Homenaje a Ramiro Burgeño a tres años de su muerte
El 15 de noviembre se cumplió el tercer aniversario de la muerte de Burgeño quien cayó a una celda en Vicentín y murió asfixiado. La causa continúa a paso lento, y sus familiares exigen justicia.
Tres años pasaron de la muerte de Ramiro Burgeño, el joven de 23 años, que cayó en una celda de la empresa Vicentín y murió asfixiado. Su familia, sigue pidiendo justicia, con las mismas fuerzas que en el 2007 y brindó un homenaje en silencio a Ramiro ante la indiferencia de quienes circulaban por la Avenida San Martín.
También estuvieron presentes, familiares de Mario Secondino, muerto el 5 de noviembre en el intercambiador en un accidente de tránsito.El destino unió a través del dolor a ambas familias quienes se acompañan en toda marcha.
Susana y Roberto padres de Ramiro, expresaron ante los medios, que la causa judicial, que cursa tanto en el circuito penal como laboral, continúa estancada, sólo están procesados el responsable de higiene y seguridad de la firma Vicentín y el encargado de la planta
La familia no comprende porqué el juicio se lleva a cabo en tribunales de Cañada de Gómez y no en la ciudad de San Lorenzo.
En una nota realizada por el periódico Síntesis, Roberto Burgeño, padre de Ramiro recordó el trágico hecho: “él estaba trabajando en una celda, hay un momento en que el material cuando es sacado se amontona y después se pasa por cinta o se lleva a otro lugar. Cuando el material ese se apelmaza y no cae al pozo donde está la cinta, arriba parece plano, pero abajo está hueco y el no sabía, pisó ahí, se desmoronó y se cayó.
No tenía soga, no tenía donde atarse, ni arnés, ni máscara de oxígeno. Hay mucha responsabilidad de la gente que lo mandaba a él. Él no trabajaba ahí, estaba hacía dos meses para barrer, no en el lugar donde lo mandaron ese día”.
El rostro de Roberto representa el dolor completo y enmudece a cualquiera que se acerca a preguntarle sobre Ramiro. Verlo parado con el cartel que lleva la foto de su hijo, provoca sentimientos que sólo quien perdió a su hijo puede entenderlos.
Susana, de temple triste pero tan fuerte como su esposo, le cuenta a la gente que pasa por la Avenida que Ramiro murió por negligencia de quienes tendrían que haberlo cuidado y no enviado a la celda sin protección.
Algunos automóviles tocan bocina y le hacen señas con el brazo levantado, le gritan que continúen que tengan fuerzas; los Burgueño agradecen, a cada uno que se les acerca, no cortan la avenida, no discuten, no llevan palos, sólo carteles con el rostro de Ramiro.Sin embargo, son pocos los que se detienen a acompañar, pasan de largo por la Avenida y ni se inmutan ante Roberto. Cualquiera que lo hubiese mirado dos segundos ayer, entendería que hay un antes y un después de perder a un hijo, comprendería que apoyando a una familia, se evitarían otras muertes de obreros en el cordón industrial.
“Quiero pelear por la vida de mi hijo y por los que vendrán, hoy fue la vida de mi hijo pero pueden ser otras” sostuvo Susana quien agregó que desde la muerte de Ramiro, nadie se acercó, ni desde la CGT, ni ningún sindicato, como tampoco directivos de la empresa.
“No llegamos a nada hace tres años que estamos peleando, es un círculo vicioso donde a nadie le importa nada, la gente tiene miedo. Algún día va a cambiar pero hasta que no te pasa nadie se compromete”.
“El no te metás, el no comprometerse a nada” expresado por Susana resume y caracteriza al ciudadano local, el que no aparece nunca en ningún acto, el que no se compromete con ninguna causa, el que ve como otros son víctimas de inseguridad, y no se queda paralizado, sino que se corre, pero hacia el costado.
Fuente: Agencia Metropolitana de Noticias
Publicado y enviado por ECOS DE ROMANG estamos en facebook on twitter
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