieron 20 años de la creación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. El objetivo del TLCAN fue claro: impulsar el libre tránsito de bienes y capitales entre Estados Unidos, Canadá y México. Pocos momentos de la historia han sido tan importantes para la creación de lazos entre los tres países.
Aunque el TLCAN es un pacto relativamente reciente que une a nuestros países, hay algunas cosas más antiguas que nos unen, como la migración anual de la mariposa monarca, que inició mucho antes que el comercio, las fronteras o los asuntos internacionales fueran un asunto a considerar.
No hay registros que nos revelen cuándo ocurrió el primer viaje de 4,500 kilómetros de las mariposas monarca entre el sur de Canadá, el norte de Estados Unidos y el centro de México. Es fácil asumir que tampoco se puede determinar el fin de las migraciones, pero la realidad nos dice otra cosa.
En enero recibimos noticias sombrías de las montañas centrales de México, el destino más meridional de las monarcas migrantes y el santuario para su hibernación.
Según los estudios del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), la Comisión de Áreas Protegidas de México y otros colaboradores, la población total de mariposas monarca en hibernación en la temporada 2013-2014 ocupó un área de bosque no mayor a un estadio de futbol: apenas 6,500 metros cuadrados. Esto representa una caída del 44% respecto a la temporada anterior y la continuación del grave declive en la población de las mariposas monarca desde que se empezaron a recabar datos, hace dos décadas.
El 2013 fue el peor año de la historia registrada para estas mariposas. Ahora la gente habla de que la migración está desapareciendo.
Hay varias razones de la decadencia, entre ellas los eventos de clima extremo en Estados Unidos y Canadá, y la deforestación en México. Sin embargo, el principal culpable es probablemente la exterminación de las asclepias, una planta floral esencial para la reproducción y el desarrollo de la mariposa monarca.
En gran parte del territorio de la monarca, particularmente en el centro oeste de Estados Unidos, las asclepias han sido víctimas del cambio en el uso del suelo y del advenimiento de los cultivos resistentes a los herbicidas. En suma, no hay orugas de monarca y como resultado, una de las maravillas naturales más impresionantes de América del Norte está al borde de la extinción.
Si has sido lo suficientemente afortunado como para atestiguar alguna parte del espectáculo de las monarcas, entiendes por qué no podemos permitir que esto ocurra. Ya sea un manto anaranjado con un cielo azul profundo de fondo, un bosque cubierto de la raíz a la copa con monarcas durmientes o una sola mariposa revoloteando ante ti en su camino para unirse a las masas, no hay nada igual.
El lado positivo de estas noticias sombrías sobre la población de monarcas migratorias es que tal vez llegaron en un momento oportuno.
El próximo miércoles 19 de febrero, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se reunirá con el primer ministro de Canadá, Stephen Harper, y el presidente de México, Enrique Peña Nieto, en la Cumbre de Líderes en Toluca, México. Toluca está a corta distancia de los sitios de hibernación de las monarcas. Durante la cumbre, las mariposas aún estarán en los bosques cercanos, listas para despertar de la siesta de cuatro meses que empezó a principios del invierno.
Los funcionarios de la Casa Blanca señalaron que los tres líderes discutirán "una gama de temas importantes para la vida cotidiana de la gente de Norteamérica". Lo que no está claro es si la situación de las monarcas está en la agenda y si los tres países que están unidos por una antigua migración de mariposas demostrarán una determinación conjunta para asegurarse de que este lazo único no se rompa permanentemente.
Ya se trate de monarcas que vuelan hacia el sur a través del centro de Estados Unidos procedentes de Ontario, Canadá, para converger en los oyameles de la Sierra Madre; ballenas grises que recorren la costa de California en su migración desde Baja California hasta el mar de Beaufort y de regreso, o del berrendo que se aferra a sus bastiones en las grandes praderas del norte de Estados Unidos y el desierto de Sonora, los lazos naturales que unen a Estados Unidos, Canadá y México son milenarios y trascienden cualquier cosa que pueda comerciarse o escribirse en papel. Son lazos de los que hay que enorgullecerse y que unen a los países de América del Norte en formas inesperadas y bellas. Es algo que simplemente no podemos permitir que desaparezca.
La cumbre en Toluca tal vez sea nuestra última esperanza de salvar la migración de las monarcas. El presidente Peña Nieto se comprometió a conservar los santuarios de las monarcas en el Estado de México desde que fue gobernador de 2005 a 2011. Conoce de primera mano los esfuerzos y sacrificios considerables para proteger los santuarios que han hecho las comunidades indígenas locales, las autoridades y la sociedad civil. También conoce la contribución que las mariposas hacen al bienestar social y económico local.
Solo el esfuerzo conjunto de los tres países cambiará las cosas a favor de la monarca. Nuestros líderes deben revitalizar los esfuerzos de conservación de la mariposa monarca y los que se crearon con el Acuerdo de Cooperación Ambiental de América del Norte, que nació con el TLCAN. Este plan debe contemplar acciones concretas para detener la destrucción de las asclepias en Estados Unidos y Canadá, restaurar el hábitat de la monarca en los tres países, y aplicar la ley con más fuerza en México para detener la deforestación.
Si juntos pudimos lograr algo tan grande y ambicioso como el TLCAN, resolver la crisis de las monarcas debería estar a nuestro alcance. Urgimos a nuestros jefes de Estado, a nombre de toda la gente de América del Norte, a que usen esta oportunidad para comprometerse a la preservación a largo plazo de uno de nuestros lazos más antiguos y espectaculares.
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente aCarter Roberts y Omar Vidal.
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