medio&medio
La verdad de la milanesa "a LA BARAÑAO"
Escrito por Redacción
Viernes, 02 de Octubre de 2009 14:41
Un par de milanesas, preparadas con un poquitín de aceite y un vasito de leche de soja. Si en el despacho, casa, o pic nic que pudiera compartir con el ministro de Ciencia y Tecnología, Luis Barañao, le ofrecieran ese menú, rechácelo con elegancia.
Es que los propios muchachos del funcionario alojados en el Conicet descubrieron –y no al pasar- que la soja seca o húmeda y todos esos productos antes mencionados tienen residuos de glifosato y endolsufán (agroquímico prohibido por la propia empresa que lo comercializaba: Bayer). Argentina, país más que generoso, no lo tiene en una lista negra.
“Se encontró glifosato en las milanesas secas, aunque no en cantidades altas, pero significa que luego de los procesos industriales se siguen hallando residuos. También se trabajó en aceites y allí había residuos de endosulfán”, dijo la investigadora María Inés Maitre.
Los resultados de esos estudios –comenzados en 1997- fueron presentados en el Segundo Workshop Latinoamericano sobre Residuos de Pesticidas, Alimentos y Medio Ambiente, organizado por la Universidad Nacional del Litoral (UNL). Los investigadores de esa casa de estudios también fueron parte de la investigación.
Para el trabajo se diseñó un método modificando la molécula del herbicida mediante métodos cromatográficos, capaces de detectar los restos del agroquímico.
Los resultados fueron sorprendentes. Se pudo comprobar que había residuos en las semillas, en el suelo –por lo tanto filtrándose hacia las napas freáticas- y en una serie de alimentos.
“La aplicación se realizó a distintos días de la siembra, a 90 días, en uno, y a 60 y 92, en el otro. Se desarrolló para la investigación una metodología muy específica, porque había que analizar dos plaguicidas: glifosato y endosulfán.
El primero es soluble en agua, pero el otro lo es en solventes orgánicos, porque tiene capacidad para acumularse en grasas. No se podía desarrollar en el mismo análisis la extracción de los dos compuestos. Por ello, se hicieron las investigaciones basándose en normas estandarizadas, pero con modificaciones para poder detectar residuos de endosulfán por cromatografía gaseosa y residuos de glifosato por cromatografía líquida”, detalló Maitre.
En los lotes donde se realizaron las aplicaciones se encontraron restos de endosulfán. También se analizó un metabolito de endosulfán, porque este plaguicida se transforma en tres compuestos diferentes. De todos, el sulfato de endosulfán es uno de los más tóxicos. También se encontraron residuos de glifosato en cantidades permitidas. “El problema es que, a medida que aparecen mayores cantidades de residuos, se elevan los niveles permitidos”, lamentó Maitre.
La investigación hecha por tierra las voces entusiastas que no hace tanto tiempo recomendaban entregar soja, en todas sus variantes, a los chicos de todo el país. “Se encontró glifosato en las milanesas secas, aunque no en cantidades altas, pero significa que luego de los procesos industriales se siguen hallando residuos. También se trabajó en aceites y allí había residuos de endosulfán”, añadió Maitre.
Por otra parte, el equipo estudió la permanencia de los plaguicidas en el suelo. Según la especialista, el glifosato siempre fue promocionado por su rápida degradación. “Pudimos concluir que, a pesar de que el glifosato se adsorbe, tiene capacidad también para resorberse. Entonces, en épocas muy húmedas y lluviosas puede drenar en el suelo y contaminar las capas freáticas”, continuó.
La mesa de los argentinos está bien custodiada. Quizás hasta podría resultar beneficioso en estas épocas de extraños virus. Nos están inmunizando vía estomacal. Mientras a Barañao no se le ocurra abrir un chiringuito en cualquier lugar de la Argentina, todavía podemos respirar tranquilos. ¿Quiere una milanesa de soja?. No, gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario