10/12/12
En tiempos de conexión full-time y jornadas de trabajo cada vez más extensas –en la oficina, en casa o en ambas–, la propuesta que citamos a continuación suena por lo menos descabellada: “ Habría que trabajar tres días a la semana, durante once horas ”.
Sin embargo, su autor es el mexicano Carlos Slim, considerado por la revista Forbes el hombre más rico del mundo, con lo cual no deberíamos desestimarla. Más allá de la propuesta, hay algo sobre lo que se tiene cada vez más consenso: el modelo de cinco jornadas semanales, de 8/9 horas por día, está cuestionado en todo el mundo . Y una encuesta del sitio Trabajando.com reveló que el 46% de los argentinos casi siempre trabaja más horas de lo previsto . ¿Cuántas horas por día hay que trabajar para lograr un equilibro entre el desarrollo profesional, el descanso, la vida saludable y las actividades personales?
Los especialistas en Recursos Humanos que consultó Clarín coinciden en que la jornada promedio de muchos trabajadores argentinos ronda las 10 horas diarias, algo que atenta directamente no sólo contra la calidad de vida sino contra el rendimiento laboral.
Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) –que relevó datos oficiales a nivel mundial– la cantidad de horas de trabajo en Argentina viene en ascenso: aumentó del año 2000 al 2005, y volvió a hacerlo en el período 2005-2009 (ver infografía en la página 31). De acuerdo a las cifras de este relevamiento, el promedio de algunos rubros, como el comercio, ya supera las 46 horas semanales, mientras que uno de cada tres hombres trabaja 48 horas o más, lo que es considerado exceso de trabajo.
Lo curioso es que en otros países de la región, como por ejemplo Brasil, Chile y México, pero también en Alemania, Italia, Japón, República de Corea y Estados Unidos, la cantidad de horas trabajadas fue en continuo descenso durante estos mismos períodos.
Del total de trabajadores que pasan más horas de las que corresponden en su trabajo, según detalla la encuesta online, el 36% dice que lo hace porque “está bien visto” en su ámbito laboral. Otro 36% dice que se queda más tiempo porque la jornada laboral estándar no le alcanza para terminar con todas las tareas que le asignan, mientras que el 28% restante respondió que acepta quedarse más tiempo porque le pagan horas extras y necesita el dinero.
Según los especialistas, son pocos los casos en los que es realmente necesario que los empleados se queden más horas que las establecidas.
“Las horas dependen de la misión que uno tenga en la compañía. Por ley habría que trabajar ocho, pero es normal que los que están en pleno ascenso trabajen diez. Y además cuando tu Blackberry está activo, también estás trabajando, aunque no lo parezca.
Lo importante es preguntarse qué tan productivo podés ser estando once horas trabajando para una organización . Hay gente muy eficiente que cumple sus tareas en el horario establecido y otros que se quedan sólo porque su manager piensa que hay que quedarse”, dice Mariela Pinto, consultora en Recursos Humanos de Postulatio.
“Todo lo nuevo empezó por algo que parecía una locura”, opina el especialista en Recursos Humanos Alejandro Melamed al ser consultado sobre las declaraciones de Carlos Slim. “Estamos revisando los paradigmas actuales y está claro que nuestros hijos y nuestros nietos van a trabajar de otra manera . Yo creo que hay que poner el eje en la calidad de horas, no en la cantidad”, dice Melamed. Las nuevas generaciones están atentas a los cambios que se dan en las empresas: exigen horarios flexibles, modalidades de trabajo especiales y le dan un valor muy importante a las cuestiones personales. Y algunas compañías ya responden a estas demandas con nuevos esquemas de trabajo (ver “Como incentivo...” ).
“Hay un desbalance total entre vida personal y descanso y la vida laboral.
El modelo actual va a hacer eclosión en cualquier momento ”, opina Cristina Mejías, consultora en Recursos Humanos. “En términos de comunicación, los avances son maravillosos, pero en términos de la preservación del capital humano pensante de las empresas, es más complicado. Cuando un jefe manda una pregunta a las diez de la noche y aspira obtener una respuesta, está afectando el descanso de esa persona y el rendimiento que va a tener al día siguiente”, sostiene Mejías, que advierte que hay empresas estadounidenses que ya tomaron nota de esto y están trabajando con protocolos de reglas y normas para limitar el uso del Blackberry hasta determinadas horas del día.
Algunas grandes empresas también dan permisos especiales para que los empleados puedan faltar, por ejemplo, en los cumpleaños de los hijos, o para que puedan asistir a los actos escolares. Pero en muchos casos, esto resulta más una compensación por el tiempo que le “roban” semanalmente con el trabajo extra que por un incentivo a mejorar su rendimiento profesional.
“Hay rubros en los que es más fácil implementar condiciones de trabajo flexibles, como en las empresas de tecnología”, dice Yésica Dos Santos, consultora en Recursos Humanos. “Pero hay otros que mantienen las condiciones clásicas, como todo lo relacionado con atención al cliente”. En estos casos, los horarios flexibles dependen más de la decisión de cada jefe y es fundamental el papel que juega el líder de un grupo. “En muchos casos, sucede que si el jefe se queda muchas horas en la oficina obliga a los empleados a quedarse ahí”, concluye Melamed.
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