Alma de Nogal : Los Chalchaleros

lunes, 19 de octubre de 2009

ATANOR Y SU OSCURA ALQUIMIA




Mapa mostrando la sección mínima

para un futuro estudio epidemológico



Atanor
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Atanor en un laboratorio alquimico



En alquimia, un atanor (Del ár. al-tannur, manantial y boca de pozo) también llamado Piger Henricus y Horno Filosofal .[1] es un horno usado para transmitir calor a la digestion alquimica, diseñado para mantener una temperatura uniforme. El atanor es el instrumento básico del alquimista. Es un horno, pero se le conoce por atanor, ya que no es el horno ordinario ni siquiera un artilugio.[2] El horno alquímico, según la descripción que de él nos hace el alquimista Geber, ha de ser "cuadrado,[3] de cuatro pies de longitud, tres de anchura, y un grosor de medio pie en las paredes". Los materiales a calcinar deben ser colocados dentro del horno en cazuelas de arcilla lo más resistentes posible,"como la arcilla que se emplea para la formación de crisoles, a fin de que puedan resistir la fuerza del fuego, incluso hasta la combustión total de la cosa a calcinar".
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CUANDO EL PRESIDENTE DE ATANOR NO
SABE LO QUE PRODUCE
Y CONFUNDE UN BIOCIDA
CON UN FERTILIZANTE
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AERONAVEGANTES REPUDIA DECLARACIONES DEL PRESIDENTE DEL GRUPO ATANOR
El Sindicato de Aeronavegantes repudia las declaraciones del presidente del grupo ATANOR, Miguel González, por sexistas, discriminatorias y faltas de rigurosidad.
En su clara intención de descalificar la medida tomada por la Ministra de Defensa Dra. Nilda Garré, de prohibir la siembra de soja transgénica en los campos pertenecientes al Ejército, el señor González dijo que "sólo una azafata puede pensar así. La soja transgénica se puede cultivar con cualquier otro fertilizante, no requiere exclusivamente del glifosato. Pero la azafata Garré prohíbe directamente la siembra de soja transgénica.", en referencia a la polémica instalada en las últimas semanas respecto a los alcances nocivos que podría tener el glifosato, herbicida más utilizado
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Atanor sigue clausurada en forma preventiva
En Munro: la Secretaría de Política Ambiental bonaerense convalidó la medida tomada por el intendente de Vicente López.
Noticias de Información general: anterior siguiente Jueves 21 de agosto de 1997 Publicado en edición impresa


