La quinta de Olivos fumigada desde TBA ¡¿ Será a propósito?!
Piden terminar con modelos productivos que enferman y contaminan
Por Norberto Ovando (*). Especial para AIM.- Médicos ambientales reclamaron que los candidatos a presidentes y a gobernadores de las provincias sojeras de Argentina, que expresen públicamente qué medidas van a tomar para defender el derecho a la salud de los pueblos fumigados.
Malformaciones por el uso del glifosato, cada vez más frecuentes.
Los efectos de los agrotóxicos usados en la producción agroindustrial en Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia fue el tema de mayor preocupación que se debatió durante el primer Congreso Latinoamericano de Salud Socio Ambiental” y el segundo Encuentro Nacional de Médicos de Pueblos Fumigados, que se realizó en Rosario, provincia de Santa Fe.
En esta oportunidad, los médicos recogieron datos de acumulación de nuevos casos de malformaciones congénitas y cáncer en pueblos y regiones de Chaco, Santa Fe, Tucumán, Córdoba, Misiones y Buenos Aires y manifestaron su preocupación por la irresponsabilidad del uso continuo de glifosato y endosulfán, principalmente (ver en http://www.reduas.fcm.unc.edu.ar/ ).
La declaración del Encuentro
Los miembros de los equipos de salud de los Pueblos Fumigados de la Argentina, junto con científicos, investigadores y académicos, reunidos en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario, reiteraron sus certezas expresadas en la Declaración del Encuentro anterior de agosto de 2010, en la Facultad de Ciencias Médicas de la UN Córdoba.
En tal sentido, advirtieron que “es muy importante la agresión a la salud en las poblaciones de localidades sometidas a fumigaciones constantes en la Argentina, y que la situación se agrava día a día, detectándose con mucha mayor frecuencia, enfermedades severas como cánceres, abortos espontáneos, trastornos de la fertilidad y nacimientos de hijos con malformaciones congénitas”.
Además señalaron que “distintos trastornos, como los respiratorios, endócrinos, neurológicos, hematológicos y psíquicos, son mucho más frecuentes en las poblaciones sistemáticamente fumigadas como consecuencia del actual modelo de producción agroindustrial”.
También indicaron que “la utilización de plaguicidas no deja de aumentar año a año, siendo que el crecimiento de su consumo fue del 74 por ciento en la última temporada, cuando 340 millones de litros de venenos se fumigaron sobre un área habitada por algo más de 12 millones de personas”.
Valiéndose de un conjunto suficientemente fuerte de datos, que no pueden ser negados al analizarse con objetividad la situación sanitaria de los pueblos, la información científica explica la causalidad biológica de las manifestaciones clínicas que observan en los pacientes, y las revisiones sistemáticas de los estudios clínicos y epidemiológicos de observación, generan evidencia, suficientemente sólida y consistente.
“Por más que deseáramos una realidad distinta, la única verdad es la que hoy tenemos: el actual sistema de producción agrario es el responsable de ocasionar estos problemas sanitarios, además de otros graves problemas, como ecológicos y sociológicos, que no trataremos aquí”.
Los profesionales recordaron que oportunamente exhortaron a las más altas autoridades nacionales, para que, utilizando el “Principio Precautorio” y con el fin de proteger a la población rural, “se impusieran restricciones públicas al uso de los plaguicidas; reclamo que ha sido totalmente desoído”.
Sin embargo aclararon que “tampoco se observó compromiso Parlamentario con el derecho a la salud de la gente; desgraciadamente en el Congreso Nacional continua prevaleciendo la defensa de los derechos a la propiedad privada y al agronegocio”.
El pedido
“Considerando que estamos inmersos en un proceso electoral, nos dirigimos directamente a todos los candidatos que aspiran a gobernar el Estado Nacional y a las provincias agroproductoras, manifestándoles que podrán escuchar muchas voces sesgadas por intereses económicos, comerciales o políticos; pero nosotros, médicos, miembros de equipos de salud, investigadores, científicos y académicos que analizamos este problema, no creemos, sino que estamos seguros, de que los crecientes padecimientos en la salud de los habitantes de los pueblos fumigados, son generados por las fumigaciones”.
Por eso, exhortaron a los candidatos a presidente y gobernadores, a tener en cuenta esta realidad, y que no sólo consideren que Argentina aprovecha una coyuntura internacional con precios especulativos de comodities en alza y demanda sostenida, “sino que ello genera divisas en un sistema sin ningún tipo de control real, modelado por laboratorios multinacionales que promueven la utilización de mas y mas pesticidas que destruyen el ambiente, caen sobre la gente y generan cánceres en nuestros pacientes y malformaciones en sus (nuestros) hijos”.
Requirieron a los candidatos que se expresen públicamente sobre “cómo van a proteger la salud y la vida de la población de los pueblos fumigados. Nosotros, proponemos como respuesta urgente a este problema que, se prohiban las fumigaciones aéreas en todo el territorio nacional, como ya se estableció en la Unión Europea, y se restrinjan las fumigaciones terrestres alejándolas del limite de las plantas urbanos de los pueblos”.
También pidieron la reclasificación de los agrotóxicos, “considerando sus efectos agudos, de mediano y largo plazo en ensayos de laboratorio y en estudio en humanos” y exigieron que una dependencia de Salud y Ambiente sea la encargada de autorizar o rechazar el uso de cada pesticida en particular, como ocurre en otros países.
Los profesionales valoraron “el esfuerzo de todos los miembros de los equipos de salud en general, los vecinos de los pueblos y todos quienes entienden que en esta democracia necesitamos que se prioricen valores, como la salud y el ambiente, sobre los intereses económicos y comerciales de grandes grupos, empresas y pools de siembra”.
Fuente Reduas / Aapn
Ovando (*) es presidente del la Asociación Amigos de los Parques Nacionales (Aapn). Experto Comisión Mundial de Áreas Protegidas (Wcpa) de la Uicn y de la Red Latinoamericana de Áreas Protegidas (Relap).
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