PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS: “LA VISIÓN ECONÓMICA DEBE CONVIVIR CON LA AMBIENTAL Y SOCIAL”
Representantes de la Universidad de Nantes, Francia, visitaron nuestra ciudad y compartieron su preocupación por un sistema productivo que no atiende las consecuencias ambientales y sociales que genera. “La agroecología puede ser intensiva y sostenible”, sostienen.
François Collard Dutilleul, asesor ante ONU en Derecho Alimentario, y Sarah Turbeaux, ambos representantes del Programa Lascaux en la Universidad de Nantes, Francia, visitaron Los Toldos en el marco de una gira internacional por la región en busca de experiencias y relevamiento de territorio para preparar un encuentro sobre derecho alimentario que se realizará en Milán entre junio y octubre del 2015.
En su visita, coordinada por miembros del Foro Ambiental local, a nuestra ciudad, los especialistas en derecho de los alimentos mantuvieron un encuentro con el Intendente Bartoletti, luego participaron de una reunión abierta con la comunidad (donde hubo vecinos, ambientalistas, autoridades municipales, docentes, profesionales), y finalmente visitaron emprendimientos productivos del distrito.
En dicho encuentro François y Sarah dialogaron con los medios locales sobre las preocupaciones que los trajeron hasta aquí: El uso masivo de agroquímicos, la política de producción de alimentos, y las consecuencias ambientales y sociales del sistema de producción agropecuaria actual.
Los especialistas, también reconocieron que “el pueblo mapuche tiene una consideración muy rica para el manejo de los recursos naturales, y puede ser un modelo para nosotros de agricultura sostenible”.
PENSAR POLÍTICAS
“En Europa tenemos experiencias nuevas basadas en prácticas que creo que son comunes a nuestros países. Los problemas son el cambio climático, la dimensión de la calidad de las tierras, el uso exagerado de químicos, la calidad del agua, y las consecuencias de todos esos problemas sobre la salud, sobre las relaciones sociales, sobre la calidad del ambiente. Y ante este escenario, tenemos que empezar a pensar en políticas públicas que puedan incorporar las cuestiones económicas, ambientales y sociales. Por ejemplo, podemos creer que de un lado hay un ítem económico, y del otro, un ítem ambiental o social, estableciendo entre ambos un conflicto. Pero nosotros empezamos a pensar que estos ítems, aparentemente enfrentados, también pueden convivir. Y es bueno comprender el balance que hay que hacer: Si hay mucho contaminante en una napa, producto del uso masivo de agroquímicos, y luego hay que pagar mucho dinero para limpiar esa napa para que el agua pueda ser potable ¿Cuánto cuesta la limpieza de las napas? Y ¿cuánto podemos ganar con los agroquímicos? Seguramente lo que ganamos es menos que lo que debemos pagar por las napas y por las consecuencias sobre la salud de la población”.
ALIMENTAR A NUESTRA GENTE
“Se trata de entender el modelo económico político. Ha que entender que un territorio tiene recursos naturales y riqueza natural. La riqueza de este territorio debería quedar aquí, y habría que preguntarse a dónde se va el dinero que se gana con esa riqueza. Creemos que esa riqueza debe ser para la población de ese territorio. Y aquí entra la parte política. Es definir si queremos producir para alimentar a nuestra población o si lo hacemos para exportar. El primer paso es establecer si las riquezas, los recursos naturales, son para el territorio o para afuera. En Europa empezamos a pensar que lo que hacemos con el territorio es para el territorio. En Nantes, donde desarrollamos el programa Lascaux, hay una primera política pública que permite construir un cordón verde para reinstalar a jóvenes campesinos que a través de huertas alimenten la población, colegios y demás centros colectivos. Es el primer paso dado. La agroecología puede ser intensiva y sostenible. Es un problema sobre el que trabajamos. El primer objetivo es alimentar a la población”.
REDUCIR EL USO DE AGROQUÍMICOS
“Sé que Argentina no es Francia, no es Europa, pero hay temas comunes, por ejemplo los agroquímicos. En Francia pensamos que una semilla que necesita agroquímicos no es una buena semilla. Y si supone tanto agroquímicos, entonces no es tan buena tampoco para la tierra. Busquemos la semilla que no necesite tantos agroquímicos. En Francia trabajamos para disminuir los agroquímicos en un 50%. Esto traerá consecuencias sobre la tierra, la salud y el agua.
Si continuamos con esta cantidad de agroquímicos, podemos generar en el futuro una tierra sin valor, impermeable, y cuando la tierra esté impermeable habrá que utilizar más y más agua, y los problemas serán espirales, más y más importantes, por eso hay que pensar nuevos modelos.
Pensamos que hay caminos posibles, el programa Lascaux intenta pensar cuales son los primeros pasos para ir sobre un camino político posible”.