La Secretaría de Política Ambiental de la Provincia de Buenos Aires convalidó la clausura de la planta en Munro de la industria química Atanor, dispuesta por la Municipalidad de Vicente López.
"Fue una decisión muy difícil, sobre todo por los trabajadores que quedan suspendidos. Pero fue adoptada luego de analizar el caso cuidadosamente. Es más, para saber si la planta seguirá clausurada o en qué condiciones podría volver a trabajar enviamos un cuestionario a cuatro importantes centros científicos y técnicos del país, sin perjuicio de requerir la opinión de otros profesionales", dijo a La Nación el doctor Osvaldo Mario Sonzini, secretario del área.
La clausura preventiva había sido dispuesta por la Comuna de Vicente López, después de varios meses de estudios médicos efectuados por la doctora Norma Vallejo -indiscutida toxicóloga, titular de la cátedra en la Universidad de Buenos Aires y del servicio de hospital Fernández- a los vecinos que denunciaron tener afectada su salud por emanaciones producidas por la química.
Mientras se sucedían estas actuaciones, los vecinos denunciantes alertaron sobre camiones atmosféricos que limpiaban con un líquido a presión las cañerías que circundan la química, luego que de ellos exhibieran por televisión una muestra de agua, de tono oscuro, tomada de una alcantarilla. En San Nicolás
Llegaron a La Nación informes sobre otras plantas de la misma firma, que en total posee cinco en el país: en Munro, en Río Tercero, en Baradero, en Llavallol y en San Nicolás.
El presidente de la junta vecinal del barrio Química, Oscar Rubén Marchi, encabezó a los denunciantes de dos importantes siniestros ocurridos en la planta de San Nicolás, donde se fabrican insecticidas.
La primera explosión, explicó Marchi, se registró el 1¼ de octubre de 1994, y sus consecuencias fueron el derrame de líquidos y el escape de gases peligrosos.
"Por donde pasaron estos líquidos no creció más el pasto y fluyeron sin tratamiento al río Paraná -la química está a la vera del curso de agua-".
La segunda explosión ocurrió el 7 de enero de 1995.En esa oportunidad, afirmó el vecino nicoleño, los gases se difundieron y formaron una densa nube de color amarillo, que se mantuvo suspendida durante cuatro horas y se extendió 20 kilómetros.
"Aunque toxicólogos de la Comuna explicaron que se trataba de algo inocuo, "las mucosas de las personas se irritaron y casas y vehículos quedaron teñidos de color ocre.
La agroquímica Atanor anunció que va a construir una planta en China en la que invertirá u$s 45 millones. Miguel Ángel González, el presidente de la compañía, dijo que era la mayor inversión de la Argentina en el país que bate récords mundiales de crecimiento del PBI desde hace más de una década. Pero, en realidad, Atanor -uno de los dos mayores productores mundiales de herbicidas para el campo- no es, desde hace tiempo, una empresa argentina. El 99% de sus acciones pertenece al estadounidense Dennis Albaugh, dueño de Albaugh Corporation, una firma con sede en Iowa que empezó comprándole insumos a Atanor y terminó adquiriéndola. Sin embargo, la historia de la compañía en el país es varias veces emblemática: Atanor fue sucesivamente símbolo del Estado empresario, de la burguesía nacional y ahora, de la empresa globalizada. Nació en 1938 como una sociedad mixta controlada por Fabricaciones Militares, en el "84 fue privatizada por Raúl Alfonsín y entregada a Bunge y Born y finalmente, adquirida en el "97 por Albaugh. La preside todavía hoy el ingeniero González, un histórico de la empresa, y su management es totalmente nacional.Ingeniería china. El hecho de ser una compañía con fuerte tradicional local y comportarse como un jugador global -y en un sector como el agroquímico donde la Argentina es fuertemente competitiva- no es el único dato curioso de la inversión anunciada ahora por Atanor. Designó como gerente general de la nueva empresa Anhui Huaxing Chemical Industry Co. Ltd, de la República Popular China, a un ingeniero químico, de 24 años, nacido en Beijingy que vive desde los 8 años en Buenos Aires y trabaja en Atanor. Se llama Yi Cai y él mismo cuenta su historia: "Mi padre era representante de una compañía pesquera, la China Nacional Fishing Co. -hoy por hoy la más grande del mundo- y así llegó a la Argentina. Hasta que en el "94 Den Xiao Ping lanzó un nuevo rumbo económico signado por las privatizaciones, había que romper con las estructuras burocráticas de las empresas estatales. Fue entonces que quedó vacante el puesto de presidente de la pesquera y mi padre, que era el presidente para Latinoamérica, el lugar donde se hacían las mayores ganancias, prefirió, con 37 ó 38 años, desligarse de la empresa por razones políticas y quedarse a vivir acá".Yi, desde entonces, volvió una vez por año a Beijing, para no perder la escri-turay la lectura de origen, y soñaba con ser concertista de piano: llegó a aprobar el cuarto año