Queridos lectores, clientes, colegas y amigos
¿Cómo están? Hace un ratito escuchando, a Andrea Bocelli, me di cuenta que no quería terminar el año sin comunicarme con cada uno de ustedes.
Esta segunda mitad del año pasó como un tornado, actividad profesional, algunos viajes, familia, cursos, actividades comunitarias, etc.; eso me generó la necesidad de buscar un equilibrio, que, en este caso, se convirtió en ausencia.
Quiero darle las gracias, como siempre, por el trabajo compartido, la confianza y la amista renovada a lo largo de tantos años. Y de un modo especial hoy, quiero agradecerles el regalarme su atención para compartir este mensaje. Cuando escribo no lo hago porque sí,sino para acercarme a cada uno, sin importar si lo conozco personalmente o no, … esperando que por un momento me permitan ser parte de su historia, como yo los hago parte de la mía.
Llega fin año, con todo lo que significa en obligaciones y festejos. Un año atravesado por inquietudes, incertidumbre, violencia, pasiones encontradas, y el ciclo de la vida al que llegan unos y otros se van.
Quisiera proponerles en este último mensaje del año: aquietar el corazón para reencontrarnos con la paz y la alegría.
Que tengan Felices Fiestas y un 2013 lleno de sueños y realizaciones.
Un abrazo, Alejandra
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News 43
Lo que puede ser…
Alejandra Benitez
Los invito a escuchar, esta música, ¿ahora? … http://www.youtube.com/watch?v=KPte1qU9800, y adueñarse de los minutos que dura; dejar que el corazón tome altura para contemplar el milagro de la vida, lo vivido y el futuro, desde otra perspectiva.
Dejen que lleguen a su mente y a su corazón, aquellas cosas que los llenaron de entusiasmo y les permitieron crecer, y aquellas de las que no se sienten orgullosos. Así es la vida, en ella se mezclan constantemente lo grande y lo pequeño.
Es bueno contemplar y agradecer todo lo acontecido, lo favorable y lo que trajo dolor, frustración o desolación. Porque lo importante es lo que hicimos con lo que nos pasó. Por eso recordar y agradecer momentos de valentía, de donación, de amor, de decisiones sabias, de generosidad… es asumir la grandeza como ser humano; ella nos impulsa a soñar más alto; a desear más profundo, a ensanchar el corazón para que nuevas personas y nuevos mundos se incluyan en nuestros sueños y proyectos. Pero también es útil recordar aquellas cosas que pudimos haber hecho mejor. Esto nos hace más iguales y nos acerca un aliciente para reconocer y superar las propias limitaciones. Reconocer que puedo fallar alienta la tolerancia y dinamiza la búsqueda de caminos alternativos.
Tenemos opciones
Dicen que un cacique, viejo y sabio, conversando con sus nietos, le confesó que estaba viviendo momentos difíciles y sentía que en su corazón se peleaban dos lobos, uno bueno y uno malo. Después de un largo silencio uno de los pequeños le preguntó quién ganaría, y el respondió: aquel al que yo alimente…
Esta es una historia que trato de recordar a menudo, porque contiene una de las claves para moderar esta permanente tensión entre bien y mal. Sólo es cuestión de ver y aceptar que nuestras decisiones y actos, aún los más pequeños, pueden alimentar a uno o a otro “lobo”.
En los tiempos que vivimos la sociedad se ha convertido en un escenario de batallas cotidianas, en el plano ético, en lo económico, en las relaciones con las personas o con el planeta. Frente a cada una puede surgir la tentación de ignorarlas, esconderse, o lanzarse al vacío, sin pensar en el precio que se paga en salud, en dignidad o en respeto.
Dicen que la vida es un viaje entre quien uno cree que es y lo que puede ser… Lo fantástico de esta existencia es que tiene un final abierto; lo que creemos ser, puede revisarse, y lo que podemos ser está por delante. Somos depositarios de una vida que tiene un sentido que nos trasciende. ¡Somos seres libres porque tenemos opciones!
Mi deseo
Mi deseo para esta Navidad y para el 2013, es que nos animemos a abrir la mente y el corazón para recibir todo lo bueno que tiene la vida para ofrecernos - una vida que adquiere todo su valor cuando incluye a los demás; que tengamos la lucidez para ver las oportunidades y la fuerza para atravesar las dificultades que se puedan presentar. Recibir lo bueno puede significar también resignificar lo que nos lastima o nos hace daño para poder actuar en consecuencia.
Que el Niño de Belén nos bendiga y ayude a vivir más intensa y plenamente. Que la alegría no se pierda en lo cotidiano,
que todos los días pongamos una sonrisa y un poquito más de amor en nuestra vida, en la vida de los que nos rodean
y especialmente en la de quienes nos necesitan.
¡Felices Fiestas, buen descanso y hasta el año que viene!
Alejandra
Alejandra Benitez. Especialista en Liderazgo, Creatividad y Desarrollo profesional.
Directora de abCreativa. Consultoria y Capacitación.
@abcreativaLid
[54 11] 4791 5332 Celular 156-549-9100
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