Desde la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas de América latina integrante de Pesticide Action Network repudiamos y rechazamos el intento de la empresa multinacional Monsanto de distribuir semillas modificadas genéricamente entre los productores campesinos Haitianos que han sufrido las consecuencias desastrosas del último terremoto que afectó al país.
Se trata a las claras de un intento de limpiar la imagen de la empresa a través de la tan renombrada “responsabilidad social corporativa” y a su vez de logar expandir el cultivo de OGM en América central y del Caribe.
Haití es un país empobrecido a partir de siglos de políticas ligadas al colonialismo y liberalismo que han saqueado sus bienes comunes naturales, sometiendo a su población a la pobreza, al hambre y la necesidad permanente de ayuda internacional. La estrategia de la empresa Monsanto continua el camino del sometimiento, la expoliación de los bienes y la captura de los recursos monetarios.
Los transgénicos no resuelven problemas, muy por el contrario generan una dependencia permanente hacia las empresas tanto para la provisión de las semillas como de los plaguicidas asociados. El cono sur de América Latina resulta un buen espejo donde mirarse; la expansión de los OGM ha determinado más concentración económica, dependencia hacia insumos de síntesis y lo que es más importante contaminación ambiental.
Ante esta situación reclamamos ante los organismos internacionales con intervención en Haití, la discusión de adecuadas políticas que lleven a la soberanía alimentaria asegurando la producción y acceso a alimentos de calidad producidos bajo modos respetuosos del ambiente como los que promueve la agroecología.
Javier Souza Casadinho
Coordinador regional Red de Acción en plaguicidas y sus alternativas de América Latina
Se trata a las claras de un intento de limpiar la imagen de la empresa a través de la tan renombrada “responsabilidad social corporativa” y a su vez de logar expandir el cultivo de OGM en América central y del Caribe.
Haití es un país empobrecido a partir de siglos de políticas ligadas al colonialismo y liberalismo que han saqueado sus bienes comunes naturales, sometiendo a su población a la pobreza, al hambre y la necesidad permanente de ayuda internacional. La estrategia de la empresa Monsanto continua el camino del sometimiento, la expoliación de los bienes y la captura de los recursos monetarios.
Los transgénicos no resuelven problemas, muy por el contrario generan una dependencia permanente hacia las empresas tanto para la provisión de las semillas como de los plaguicidas asociados. El cono sur de América Latina resulta un buen espejo donde mirarse; la expansión de los OGM ha determinado más concentración económica, dependencia hacia insumos de síntesis y lo que es más importante contaminación ambiental.
Ante esta situación reclamamos ante los organismos internacionales con intervención en Haití, la discusión de adecuadas políticas que lleven a la soberanía alimentaria asegurando la producción y acceso a alimentos de calidad producidos bajo modos respetuosos del ambiente como los que promueve la agroecología.
Javier Souza Casadinho
Coordinador regional Red de Acción en plaguicidas y sus alternativas de América Latina
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