Glifosato en productos de higiene: “Hay que ejercer presión social para estudiarlos y sacarlos del mercado”
El investigador Raúl Lucero, del Instituto de Medicina Regional de la UNNE, analizó los resultados del estudio realizado por científicos de La Plata, quienes detectaron presencia de glifosato en algodones y gasas estériles, hisopos, toallitas y tampones, productos todos derivados de la cadena algodonera.
El cien por ciento de algodones y gasas estériles contenían glifosato o su derivado AMPA, y también los hisopos, toallitas y tampones. Ese fue el resultado arrojado por una investigación de científicos de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), difundida el mes pasado y que es eje, desde entonces, de una serie de advertencias desde ámbitos académicos, como el pedido de urgentes medidas precautorias que la Federación Sindical de Profesionales de la Salud (Fesprosa) le hizo al ministro de Salud de la Nación, Daniel Gollan.
Certificar la presencia de glifosato y sus derivados a través de estudios extensivos, y ejercer la presión necesaria para sacar de circulación los productos afectados, son las acciones que marcó el doctor Raúl Lucero al hablar del estudio que determinó la afectación de algodones y gasas estériles, hisopos, toallitas y tampones.
“Hay que tomar medidas”, subrayó ante NORTE el bioquímico Raúl Lucero, voz autorizada por experiencia y estudios científicos realizados en materia de afectación de agroquímicos en la salud. Así, al referirse a las evidencias preliminares obtenidas por científicos de la UNLP, destacó la seriedad del grupo liderado por el doctor Damián Marino.
Lucero es investigador del Laboratorio de Biología Molecular del Instituto de Medicina Regional y docente de la Cátedra de Medicina III, área Infectología, de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional del Nordeste.
“Se deberá ejercer toda la presión necesaria para sacar los productos del mercado”, señaló, luego de resaltar la necesidad de profundizar estudios y hacerlo con un enfoque multidisciplinario, para determinar y certificar la presencia y las cantidades de glifosato y sus derivados en esos elementos de higiene personal y de uso medicinal. “Las empresas deberán demostrar que los productos no están contaminados”, opinó.
Estos elementos de higiene personal y de uso médico-sanitario son derivados de la cadena de producción algodonera, que utiliza en su paquete tecnológico el cuestionado herbicida.
El glifosato, además de dos insecticidas, fue clasificado a principios de este año como “probablemente carcinógeno para los humanos” (categoría 2A de la escala de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer Iarc-, de la OMS).
Llamado de atención
Entre las medidas preventivas, Lucero marcó la necesidad de instrumentar “controles de los productos que salen a la venta”, y consideró que el estudio científico “es un llamado de atención importante”, ya que lo hallado deriva de la cadena productiva algodonera.
“Habrá que hacer un estudio en los productos comerciales, para determinar si tienen o no contenido de glifosato y sus derivados”, explicó el investigador, y en ese sentido resaltó la necesidad de “certificar si aquellos productos que salen al mercado masivo tienen o no” el herbicida.
Otro aspecto por determinar será el lugar y los especialistas que harán esos estudios. Así, dijo que en el país no son muchos los lugares aptos. Uno de ellos es, precisamente, la UNLP. En ese orden, consideró que se deberá hacer un estudio con una mayor cantidad de muestras de estos productos afectados.
Exposición permanente
“Este tema es igual que para el caso de los alimentos”, describió Lucero. En ese sentido, explicó que la exposición permanente a bajas cantidades de glifosato y sus derivados provoca efectos nocivos en la salud de las personas.
“No debería estar el glifosato en un insumo como este”, advirtió y graficó la gravedad diciendo que esa gasa estéril se coloca sobre una herida abierta, con lo cual el agroquímico ingresa al contacto con el torrente sanguíneo. “Son productos de uso diario; es lo mismo que estés comiendo un alimento contaminado durante mucho tiempo, en forma constante, y que ese alimento contenga aunque sea en bajas cantidades este agroquímico”, sostuvo.
Consumidores y organizaciones activas
“Nos tomó a todos por sorpresa”, aseguró Lucero al dar cuenta del estudio científico que determinó la presencia de glifosato en el cien por ciento de los algodones y gasas estériles, o su derivado Ampa, sustancias también encontradas -aunque en menor porcentaje- en hisopos, toallitas y tampones.
“Ahora todo dependerá del accionar del consumidor mismo y de estas organizaciones gremiales”, indicó, y resaltó que todavía “mucha gente piensa que son problemas confinados a la ruralidad”.
“Hay que hacer un abordaje multidisciplinario del tema, y darle seguridad a la población, porque se trata de algo que aparece en productos de uso masivo”, subrayó. De ahí que resaltó la necesidad de “ejercer la presión para sacar del mercado” aquellos productos en los que se compruebe la contaminación.
“Como siempre pasa, ahora habrá una reacción de empresas y productores cuestionando a los estudios”, vaticinó Lucero, y señaló que los datos obtenidos por la UNLP demandarán otros estudios más extensivos de los productos en cuestión “para recabar nuevos datos”.
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