EXPERIENCIAS EN EL MUNDO
“Existen experiencias en el mundo y nuestro trabajo consiste en analizarlas. En Toronto, Canadá, se trabaja sobre un modelo de alimentación sostenible para alimentar a la población. Y se va mejor y mejor. La ciudad puede acompañar y ayudar a experiencias de la sociedad civil. Nantes es otro ejemplo de agricultura de proximidad. En las leyes hay otros ejemplos, como la Ley de Quebec de 2009 que es sobre el agua, y en esta ley no existe la palabra propiedad. El agua no es propiedad privada. Es común para todas las generaciones. La población y los municipios tienen la obligación de trasmitir la misma calidad de agua que recibieron a sus sucesores”.
En su visita, coordinada por miembros del Foro Ambiental local, a nuestra ciudad, los especialistas en derecho de los alimentos mantuvieron un encuentro con el Intendente Bartoletti, luego participaron de una reunión abierta con la comunidad (donde hubo vecinos, ambientalistas, autoridades municipales, docentes, profesionales), y finalmente visitaron emprendimientos productivos del distrito.
En dicho encuentro François y Sarah dialogaron con los medios locales sobre las preocupaciones que los trajeron hasta aquí: El uso masivo de agroquímicos, la política de producción de alimentos, y las consecuencias ambientales y sociales del sistema de producción agropecuaria actual.
Los especialistas, también reconocieron que “el pueblo mapuche tiene una consideración muy rica para el manejo de los recursos naturales, y puede ser un modelo para nosotros de agricultura sostenible”.
PENSAR POLÍTICAS
“En Europa tenemos experiencias nuevas basadas en prácticas que creo que son comunes a nuestros países. Los problemas son el cambio climático, la dimensión de la calidad de las tierras, el uso exagerado de químicos, la calidad del agua, y las consecuencias de todos esos problemas sobre la salud, sobre las relaciones sociales, sobre la calidad del ambiente. Y ante este escenario, tenemos que empezar a pensar en políticas públicas que puedan incorporar las cuestiones económicas, ambientales y sociales. Por ejemplo, podemos creer que de un lado hay un ítem económico, y del otro, un ítem ambiental o social, estableciendo entre ambos un conflicto. Pero nosotros empezamos a pensar que estos ítems, aparentemente enfrentados, también pueden convivir. Y es bueno comprender el balance que hay que hacer: Si hay mucho contaminante en una napa, producto del uso masivo de agroquímicos, y luego hay que pagar mucho dinero para limpiar esa napa para que el agua pueda ser potable ¿Cuánto cuesta la limpieza de las napas? Y ¿cuánto podemos ganar con los agroquímicos? Seguramente lo que ganamos es menos que lo que debemos pagar por las napas y por las consecuencias sobre la salud de la población”.
ALIMENTAR A NUESTRA GENTE
“Se trata de entender el modelo económico político. Ha que entender que un territorio tiene recursos naturales y riqueza natural. La riqueza de este territorio debería quedar aquí, y habría que preguntarse a dónde se va el dinero que se gana con esa riqueza. Creemos que esa riqueza debe ser para la población de ese territorio. Y aquí entra la parte política. Es definir si queremos producir para alimentar a nuestra población o si lo hacemos para exportar. El primer paso es establecer si las riquezas, los recursos naturales, son para el territorio o para afuera. En Europa empezamos a pensar que lo que hacemos con el territorio es para el territorio. En Nantes, donde desarrollamos el programa Lascaux, hay una primera política pública que permite construir un cordón verde para reinstalar a jóvenes campesinos que a través de huertas alimenten la población, colegios y demás centros colectivos. Es el primer paso dado. La agroecología puede ser intensiva y sostenible. Es un problema sobre el que trabajamos. El primer objetivo es alimentar a la población”.
REDUCIR EL USO DE AGROQUÍMICOS
“Sé que Argentina no es Francia, no es Europa, pero hay temas comunes, por ejemplo los agroquímicos. En Francia pensamos que una semilla que necesita agroquímicos no es una buena semilla. Y si supone tanto agroquímicos, entonces no es tan buena tampoco para la tierra. Busquemos la semilla que no necesite tantos agroquímicos. En Francia trabajamos para disminuir los agroquímicos en un 50%. Esto traerá consecuencias sobre la tierra, la salud y el agua.
Si continuamos con esta cantidad de agroquímicos, podemos generar en el futuro una tierra sin valor, impermeable, y cuando la tierra esté impermeable habrá que utilizar más y más agua, y los problemas serán espirales, más y más importantes, por eso hay que pensar nuevos modelos.
Pensamos que hay caminos posibles, el programa Lascaux intenta pensar cuales son los primeros pasos para ir sobre un camino político posible”.
EXPERIENCIAS EN EL MUNDO
“Existen experiencias en el mundo y nuestro trabajo consiste en analizarlas. En Toronto, Canadá, se trabaja sobre un modelo de alimentación sostenible para alimentar a la población. Y se va mejor y mejor. La ciudad puede acompañar y ayudar a experiencias de la sociedad civil. Nantes es otro ejemplo de agricultura de proximidad. En las leyes hay otros ejemplos, como la Ley de Quebec de 2009 que es sobre el agua, y en esta ley no existe la palabra propiedad. El agua no es propiedad privada. Es común para todas las generaciones. La población y los municipios tienen la obligación de trasmitir la misma calidad de agua que recibieron a sus sucesores”.
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