del Conservatorio Nacional, aunque nunca se anotó en la carrera de composición musical y dirección orquestal de la UBA que era su intención. Se inscribió, en cambio, en Ingeniería del Instituto Tecnológico de Buenos Aires, ITBA, y allí se recibió con medalla de honor y siendo el más joven de su carnada. Enseguida ingresó a la Gerencia de Proyectos electromecánicos de Atanor, luego pasó a supervisar equipos y reactores y, el año pasado, al área de negocios, específicamente a la sección de abastecimiento internacional: para dar una idea del volumen del negocio, Atanor importó sólo en el 2005 insumos y tecnología por u$s 160 millones. "Tuve un entrenamiento breve pero global, trabajé en planta, en desarrollo de ingeniería y en la parte comercial", se enorgullece Yi.La esencia del negocio. El joven gerente general explica el fondo de la inversión de Atanor. "El mundo está muy globalizado, pero hay ciertas barreras difíciles de superar, por ejemplo el acceso a los recursos naturales. Y China tiene su gran ventaja competitiva en la cercanía a las fuentes de las materias primas. Y tiene escala en cuanto a energía, rutas, transporte, servicios industriales, mano de obra. Las empresas de tecnología, manufacturas y servicios allá están combinadas para crear un mejor clima de inversión. Existen predios enormes que tienen ventajas impositivas y un Estado que se mete proactivamen-te en la vida empresaria para promover el flujo de capitales en determinado rubro o región. Claro, se siente el choque cultural, hay que arriesgarse a sufrir el estrés del desconocimiento. China es como un techo de cristal, uno mira para arriba y está todo ahí, pero hay que romperlo para acceder".La planta china de Atanor se inaugurará a comienzos del 2008. Se levantará cerca de uno de los mayores reservorios de fósforo -base del glifosato, un poderoso e imprescindible herbicida de gran demanda mundial- y abastecerá a las plantas argentinas y al mercado asiático. González dice que es una inversión sin riesgo: si ya estuviera funcionando, la producción estaría sobrevendida. La empresa Huaxing resultó la ideal para el joint venture 50 y 50: es equivalente a Atanor, siempre fue privada, una de las primeras en cotizar en Bolsa e integrada, similares en facturación, empleados y prestigio. Yi Cai considera esta inversión como un salto estratégico: "Huaxing es un par de Atanor en China, es una empresa eficaz, no burocrática, y los directivos son jóvenes y profesionales. Muchas multinacionales no han podido concretar este tipo de joint venture con los chinos, pese a que son receptivos al capital extranjero. Este tipo de acuerdos, y en este sector, es casi único, hasta recibieron las felicitaciones del Gobierno chino y salió en la prensa nacional y regional. Es un símbolo muy importante de asociación con el país más lejano de la Tierra, porque así es vista la Argentina. Pero para llegar a eso hay que tener convicción. Es difícil entenderse. Incluso las traducciones son muy complicadas, porque hay un tercer idioma puente que es el inglés. En el chino, por ejemplo, no existe el sí o el no como concepto idio-mático. Si le haces una pregunta a un chino, te puede estar contestando que sí, pero en realidad te está diciendo que no. Porque responde "sí, no quiero".Sal de la Tierra. Atanor produce agroquímicos, químicos, azúcar y polímeros en general. Su materia prima es lo que sale de la Tierra -como dice Yi Cai- y compite cabeza a cabeza en el mundo con las multis Monsanto y Syngenta. Incluso en materia de semillas, desde hace tres años con la firma Atar, lo que generó la reacción de Monsanto para cobrar regalías que llegó hasta el embargo de exportaciones de soja. Este año tendrá ventas al exterior por u$s 133 millones sobre un total de casi u$s 500 millones.Yi Cai define a este momento de la empresa como de expansión y competitividad a nivel global: "Tenemos nueve plantas en la Argentina: Munro, Baradero, Río Tercero, Pilar, San Nicolás, Marapa y tres ingenios azucareros, otra en Rezende, Brasil, que produce fun-guicidas en base al cobre, y una que está en construcción también en Brasil para producir glifosato. O sea, necesitamos materia prima urgentemente. A nivel general, estamos mano a mano con Monsanto en glifosato y en herbicidas somos uno de los más grandes del mundo sino el más grande. Producimos lo que el mundo necesita".La inversión de Atanor en China, de la mano de un joven gerente chino criado en la Argentina, no deja de ser una pequeña historia en medio de un enorme negocio global.
José Antonio Díaz
Global
Vende agroquímicos, azúcar y semillas por u$s 500 millones. Exporta u$s 133 millones
.Es el primer exportador argentino de azúcar. Controla tres ingenios.Domina el 70% del mercado local del glifosato. Es líder mundial de herbicidas.A nivel global, compite mano a mano con la multinacional Monsanto.

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