El 11 de junio de 2013 es una fecha que nunca me voy a olvidar.
Mi hija Paula perdió la vida tras sufrir un ataque cardiorrespiratorio, mientras entrenaba en una pileta de la ciudad de Mar del Plata. Sus profesores lograron reanimarla dos veces,
pero ante la ausencia de desfibriladores, un médico y el tardío arribo de la ambulancia, tuvo un tercer paro cardíaco y falleció.
Pido a la Secretaría de Deportes y Ministerio de Salud que se obligue a todas las entidades deportivas a contar con un desfibrilador.
Paula Inés Gasco Owens era una atleta paraolímpica y estudiante de Filosofía, becada por el ENARD. Partió de este mundo mientras entrenaba para el Torneo Panamericano de Chile, tratando de alcanzar sus sueños.
Sé que hay muchos casos como el de Paula que podrían prevenirse. Un desfibrilador automático puede mantener la vida de quienes sufren un paro cardíaco hasta que llegue una ambulancia.
Desfibriladores en todos los clubes y entidades deportivas del país.
El desfribrilador es un instrumento de alta tecnología que no es muy costoso,
y puede ser manipulado por cualquier persona que sepa leer instrucciones. Funciona en forma inteligente y el aparato determina si se activa o no, de acuerdo al caso.
Yo ya no puedo recuperar a mi hermosa atleta, pero sí puedo transformar mi dolorosa experiencia en algo positivo, y ayudar para que otras personas puedan salvarse a tiempo.
Gracias, por tu colaboración.
Inés Elena Owens
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