Alma de Nogal : Los Chalchaleros

martes, 1 de marzo de 2011

Eduardo Sanguinetti - Filósofo y Ecologista: Otro Mundo es posible

"Otro mundo es posible"

Por Eduardo Sanguinetti - Filósofo y Ecologista


No son voces de odio ni de venganza, ni de rígidas doctrinas

ideológicas las que vienen de los movimientos indígena contra la
situación de hambre y suma pobreza en la que están empantanadas sus

existencias. Tampoco se proponen como ejemplo ; no disparan balas,

simplemente actúan, disparan las mismas viejas verdades; se asumen

como habitantes de un país que se dice demócrata y simplemente

declaran: "Está usted en territorio en rebeldía. Aquí manda el pueblo

y el gobierno obedece", lo manifiestan con parsimonia y dignidad

etnias diversas como tobas, mocovíes, wichis y otras. Mi visión la

hice in situ y confraternicé con ellos, quienes me manifestaron que se

ven censurados en sus tradiciones y costumbres ancestrales, en

principio, como nadie ignora, por la Iglesia Católica, que da lugar a

los autodenominados pastores evangélicos de pacotilla, que simplemente

se dedican a llenar sus bolsillos con el "diezmo" que le piden a los

hambreados, desesperados, solos, angustiados, temerosos, en fin, los

que viven en un mundo que no comprenden, ni quieren comprender y la

vida transcurre día a día sin sentido ni norte.



Y tienen razón, si vivimos en una democracia hay que hacerla efectiva.

Da lo mismo que se llame neoliberalismo, capitalismo con

responsabilidad social, o el "centralismo democrático" que fue tan

caro a la izquierda dogmática de la posguerra. "Yo no sé - decía Lech

Walesa en su lucha contra el régimen de Polonia, su patria-, por qué

si ésta es una democracia de los trabajadores, los trabajadores no

deciden".



Es la rebeldía y la dignidad contra esta simulación de democracia que

hemos consentido, contra esta falsa ilusión de futuro bienestar

popular siempre prometido, siempre postergado, pero siempre

usufructuado sin medida por los que se han arrogado la facultad de

decidir por nosotros. Puede parecer exagerado, pero no lo es: el

movimiento indígena y de las diferentes etnias que se instalaron en

Argentina, significa el regreso del hombre al centro de las

decisiones. No es que ellos lo hayan descubierto, pero lo que en otros

ha sido un ideal, ellos sencillamente lo están implementado. En dos

citas lo ilustré claramente hace unos días en

Reconquista (Pcia. de Santa Fe), en "El Impenetrable" donde fuí

invitado para disertar

acerca de Ecología, Medio Ambiente y "El Estado de las Cosas", visité

las comunidades nativas, donde fui recibido con calidez y generosidad,

allí nos extendimos en los diálogos acerca del estado de las cosas es

decir cómo viven este tiempo estos seres humanos que soportan lo

insoportable, incluso a los punteros políticos que siempre quieren

llevar agua a su molino, salvo algún funcionario que encontré del

Gobierno del doctor Vinner, quien generosamente me agradeció la

presencia en la provincia, ante la espada de Damócles que el Gobierno Nacional

le puso al negarle el uso del gas que

viene de Bolivia, a lo que adelántándome le propuse en foma un tanto

arriesgada al gobernador de la Provincia que se autonomice, ya que los

fondos federales apenas llegan y podría marcar un punto de inflexión

en el curso de nuestra historia gatopardista. Bueno lo que manifesté

dice: "Acá, ahora, la pobreza es un arma que ha sido elegida por

nuestros pueblos para dos cosas: para evidenciar que no es

asistencialismo lo que buscamos, y para demostrar, con el ejemplo

propio, que es posible gobernar y gobernarse sin el parásito que se

dice gobernante ("Parte de la autonomía indígena (de la que habla, por

cierto, la llamada Ley) es la capacidad de autogobernarse, es decir,

de conducir el desarrollo armónico de un grupo social".



Pero eso precisamente, la incapacidad de "conducir el desarrollo

armónico" del grupo social; sin hambres ni hambreadores, sin pueblos,

hombres, ni culturas que se dicen "superiores" mientras otros son

calificados de "inferiores", es la gran crisis interna que sufre

actualmente la democracia supuestamente "representativa" en el mundo;

y en las propias superpotencias occidentales. Ningún votante en esos

países, que se sepa, se siente después personalmente responsable de

las decisiones políticas y económicas que toman en su nombre sus

gobiernos, y de los crímenes de guerra que los mismos cometen. Su

lugar ha sido ocupado por las fuerzas anónimas, y cada vez más

lejanas, de un economicismo que dicta a los gobiernos el rumbo

inexorable del país. El ciudadano pasó a la historia, el político

también. "Si uno de los motivos de la caída del comunismo fue un

mecanismo planificador que olvidó cualquier propósito humanista, el

moderno capitalismo reserva a los políticos el mero papel de policías

y jueces del mercado, sin permitirle salirse de pautas predeterminadas

por los centros de poder económico y financiero". Pero ahora es el

propio ser humano el que empieza a ser un estorbo para este

capitalismo global. ¿Cuál es el costo humano de esa globalización, de

esta sustracción del poder político a los ciudadanos en las propias

potencias mundiales?: 45 millones de habitantes por debajo del umbral

de la pobreza en los propios Estados Unidos, 50 millones de pobres en

Europa, 2,500 millones de pobres en el mundo que podrían satisfacer

sus necesidades sanitarias y nutricionales básicas con solo los 12.000

millones de euros que los habitantes de Europa y los Estados Unidos

gastan cada año en perfumes... o en helados (datos citados por Ignacio

Ramonet, opus cit). Si alguien pregunta por qué se han multiplicado

como hongos tantos movimientos procomunidades autónomas,

independientes y colegiadas en San Francisco, Los Angeles, Oakland,

Texas, Chicago, Minnesota, Sacramento, Canadá, España, Francia, Los

Alpes Suizos, Noruega, Italia, Alemania, Suecia, Finlandia, Holanda y

Japón, ahí tienen la respuesta. El ser humano ha resuelto, como los

indígenas de varias regiones de la tierra, volver a ser el dueño de su

destino, el centro de las decisiones políticas y económicas que se

dictan en el mundo. Hacerlo y demandarlo sin odios ni sed de venganza,

solo por la humanidad.



"Todos somos migrantes", grita por las calles de Europa un joven

manifestante rubio y solidario. "Otro mundo es posible", claman viejos

y jóvenes por las calles de Seattle y de Porto Alegre. "Por un mundo

donde quepan todos los mundos que somos todos", murmuran más que

gritan las voces indígenas desde el sur de Latino América".

Querida Patricia es un honor que me hayas instalado en tú Blog "NOGAL


DE VIDA", un sitio donde abrevar y adonde llegar... lo que debe ser,

en verdad y libertad, siempre a favor de nuestra existencia personal y

cultural, se encuentran en tu blog.

Muchas gracias y tú sabes que puedes contar conmigo para lo que

precises, en tus tránsitos, desde donde despiertas mentes adormecidas

y al borde de todo lo que tiene de maravillosa la aventura humana.

Nuevamente gracias y un abrazo en tiempo de de ecología y poesía:

Eduardo Sanguinetti

No hay comentarios:

Publicar un comentario