EDITORIAL:"FRÁGILES CRIATURAS"
Eduardo Sanguinetti
Filósofo
¿Dónde está la seguridad? ¿Qué protección pueden inventar que no se
haya imaginado ya?
Es inútil pensar en la seguridad: no existe ni la más mínima.
"Son bárbaros, terroristas, monstruos", sostuvo el coronel libio, y
manifestó que el pueblo de ese país "está en armas" y en Bengasi "se
defenderá cuando vea que este es un ataque de los cruzados".El ataque
representa "un nuevo nazismo, nosotros no dejaremos nunca nuestra
tierra, sabemos que venceremos", dijo Kadafi...De estas palabras
tomadas al acaso en lectura interlineada, con otras cientos de
noticias acerca de la invasión de las potencias occidentales a Libia,
"para proteger bombardeando a los civiles libios", me hacen meditar
acerca de la farsa en que vivimos, el espectáculo insano en que nos
colocan los Organismos Mundiales, tal el caso de Naciones Unidas en
favor de 'la guerra' impulsada por las denominadas 'potencias para el
desastre y el capital convertido en fin de la vida'.
Naciones Unidas que no desean establecer una dirección unida por el
bien de todos los que habitamos este planeta, salvo para los intereses
sucios y mezquinos de los 'desarrollados' ¿para el crimen?
Apenas asqueado de la imbécil esperanza de sistemas y creencias,
concibo al inevitable e impotente, hombre de hoy.
No creo en lo lento y doloroso, en lo glorioso y lógico. Creo que el
mundo entero, el conocido y el desconocido, está estropeado, gritando
de dolor y de locura.
Creo que si estamos tan armonizados con el ritmo del cosmos integral,
como para escapar del milagro del choque, también estamos armonizados
con el destino que actúa simultáneamente en todas partes y que no
habrá salida de este destino universal a menos que simultáneamente en
todas partes, cada uno y todos, lo quieran.
Hoy todavía queda tiempo para asistir al entierro de los muertos
recientes, mañana no habrá tiempo, puesto que los muertos serán
dejados allí mismo donde caen, y pero para aquel que derrame una
lágrima. Hoy no hay un lugar final donde retirarse...a no ser que nos
quedemos quietos...inmóviles. Si llegamos a ser capaces de hacerlo,
sin perder el equilibrio, sin dejarnos llevar por la embestida, puede
ser que seamos capaces de controlarnos, y de esa manera, actuar.
Desde el momento de despertarnos por las mañanas, hasta el momento de
acostarnos, todo es una farsa, una verguenza, una estafa, todo el
mundo lo sabe y todo el mundo colabora con la perpetuación del fraude.
Por eso es que quizás, nos parecemos a veces tan desagradables unos a
otros. Por eso es por lo que es tan fácil organizar una guerra o una
cruzada contra el vacío...
Si todavía pudiéramos creer en un Dios, lo convertiríamos en un Dios
de venganza. Pondríamos en su ser el trabajo de limpiar todo a fondo,
¿es humano, no? a mi medida y también a mi Dios...que sin mí no es
nada.
No queremos un mundo nuevo. No merecemos un mundo nuevo. Aceptamos
seguir existiendo con un colonialismo que hipotecó generaciones, que
se disolvieron dramáticamente y en brutal anonimato, un colonialismo
vigente y que además habla de integración: integración para estas
corporaciones asesinas, significa de hecho la renuncia a lo
diferencial en bien de una unidad inexistente, del acuerdo si todo
cierra en los números de las Bolsa de Valores de Wall Street, la
ausencia de ideología convertida en ideología mercantilista, en total
desdén por la sensibilidad y futuro de la humanidad y su ser
trascendente (esa era la consigna) y una ausencia de horizonte en
alegría y en paz.
No importa que este colonialismo, con un pasado de siglos en nuestras
culturas, bastardeadas y penetradas, mutadas y en fin disipadas en el
espacio de la intercontextualidad de repertorios, fragmentadas en
filamentos sensibles, que se nutren ávidamente del pasado donde todo
se derrite en sonidos y tristezas, cuando caminamos contra un mundo
aparentemente unido, afirmando nuestro desacuerdo, frente al atropello
a todo derecho humano de permanecer sin guerras... como las que estas
fuerzas aliadas lanzaron contra Libia u la intromisión sistemática en
cada nación que no se comporta como mandan estos esclavistas, que nos
insultan creyendo que creemos lo que manifiestan en sus obscenos
discursos y comportamientos básicos...Brasil en su recibimiento a
Obama y sus juegos de seducción, mostró como la dignidad hoy ya no
entra dentro de los valores vigentes, que debe anteponer un país que
hasta 'ayer nomás' parecía alinearse con nuestro denominado tercer
mundo...pero no, Brasil desea la alianza estratégica con las
mundo...pero no, Brasil desea la alianza estratégica con las
'potencias' asesinas y malparidas...traición para el recuerdo.
Mientras desde el Imperio reinante, se proponen modelos suaves,
débiles, tan complejos y sutiles como una caricia, manteniendo el
cuerpo para los gusanos...la realidad para el que se manifiesta
contrario a los modelos, dispone y se entrevé rotunda, agria y dura
como una trompada...estamos ante un modo de 'pluralismo
fundamentalista' que se previene contra todo cambio proclamándose la
Era del Cambio...la puerta abierta a mesianismos camuflados de
progreso...de huídas hacia atrás, en cultura, naturaleza y vida.
A través de ciertos signos notaremos el fin de esta época, el
aburrimiento, la superficialidad y el embotamiento, como también la
aceleración, la inflación, la masturbación. Nos masturbamos
espiritualmente si nos sentimos satisfechos con las promesas,
descuidando la concreción de dichas promesas.
Pertenecen definitivamente al pasado, se han muerto sin dejar
descendencia, fenómenos tales como el desarrollo paulatino de los
talentos, su lenta maduración natural. Los nombres de grandes hombres
del pasado, ya no son más que sonidos vacíos de significado
Frente a los desastres naturales y humanos, que se vienen produciendo
hace tiempo, se impone cambiar profundamente nuestra forma de vivir.
Tratar en paz y silencio las urgencias más inmediatas de la humanidad.
Cambios de arriba a abajo, en todo lugar, en todos los campos de la conciencia.
El enemigo del hombre sigue siendo el hombre mismo con sus mismo
prejuicios, orgullo, intolerancia. Contra eso no existe clase social
ni cultural inmunizada, ni sistema alguno que ofrezca solución a corto
ni largo plazo.
Toda guerra es una derrota del espíritu humano. La guerra no es más
que una inmensa manifestación en el género dramático de esta comedia
burlesca y vacía que nos ofrecen a diario y por todas partes los
conflictos mundiales. Queremos a toda costa conquistar, y seremos
conquistadores, pero nuestra conquista será la muerte..."Son bárbaros,
terroristas, monstruos" dijo Kadaffi...Antepongo mi entender, asignado
a nuestra condición de ser, frágiles criaturas, expuestas a nosotros
mismos, frágiles criaturas.
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